tag:blogger.com,1999:blog-291770542024-02-07T06:42:25.330+01:00Cuaderno de bitácoraLibro en que se apunta el rumbo, velocidad, maniobras y demás accidentes de la navegación.Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.comBlogger252125tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-6832136306105557832018-03-19T00:51:00.000+01:002018-03-19T00:51:04.443+01:00Agárrate al frío<div style="text-align: justify;">
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Agárrate al frío, a esas oscuras emociones que se asocian al invierno, a la oscuridad y a la noche. Va a ser la manera de sobrevivir a esto, no te creas las palabras bonitas o los buenos recuerdos que no harán sino desgarrar algo más tu alma ya bastante ajada por los años.</div>
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¿Qué esperabas? Ah, claro, la manida fantasía de que un día se daría cuenta de todo lo que has hecho por él, lo importante que fuiste durante dos o tres semanas en su vida, aquellas conversaciones eternas... ¿Lo recuerdas? Borraste los mensajes del móvil, pero aún están grabados a fuego en tu memoria. "Eres importante para mí." "Te necesito." ¿Dónde están ahora? Enterrados y sustituidos por conversaciones mundanas, tres o cuatro líneas al día (como mucho) y la duda de saber si es conveniente saludar por si interrumpirás otras conversaciones más importantes.</div>
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Agárrate al frío, no dejes que los tibios sentimientos descongelen tu corazón o volverás a caer en la espiral del dolor, el llanto y la nostalgia. Deja atrás lo que atrás ha dejado y no te permitas sufrir por lo que no has podido evitar. Los demonios vendrán y te susurrarán que la culpa fue tuya, solo tuya, que no lo hiciste bien y por eso conseguiste que se alejara, pero permite que claven sus garras en tu muro de hielo y dejen las marcas mientras trepan para atraparte.</div>
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Deséale desgracias, que su incipiente historia se convierta en cenizas y sufra casi tanto como estás sufriendo tú, aunque por causas distintas. Que sienta que te necesita de nuevo y puedas, desde el altro trono de basalto, decidir extender tu mano para prestar ayuda. Pero siéntente poderoso, no flaquees. No vaciles cuando creas que tropieza porque no se girará siquiera para ver si estás detrás. Tanto que prometiste estar a su lado pasara lo que pasara... Tal vez lo estés, pero eres un puñetero fantasma invisible. Ya no estás, ahora tiene otras miras, otras intenciones, otro objetivo.</div>
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¿Aquellos íntimos momentos abrazados en el sofá abriendo el alma de par en par? Congelados. Sólo los conservas tú, para él fueron fruto de una necesidad de llenar un vacío que correspondía a otro. Fuiste una herramienta de un solo uso. Ya no sirves, sigamos adelante. ¿O acaso esperabas otra cosa? Ingenuo, estúpido. No te concedas ni un solo segundo de misericordia, ni siquiera hacia ti mismo.</div>
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Agárrate al frío porque es lo que se siente cuando te encuentras en la más absoluta soledad. Puedes incluso estar rodeado de amigos que te quieren, pero su ausencia será palpable y te la recordará el sordo latido de los recuerdos que acudirán sin pedir permiso. Pero debes ser fuerte y enviarlos a la prisión más oscura para que se pudran con tus buenas intenciones. Ya no las quiere ni las necesita, ahora ya no te necesita a ti.</div>
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Agárrate al frío, endurece tu corazón, deja de ser tú mismo. Ya has pasado por esto y seguramente volverá a ocurrirte. En el fondo sabes que te lo mereces, pero no permitas que la más mínima brisa cálida de sensaciones se deslice por alguna grieta. Sabes que no se lo merece.</div>
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Y aún así, aquí estás, esperando una mínima brizna de atención. Estúpido. Ingenuo.</div>
Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-16483580975185597772018-03-13T10:11:00.000+01:002018-03-13T10:12:42.498+01:00Ave fénix<div style="text-align: justify;">
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Todo tiene un principio y el de esta historia es reciente, pero parece que ocurrió hace mucho tiempo. Aún así, como en todo relato, es necesario contarlo para saber en qué punto de la narración nos encontramos y tratar de intuir el (tal vez fatal) desenlace.</div>
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Los fénix son esas aves fantásticas que se nombran en narraciones y mitologías, pero que según parece aún los tenemos entre nosotros y podemos tener la suerte de conocerlos. Porque debo confesar que es lo que me ocurrió a mí, aunque no sabía que me encontraba con un ser tan fantástico pero al mismo tiempo tan atrayente para mi mente pseudocientífica.</div>
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Cuando nos conocimos, creo que yo también le resulté interesante. Revoloteó a mi alrededor, con sus cálidas alas rozando mi rostro y mi cuerpo. Me envolvió con ellas levemente y la sensación fue tan pura y tan embriagadora, que no pude evitar desear que lo hiciera de nuevo. Tuvo cuidado de no acercarse demasiado a mí, para que no me quemara. Yo era un grato entretenimiento, pero ni de lejos era la pareja que un ser de leyendas pretende encontrar.</div>
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Nos hicimos buenos amigos. Solía revolotear a mi alrededor de vez en cuando y yo ofrecía mis manos enguantadas para que pudiera posarse y descansar sin temor a sufir daño alguno. Recuerdo que fue una época feliz, donde nuestras risas y nuestros juegos llenaban un vacío que ni siquiera era consciente de que existía en mi interior. Y debería haberlo sabido, era una historia que se repetía. Pero cerré los ojos y me dejé llevar por las novedades que el fénix me mostraba, sus vivencias, sus esquivas a mis intentos de atraparlo, el roce de sus garras en mis guantes de cuero, la magnificencia que a mis ojos ofrecía su plumaje.</div>
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Su atención, sin embargo, dejó de centrarse en mí poco a poco. Imagino que para un ser inmortal, un humano que empieza a entrar en los años de decadencia y que posee ya ciertos anclajes al suelo no eran sino obstáculos para sus ansias de levantar el vuelo y descubrir nuevos horizontes. Cuando fui consciente de sus deseos no hice sino alentarle a que siguiera su naturaleza, pese a saber que su marcha no me dejaría más que dolor, nostalgia y recuerdos. Pero cuando un amigo se considera tal, debe hacer lo que sea necesario para ayudar a su igual. Y le empujé con gran dolor de mi corazón a que extendiera las alas.</div>
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Sin embargo, por alguna extraña razón, mi amigo el fénix no acabó de alejarse, sino que comenzó a emitir un quejumbroso lamento y sus llamas flaquearon en algunas partes. Se consumía, me dijo. Era lo que debía ocurrir, como a otros como él anteriormente. No te preocupes, continuó, volveré de nuevo y seré como siempre he sido. Todo volverá a ser como antes, añadió, solo dame tiempo. Pero no era consciente de la angustia que me producía verle en esa situación, luchando contra su naturaleza, con unas ganas rabiosas de vivir y disfrutar. O tal vez deseaba consumirse para renacer, pese al dolor que le producía el cambio. Yo sólo veía cómo sus llamas aumentaban y sus flamígeras plumas caían al suelo dejando a la vista su piel desnuda y su corazón palpitante. Mis lágrimas de desesperación fluían sin vergüenza con cada lamento, con cada mirada de dolor, con cada fogonazo. Necesitaba hacer algo y sentirme útil, pero sabía que era un proceso en el que yo no participaba, que era un mero espectador y que no sabía cuándo tardaría en completarse.</div>
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Finalmente tomé una decisión y retiré el guante de mi mano. Mi amigo me necesitaba aunque él no lo supiera y yo estaría allí para recoger las cenizas cuando fuera necesario. Mi obstinación venció a mi razón y me acerqué con la mano extendida ofreciendo mi ayuda incondicional. El calor empezó a envolverme, pero yo recordaba nuestros gratos momentos y sabía que podría soportarlo, que me protegería de alguna manera. Apreté los dientes y avancé un poco más, despacio, como pisando en un terreno pantanoso para evitar hundirte por algún paso en falso. El dolor empezaba a ser insoportable cuando pude rozar su cabeza y acariciar las plumas que tan hermosamente la adornaban, como había hecho tiempo atrás.</div>
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El fénix entornó el cuello y me miró de medio lado, casi sin reconocerme. En ese momento el fuego me envolvió y no contuve el grito de dolor y las lágrimas que se evaporaban nada más salir de mis ojos. Me agarré el miembro ennegrecido y entre brumas rojas pude ver la verdadera causa de las llamas del ave: estaba bebiendo gasolina. Su proceso de renacimiento no podría completarse del todo ya que se estaba alimentando de un combustible que lo mantendría en ese estado de forma casi indefinida. El cambio no se produciría o tal vez yo no llegara a verlo. Y esa revelación hizo que el dolor se multiplicara por mil, por un millón. Yo me había considerado su amigo, pero no tenía la capacidad ni su permiso para evitar que siguiera alimentándose de su sufrimiento.</div>
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Di dos pasos atrás. Mi mano izquierda sujetaba el codo derecho y trataba de contener las señales de dolor y alarma. Mis gemidos de pena y pérdida salían a borbotones sin que pudiera evitarlo. Mis palabras de ánimo murieron en mi abrasada garganta. Mi amigo el fénix, mi cachorrito, seguía cantando su canción más hermosa. Pero yo no era más que un simple espectador al margen y solo debía tomar una decisión: o me quedaba con mi dolor para seguir al lado de mi adorada ave de fuego, o me daba la vuelta y me sumía en la oscuridad para lamerme las heridas.</div>
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Pero tengo miedo.</div>
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Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-8854955090792007022015-08-06T02:04:00.001+02:002015-08-06T02:04:43.342+02:00Monstruos bajo la cama<p align="right"><em>Martes, 4 de agosto de 2015</em></p> <p align="justify">Todo ser humano tiene ese lado oscuro que trata de mantener oculto más que para los demás, para sí mismo. Es la parte en la que sabemos que escondemos nuestros miedos, nuestras frustraciones, nuestros complejos y nuestras peores pesadillas. Son los monstruos que escondemos bajo la cama, o tal vez esa alfombra vieja y pesada que los retendrá mientras nadie mire debajo. Aunque sepamos que están ahí, al acecho, no nos asomamos por miedo a que nos devuelvan la mirada y vuelvan a hacerse reales.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzVMVqc8DKozFHcx5ePwmhRTuV1Gcnqq9xY2k3qXYLNe23WpSiJ-X9dxjFOjCxJjs1uSQSW-KAeg_fYZivXmqczMSCBgIRZiRhZcPcgceDpTQM0Z6gj8mFDXO36ei8Hq_XvKVc/s1600-h/tumblr_ndeaqb77MP1u0dlgeo1_1280%25255B4%25255D.jpg"><img title="tumblr_ndeaqb77MP1u0dlgeo1_1280" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="tumblr_ndeaqb77MP1u0dlgeo1_1280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTrGFSG18DwfrOCMOhbeRGPpBDPlFXak0eCuD1APVxrfXHC0TxS5LE_2s_xdjaeNHrT_nP4OUyW9iWUyEYJ-lJcvfd4RzN8LlTk5dK3Raqv8Y4anPg9RwWNhT4bKneNe76PtBE/?imgmax=800" width="381" height="256" /></a></p> <p align="justify">El problema viene cuando queremos guardar otro monstruo bajo la cama y levantamos la colcha para ver si hay hueco. Y de pronto un montón de ojos brillantes aparecen como luciérnagas en una noche de verano. Esta vez no va a ser posible impedir que tomen el control, porque se han unido para salir en estampida. Es imposible retenerlos a todos y se hacen fuertes en nuestras más profundas dudas, en nuestros miedos más irracionales, en los recovecos más oscuros de nuestra mente retorcida y complicada. Rugiendo de gozo por haber roto sus cadenas toman el control de nuestras emociones y sólo podemos quedarnos agazapados en una esquina, esperando a que se cansen, que el tiempo los apacigüe y tal vez podamos tener la fuerza de voluntad suficiente para cazarlos de nuevo. Uno a uno. Con un considerable esfuerzo y desgaste.</p> <p align="justify">Nunca somos lo suficientemente cuidadosos ni tenemos la energía suficiente para poder contenerlos. Están ahí, acechando, esperando ese momento justo de debilidad. Entonces es cuando clavan las garras en nuestro estómago y lo retuercen hasta encontrar el anclaje de sus colmillos en nuestro corazón, en nuestro cerebro y en nuestra alma. Podremos sobrevivir al asalto, podremos rechazar el ataque, pero las cicatrices serán profundas y sangrantes y aunque lleguen a curarse, habrá un dolor sordo que nos recordará continuamente que pudimos haber perdido la batalla. Y con ella a nosotros mismos.</p> <p align="justify">Están ahí, aunque habitualmente no queremos verlos. Están ahí aunque los guardamos bajo llave para confiar en que dejarán de existir por sí mismos. Están ahí porque aún recordamos el dolor intenso de esas cicatrices que hemos maquillado con capas de falsas sonrisas, forzados sentimientos y pobres justificaciones.</p> <p align="justify">No deberíamos levantar nunca la alfombra para ver qué hay debajo. No deberíamos asomarnos bajo la cama para husmear en la oscuridad. No deberíamos… Y sin embargo no podemos evitarlo. Y ésa será la ocasión que estaban esperando los monstruos. Tus monstruos. Tú mismo.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNBl04cd-sl5DDxwBwOJFdZ5BsOnUsWwAzuqwb9eFvRlgc9UQ74BczfocokhESIWEnA_2Fix5C7Rkh9i1smeU0PTtCeBFtdraYeqWNNqknpQPiMnkQnVLuv_PUgRYBIQLdBuXP/s1600-h/Abby%25252BKroke%25252B-%25252BThe%25252Bmonster%25252Bin%25252Bthe%25252Bmirror%25255B3%25255D.jpg"><img title="Abby Kroke - The monster in the mirror" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="Abby Kroke - The monster in the mirror" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipS_BZLg6ulZFTNC3_qbGpe3RZPOlO5964uzYux1ILyAOtF7OMXiN4aQpUexYVjVYAlfD4hR5GmbHPjhmx9zqLHbmYJgAUCq2ZAHTe9uoG1XiLF0MkGj5aTei4CcfpVM-QFnGl/?imgmax=800" width="364" height="246" /></a></p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-28016875608899550542015-07-22T01:35:00.001+02:002015-07-22T01:35:51.909+02:00Mi bastión (mi marido)<p align="right"><em>Miércoles, 22 de julio de 2015</em></p> <p align="justify">Creo que nunca he tenido el valor de dedicarte un texto completo única y exclusivamente a ti. Es posible que lo hiciera por vergüenza de lo que pensarías de mí o de lo que pensarían los demás sobre ti. Pero esta vez me da igual, porque creo que no voy a poder siquiera acercarme a la realidad ni definir con absoluto detalle todo lo que quiero expresar.</p> <p align="justify">Sí, tú eres mi bastión. Eres mi última defensa siempre que lo necesito, donde me protejo y me siento seguro, donde sé que siempre puedo escapar cuando el peligro acecha y que se mantendrá firme contra viento y marea.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinivwEoEWnfBp__OPC3b61e4jjXnz7ZHPokmX6NPTR6dqxLexik_txYHI2VIAevDQo8o6fA2aohbN6vSBhXQ0d7QKfuTTdXl7zpLI9O2RwV4q8mnzF3zM-Ri_Gy71q3gnAkNOu/s1600-h/tw3wh-lonely-tower%25255B3%25255D.jpg"><img title="tw3wh-lonely-tower" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="tw3wh-lonely-tower" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMMuuEgRyg7ApSprS_9K40rJ0PBAKX-UcgeLjR9M8jtWZJG50UbKkoTeFCM7zybXSEMkz4fSwQrXAIvWMvSXWvVonDyh5xSP3x41OcZB59luAb1HLSgI8G-dGE6d9gjvB9YBCn/?imgmax=800" width="327" height="195" /></a></p> <p align="justify">En los momentos mejores y en los peores, nunca has renunciado a mí, a seguir queriéndome, a amarme con esa discreción y delicadeza que te caracterizan. Incluso cuando más motivos te he dado para darme la patada definitiva de tu vida, preferiste sacar las garras y luchar por nosotros, dándome razones para comprender que quien te demuestra tanta tenacidad y confianza en una relación no merece más que le devuelvan el favor.</p> <p align="justify">Has sido mi enfermero en las (pocas) ocasiones en las que te he necesitado, has sido hombro sobre el que llorar incluso cuando no querías preguntar qué me ocurría, has acariciado y besado mi cabeza para calmar mis pesadillas, me has mirado a los ojos cuando has sabido que la respuesta que te daba era una evasiva, has apretado más fuerte el abrazo cuando los sollozos arreciaban, has conseguido que una sonrisa aflorase cuando ni yo mismo pensaba que era posible, has sido compañero de viaje en la vida sin pedir casi nada a cambio, has sido amo de casa y marido a tiempo completo, has organizado mi caótica vida para que yo no tuviera que preocuparme por detalles, has hecho lo posible por acomodarte a mis manías y lo sigues haciendo, has impuesto tu opinión tras batallar conmigo y mis pobres argumentos, has vuelto a dirigirme la palabra incluso cuando debía haber sido yo el que comenzara con un “lo siento”, has permitido que durmiera sobre ti incluso si se te dormía el brazo, has conseguido sorprenderme con cada regalo aunque no te diera ninguna pista, has soportado mis devaneos y mis mentiras sin que sepa aún por qué, has esperado pacientemente todas las veces que he llegado tarde a nuestras citas, has sido capaz de dejarme entrar en la ducha contigo pese a lo apretados que estamos porque sabes que me encanta, has convertido nuestra casa en un hogar –nuestro hogar-, has sido un defensor implacable cuando lo he necesitado, has sido mi mejor apoyo incluso cuando sabías que no tenía razón, has aceptado mi faceta más friki y me has dado libertad para disfrutarla, has esperado en la cama a que llegase más tarde de lo debido porque me he quedado hasta las tantas haciendo demasiado ruido con el teclado, has planchado mis camisas de lino sin rechistar más de la cuenta, has deshojado todos los cumplidos del mundo cuando me he puesto un traje que me quedaba bien, has permitido que el cajón de mi ropa interior favorita esté a punto de reventar aunque en parte sea gracias a ti, has consentido que te coja de la mano por la calle de vez en cuando pese a que tú no eras de expresiones públicas de afecto, has disfrutado conmigo de una boda entre nuestros mejores amigos porque sabías que me hacía mucha ilusión, has permitido que al dormir te abrace y me apriete contra ti pese al calor que desprende mi cuerpo…</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKJkxRf7d5PUoBXY2xmZvOTug-q-h0qITlUPsE1l8uNPnMb48sQ718xZCgnOpM8J_C1RNDElhXHUIDqVFOkz0dHwHK9IX5VLqmcQOupaJVDJKs9qFMKbqPzmpS-vLAeDlSMY7f/s1600-h/fe812b28a39b03af44be53fe9802f48a%25255B8%25255D.jpg"><img title="fe812b28a39b03af44be53fe9802f48a" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="fe812b28a39b03af44be53fe9802f48a" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikDbQFiS3-eOr03GHnyDo7X7tw1wOsATD5q1mIOV65KinLdg5EtTFJrpq06P_WYLOjznNlIkedi410u_qGVfoQKdCVlmR9_ZU10keFDYjHlfKKwEfpmPFR6ovUcko2KEadAbK3/?imgmax=800" width="195" height="338" /></a></p> <p align="justify">Podría estar horas y horas detallando por completo estos casi catorce años juntos y aún así no habría llegado a trazar mínimamente el boceto de lo que significas para mí. Y sé también que detestas profundamente ser el centro de atención aunque te lo merezcas. Esta noche me da igual. Esta noche quería por fin hacerte el protagonista de mi historia, porque en mi vida eres más protagonista que yo.</p> <p align="justify">Te quiero, marido mío. Mi oso, mi “hoyitos”, mi otro montón de apodos cariñosos que hemos ido dejando por el camino. Te amo no sólo por lo que eres, sino por lo que soy yo cuando me siento seguro entre tus brazos.</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-15150448293383923202015-07-17T09:13:00.001+02:002015-07-18T10:10:04.990+02:00Sólo una pesadilla<p align="right"><em>Sábado, 18 de Julio de 2015</em></p> <p align="justify">El joven vampiro caminaba sin saber muy bien ni dónde estaba ni hacia dónde se dirigía. Una espesa niebla lo envolvía todo y evitaba que se divisara más allá de unos centímetros de sus ojos. Ni tan siquiera sus sentidos agudizados al máximo lograban traspasar esa barrera impenetrable, lo cual indicaba que tenía algún componente mágico o sobrenatural. Aún así seguía caminando más por la fuerza de la costumbre que por un verdadero deseo de llegar a ninguna parte.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsyeeu2Lyqiq9N9h2yBoqT4jFfUAtlO3tNeWT93__WRaV5CG0vj63F9CR9WbKmnrsPkoxHtSswO_NoNB_sFd2po8SR0rBcE0fW8LHVvf-obnVqH8xBfXsuZ-woQc9p-QGi5-rm/s1600-h/i_walk_alone_by_nelleke-d6iosp8%25255B3%25255D.jpg"><img title="i_walk_alone_by_nelleke-d6iosp8" style="border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; background-image: none; border-bottom-width: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; display: block; padding-right: 0px; border-top-width: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="i_walk_alone_by_nelleke-d6iosp8" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikBl_mPgclx8Xc1iH-RfN8uhcSec-GN_x9lUBesbgHb41TxzyLywkbcdOCgHXCi58ByR-vkUGO1JiZCjki6MZ3MypWNiXyyudVy8SEkj4f9JgjaoY82H7mGoiYNdyBz2AaH8iN/?imgmax=800" width="412" height="313" /></a></p> <p align="justify">De una forma casi instintiva, notaba a su alrededor presencias que le susurraban en un lenguaje que desconocía. Poco a poco fue captando palabras sueltas y finalmente descubrió que era una cacofonía de gritos y voces que se dirigían a él directamente, alejándose y acercándose para dejar mensajes muy perturbadores.</p> <p align="justify"><em>“No vales nada, estúpido chupasangre, no vales nada de nada. ¡Inútil!”</em></p> <p align="justify"><em>“Estás solo, ¿es que no lo ves? Nadie te va a ayudar, ni siquiera tú mismo”</em></p> <p align="justify"><em>“Ya no sabes ni cómo se llora, has perdido hasta esa pizca de sentimientos que te quedaban. No eres más que un cadáver andante”</em></p> <p align="justify"><em>“Tú eras un Príncipe, estabas en la cumbre. Y ahora nadie se acuerda de ti. Tus tiempos de gloria pasaron, pero sigues sin asumirlo. ¡Imbécil!”</em></p> <p align="justify"><em>“Todos estaban a tus pies… O eso creías. Te engañaste a ti mismo, todo fueron imaginaciones tuyas. Lo único que hacían era estar cerca de ti para reírse más de tus estupideces”</em></p> <p align="justify"><em>“¿Crees que contabas con aliados? ¿Con amigos? No les sirves de nada, no tienes nada que ofrecerles. Deja de ser una carga en sus vidas. ¡No vales nada!”</em></p> <p align="justify"><em>“Nunca supiste defenderte bien de tus enemigos, hicieron lo que quisieron contigo. Todas las batallas importantes se han librado dentro de esa cabeza hueca que tienes. Y siempre las perdías tú, ¡qué irónico!”</em></p> <p align="justify"><em>“La ilusión de tu supuesta Humanidad no engaña ni a un ciego. La perdiste hace tiempo y ahora te agarras a la esperanza de que no eres un monstruo. Bienvenido a la realidad, monstruo de caricatura”</em></p> <p align="justify"><em>“¿Fuerza de voluntad? Nunca tuviste ni una centésima parte de la necesaria para hacer nada por ti mismo. Sólo te dejabas llevar. Y ni siquiera eso lo haces bien”</em></p> <p align="justify"><em>“Te haces viejo. Más aún. ¿Esperas que el tiempo te respete? Se nota a la legua que ha sido bastante cruel contigo”</em></p> <p align="justify"><em>“Tuviste tu propio Rebaño y si no los has matado tú, te han ido abandonando cuando les han ofrecido vitae más exquisita. No sabes ni retener a los mortales”</em></p> <p align="justify"><em>“¡Cobarde! Siempre murmurando que vas a ver el próximo amanecer y antes de que asome el primer rayo corres a ocultarte en lugar seguro”</em></p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2UFQ51JENdsX0e_MdmGVqePBmaNWRsi-mjLJlAwO-PavYznAB-3-dxydmdprAg0Qk1QJTaH71TD4dP68Oe8-679VpO9mJ-6ROq-sanZsk4oSpVVEi66AY91QgQwEXtdvS95xQ/s1600-h/images67676-658x208%25255B3%25255D.jpg"><img title="images67676-658x208" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="images67676-658x208" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgceVp9CHWIt2Bvk3n9e55-q36tA8jd1jMo3niVis1mA6QNXpN0mUz1JS8w2J3i95-rsULqpcqFLvXrP34jDgDy2kSUZMgcvsYEjdFY0ZfOAh1O8XxSJso5ut-rX0qUDcHCuQDP/?imgmax=800" width="425" height="137" /></a></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Las voces seguían disparando con mucho acierto y las sentía como golpes físicos que le vapulearan constantemente. El vampiro intentó seguir avanzando hasta que las fuerzas le fallaron y cayó de rodillas. Se sujetó la cabeza con las manos y trató de gritar, pero sólo consiguió que unas lágrimas carmesí brotaran de sus ojos. Deseaba alejarse de aquellas voces, pero sólo se hacían más y más fuertes.</p> <p align="justify">De pronto, inspirando un aire que no necesitaba para llenar sus muertos pulmones, se despertó de la terrible pesadilla con la sensación de que aún sentía aquellas voces rebotando en su cabeza. “Malditos Malkavians, pensó, ¿qué les habré hecho yo para que me torturen así?”</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-33280003311439374552015-07-14T13:01:00.001+02:002015-07-14T13:01:31.439+02:00Estaciones de paso<p align="right"><em>Martes, 14 de julio de 2015</em></p> <p align="justify">Mi marido, que siempre guarda sus perlas ocultas de grandísima sabiduría para iluminarme, dejó caer el otro día mientras conducía de vuelta a casa una frase tan obvia, que no se me había ocurrido nunca: “cariño, nosotros sólo somos estaciones de paso.”</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ7KQRXamwONdaKjJ3aW7d5qH_nlpMEyVj0Wo9HIoCcfSV9kBjwEwtvw5mT3Rm-mZrWfwucjLFT7o3Ki3Jr6YeIC7_UA-z4oQZHTdCBK_Wurv40ksDmMIVpWjjEC846ftcliR9/s1600-h/a6995579812122828da9be24ebb2e0dbo%25255B9%25255D.jpg"><img title="a6995579812122828da9be24ebb2e0dbo" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="a6995579812122828da9be24ebb2e0dbo" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih3biOTHjknDKHg8zVmWgDGY8H7mssbH2YzIjTxlAjwc7Eb1ha_j6CG2NHcINJFIZyZ1zqqaFAJZ0gubQLqnaWB-zBj6eqeNHGR_Arc_Ct1jEtLD40hCkN935g60UjcTWtdhEQ/?imgmax=800" width="358" height="241" /></a></p> <p align="justify">En ese momento hablábamos de un conocido que durante unos meses se ha convertido en un nuevo amigo con el que es agradable estar, con quien decides cenar de vez en cuando y su compañía empieza a ser una pequeña rutina en tu vida. Sin embargo, esta situación cambia cuando aparece el amor (en su vida, la mía la tengo ya bastante cubierta en ese sentido). Unido a que debe cambiar de ciudad por trabajo, que su familia está lejos, que tal vez se sienta un poco solo, ahora ocupa prácticamente todo su tiempo en su incipiente relación. Por lo tanto, los ratos con los amigos se han reducido a la mínima expresión. Las emociones fuertes es lo que tienen. Una frase que yo uso mucho: “antes tenía amigos y ahora tiene pareja”.</p> <p align="justify">Pero es cierto que la perla de sabiduría provocó una cierta reflexión que quería compartir y por eso retomo mi polvoriento blog para ello. Ser estación de paso. Porque cuando los viajeros se detienen en una, tal vez no sean conscientes de que no van a permanecer demasiado tiempo, pero siempre el justo para disfrutarla, aprovechar la sombra de interior, cobijarse del frío y la lluvia o bien tomar un café para despejarse antes de coger el siguiente tren.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOG4TbAo22RXM9wfUU7iBvRXTzMST7yMPAK_SGvr5-ddx_BWgJqLXUjQ7a3WdmJri0ZntancxjPcZojtzHnzdShzuo6Q3-kTwwyRpfIEs9A6VYyV4ReZTIEHYyBrxZFk-DJ9gM/s1600-h/485025193_145af071f3_b%25255B3%25255D.jpg"><img title="485025193_145af071f3_b" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="485025193_145af071f3_b" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOQuNaNOIxogcjT_fTfpJ-qKWoskMohU5Y3szWJhkcG31kuy8Gr6tGcED5kuB3zFjVWeh2CQlqzAksDpYyjMWvwF9LVE6rzQQvdENS3lERjcPSMRmwkDn9NBIR39N95WCkfG_e/?imgmax=800" width="413" height="273" /></a></p> <p align="justify">Y los trenes, lo queramos o no, nunca dejan de pasar. Detenerse definitivamente en un viaje se hace sólo en las estaciones de destino, que generalmente se encuentran en ciudades más grandes, con más maravillas que visitar y una verdadera intención de quedarse. Al final, las estaciones de destino son quienes aparecen en las fotos de Facebook o Instagram con sus turistas risueños y sus filtros color sepia. No tienen por qué estar en ciudades verdaderamente concurridas, simplemente tienen que tener una vía donde el camino muera y los pasajeros decidan que no quieren buscar otro billete que los lleve de vuelta a saber dónde.</p> <p align="justify">Pero las estaciones de paso siguen donde están, en medio de la nada, sin ningún interés más allá del de ser pequeños descansos en un viaje que se antoja largo y aburrido. Y cada pasajero que se baja deja su marca, erosiona un poco las paredes, pule los suelos con sus zapatos. La estación simplemente está ahí para recibir al siguiente, posiblemente porque no sepa hacer otra cosa y esas pequeñas visitas fugaces sirvan para romper su aburrida monotonía o dar un poco de ruido al hall vacío. Quien pasa por esas estaciones se alegra de la parada y las suele recordar, tal vez sin mucho detalle, con gran cariño y agradecimiento. Sin embargo el tren llamará para continuar el trayecto y, aunque a veces sea doloroso, hay que dejar partir a los viajeros. Al final, sólo somos estaciones de paso.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx7SETi62mgqncujG_p61-OvOtM_p8KruhlAARQSt4WFb8ODTuUGOxT1i7CoRmirJPijCHDTNLvlsuqY3Apf26J0b6vApdot1xQsruiHxWrSqErTXLRD73KIPfyhJ_kihe371u/s1600-h/pittcotrainstat%25255B4%25255D.jpg"><img title="pittcotrainstat" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="pittcotrainstat" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2SSM16MK9dsVVOPlETrYoNyxE9BMq5tDTSDw0jCFuszaA6qNzWdxQVQzLczW4Wf7JZhjJ7hcxNT6NNSIQZUVrXPeSgwppwSl0nGaXQCSg1NxpOqmYakdJefb1q9smjJCPlsVM/?imgmax=800" width="395" height="263" /></a></p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-90529612514910503832014-10-10T12:48:00.001+02:002014-10-10T12:49:31.647+02:00Copenhague<div style="text-align: right;">
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El joven vampiro dejó su copa
vacía en manos del estirado camarero que pasó a su lado. La noche se antojaba
larga y era mejor permanecer sereno el resto de la velada, ya que lo que
hubieran mezclado con la sangre de las bebidas tenía el regusto amargo del
alcohol. No era la primera vez que acudía a una corte con tanto Antiguo reunido
en la misma sala, pero si lo que le habían contado del Príncipe Frederick era
cierto, no era conveniente cometer ni el más pequeño desliz en su presencia so
pena de incurrir en su ira y, en casos extremos, conseguir que convocara una Caza
de Sangre. Obviamente nadie se mantenía en el poder durante tantas décadas (o siglos)
sin tener mano dura y este Príncipe la debía tener de granito. Tampoco resultaba
extraño, dado que era un Sangre Azul fiel a las Tradiciones, así que mejor ser
cortés en exceso que quedarse corto y expuesto al castigo. Lamentablemente el acompañante que
presentaría en la Corte al joven vampiro tampoco era una apuesta segura, dado
que pertenecía al Clan de los Lunáticos y nunca se sabía qué esperar de sus bromas
o esquizofrenias. O la mezcla de ambas. Sin embargo eran amigos desde hacía tiempo
y sabía que se podía confiar parcialmente en él, ya que su locura ("visión"
lo llamaban ellos) solía reducirse a comentarios cruelmente irónicos sobre
cualquier secreto que su interlocutor quisiera ocultar. Probablemente fue la
causa de que su amistad fraguase en la época en la que el Toreador disfrutó de
su posición de Arpía, ya que formaban una pareja despiadada que causó más de un
disgusto en la emergente Salamanca.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La fiesta se había convocado en
la impresionante biblioteca conocida como El Diamante Negro. Su estructura exterior
era tan impresionante que no desdecía en absoluto con su apodo: los paneles
oscuros que reflejaban cualquier fuente de luz y la multiplicaban infinitamente
en cada una de las facetas del edificio. Los invitados entraban por una puerta
lateral y el amplio interior seguía sorprendiendo al joven vampiro por su
magnífica decoración. El viejo Frederick realmente se había esmerado con los
detalles, según parecía. Y allí estaban, admirando unos cuantos cuadros de arte
danés contemporáneo mientras la política de la ciudad se dirimía entre
comentarios inocentes y juegos de salón. Tan lejos de sus dominios tenía una
influencia mínima y la mayor parte de las conversaciones (al menos las que
llegaba a entender) no tenían demasiado interés. ¿Qué importaba quién controlara
al jefe de la policía local si seguramente algún agitador Brujah ya se habría
encargado de sobornarle o manipular a los bajos fondos? ¿O qué preocupación
debería suponer el aumento de la influencia Setita en la universidad si los
Tremere disponían de recursos ilimitados y protecciones mágicas específicas?
Más grande o más pequeña, cada ciudad tenía sus propios juegos de poder y se
enredaban igual que los hilos de un tapiz a una escala muchas veces mucho mayor
de lo que se imaginaba.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Dado que su acompañante y guía
había desaparecido y no conocía a nadie más, un Toreador en tierra extrajera
sólo podía hacer una cosa: admirar arte y cotillear. Y dado que lo primero era de
una calidad bastante pobre decidió decantarse por lo segundo. Al menos las conversaciones
se desarrollaban en un inglés bastante aceptable y permitía captar las ideas más
importantes así como aportar lo que fuera necesario para no quedar fuera de
tono. Además la visita de un extranjero que "sólo estaba de viaje"
siempre atraía cierta atención y preguntas de lo más cortés acerca del avance
Sabbath en España y los supuestos rumores de la muerte del Cardenal Monçada a
manos de su chiquilla Lucita. Dado que las respuestas se ceñían al guión
habitual de la Camarilla en relación a las extrañas noches de la capital, las
sonrisas educadas se transformaron en aburridas y los grupos se fueron disgregando
para atacar carnaza más jugosa. El joven Toreador se quedó de nuevo solo con
una copa vacía y sensación de estar fuera de lugar.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Su sobrenatural sexto sentido le
advirtió de algo difuso y poco identificable, pero le puso alerta para evitar
ser sorprendido por lo que estuviera a punto de ocurrir. Por suerte no fue una
emboscada lupina ni su amigo Malkavian con alguna broma pesada. Para su
decepción, dos jóvenes se le acercaron uno por cada lado (la habitual táctica
de flanqueo de salón) con miradas muy directas y claras intenciones de
abordarlo. Obviamente se conocían y habían preparado el encuentro dado que
alternaron preguntas acerca de la procedencia del Vástágo, sus viajes
anteriores, cuánto tiempo se quedaría y demás palabrería que trataba de ocultar
otro tipo de interés. Uno de ellos tenía un aspecto completamente mediterráneo, cabello
oscuro y buen porte. Su voz era grave y sonreía con una malicia deliciosamente pícara.
El otro, más alto y espigado, tenía un origen emparentado con la India por su
color de tez, su blanca sonrisa y su marcado acento. Ambos estaban aún vivos por
lo que se podía detectar de sus latidos, sus respiraciones y sus sonrosadas
mejillas. O poseían una habilidad excepcional para ello, aunque en una reunión
de esa categoría no era ni necesario ni tan siquiera adecuado. ¿Qué hacían allí
entonces?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La respuesta no tardó en llegar
cuando ofrecieron sentarse en una de las mesas apartadas para ofrecerle un
acuerdo de lo más interesante para todos. En ese recorrido, el chico indio ya rodeaba
el brazo del vampiro con una confianza que no era mutua. Ya sentados y manteniendo
la apariencia de continuar con una charla entretenida se presentaron como dos
de los numerosos ghouls de un Ventrue de segunda de una familia menor de la
ciudad. Sabían que sus posibilidades en Copenhague para ser Abrazados eran
mínimas y lo deseaban con muchas, muchísimas ganas (esta última frase fue
acompañada por el cálido roce de un dedo del joven mediterráneo sobre la mano
del vampiro). Por tanto ofrecían su sangre y su absoluta fidelidad a cambio de
ser aceptados como miembros de la Estirpe de pleno derecho en alguna Corte
europea. El joven Toreador les miró en silencio durante un rato, valorando la
intensidad de sus miradas, la ansiedad que hacía palpitar sus corazones
frenéticamente y sus sonrisas esperanzadas. Jugaban con la baza de ser
hermosos, muy hermosos, un factor que siempre erosionaba su fuerza de voluntad,
pero creía que esa extraña pareja no había sido del todo instruidos en los
peligros y sacrificios de la no-vida. Así que soltó una risita y les puso una
mano a cada uno sobre los muslos. Sí, les ofreció, por qué no. Pero a condición
de que soportaran y sobrevivieran a una noche completa en su compañía,
empezando por su hotel. Lo que no les dijo fue que se divertiría con ellos todo
lo que pudiera, pero que no tenía intención de arriesgarse a un enfrentamiento con
ningún vampiro de la ciudad, por débiles que fueran sus lazos con el Príncipe.
Y que sospechaba que no sonreirían tanto cuando vieran morir a su primera víctima
desangrada. O sí, quién lo sabía...</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-7822658187821577462013-05-23T18:40:00.001+02:002013-05-23T18:40:40.430+02:00Crucero de placer<p align="right"><em>Domingo, 19 de mayo de 2013</em></p> <p align="justify">El joven vampiro volvió a cerrar los ojos para disfrutar de la música celestial que emanaba del piano, la dulce cadencia que inundaba sus oídos gracias al magnifico intérprete. Se dejó arrastrar por la fascinación propia de su Clan sin oponer resistencia, se sintió elevado hacia una especie de estado meditativo en el que cada nota era una explosión de colores en su subconsciente, cada cambio de ritmo una puerta a una sala llena de imágenes surrealistas y cada silencio una entusiasmada espera para la siguiente sorpresa. Podrían pasar horas antes de que despertase de aquella ensoñación, pero esta vez no le importó. Esta vez iba a dejarse llevar y... Una ira creciente y furiosa le invadió cuando notó que una titubeante camarera le zarandeaba con suavidad para despertarle y ofrecerle otra bebida (la anterior había acabado lenta pero discretamente en la maceta más cercana). Su mirada casi asesina o tal vez un uso subconsciente de sus habilidades sobrenaturales alejó a la joven con una rápida disculpa en los labios.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAucR8Ebu0Va-XZcaxERkwlsh9BMMVYWq7VRc9-_gDJ5754Ibwpuy2e0xOZOXGmDaOJ1PDuZPPiXNySRB6gU44Y_zs-2KZ1LyXBxWXsPFp5BIVhr-_Q9OTWGrekqkjFqxdcczg/s1600-h/pianista%25255B4%25255D.jpg"><img title="pianista" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="pianista" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYGiuQ5FPVNIf7gQMpA-QysHznL7nsZU_kfSoc4WPkCK_0CAUJwhFNpRy2aMRRSNThbpZ6e8FxsGnfgHNpaYwsvzOlnJZhO_Hznc4TM2mdHKbUYdJ-XG5fLsvseFCZ04fZmA8Q/?imgmax=800" width="344" height="273" /></a></p> <p align="justify">La sala donde estaba el piano se había vaciado prácticamente del todo, dejando únicamente a esa pareja de ingleses que se besaban como si no hubiera mañana, el ruso con pinta de mafioso que sobaba sin tapujos a su acompañante bastante más joven que él, el vampiro y el pianista: Giuseppe. Ah, de haber sabido que disfrutaría de tan hermoso músico, con un talento desperdiciado, no habría tenido tantos reparos en embarcar en aquel crucero lleno de mortales fingiendo ser nuevos ricos con una elegancia equiparable a la de un Nosferatu con ropa elegida al azar y recién salido de la alcantarilla en la que viviera. Efectivamente, le estaba costando lo indecible contener sus ganas de provocar una masacre en aras del estilo, la moda y el buen gusto. Pero, lamentablemente, incluso en aguas internacionales como estaban, no sería del todo bien visto. Y eso, sin duda, podría ser un inconveniente.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCyitETKfJulMsLShlxHCjLXxi4B4br-NLBL85ZztyqNR7-Br3kJNJjuJ4gMg6cHLkUadbM0K2c7z6GdH300jjTCVfx5-QlDD0JWJeFyDWgCXByXx8_hXr4nLKt4d0SuItA2bq/s1600-h/crucero-noche%25255B4%25255D.jpg"><img title="crucero-noche" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="crucero-noche" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMTm7wgYsG7uDymPZTQnZq-6DlrEN6ML2FaueWb8DhrhyphenhyphenJqxZoSETLYPju2w-9lh6lCW1BsVTre7y2GKAUQvNdcbkTeXD8SX1zaXR4vJ6dkrUqMWSw44EyrE36qSWRz4hUgIOE/?imgmax=800" width="324" height="164" /></a></p> <p align="justify">Aún no sabía cómo se había dejado convencer para un viaje que ponía tan en juego la Mascarada, pero empezaba a hacerse viejo y echaba de menos las emociones fuertes de su juventud, décadas atrás. Además, ¿qué era lo peor que podía ocurrirle? Sin duda no iba a ahogarse y sus correrías nocturnas hacían que fuera sencillo no aparecer en las horas de sol. Por suerte había elegido aquella ruta por sus numerosas paradas de varios días en diferentes puertos mediterráneos y así podía pisar tierra y hacer turismo. Alabado fuese Caín por no haberse encontrado con ningún Vástago peligroso, habida cuenta de que se encontraba en territorio francamente hostil. Las relaciones de la Camarilla con los Giovanni no pasaban por su mejor momento y se estaba saltando a la torera la Segunda Tradición no presentándose ante el Príncipe o mandatario local. Podía provocar un pequeño incidente diplomático, pero lo más seguro era que la situación se saldase con una Caza de Sangre o viendo un último amanecer. Triste, pero efectivo.</p> <p align="justify">El piano volvió a destilar un melancólico sonido que sonaba a triste despedida y última canción de repertorio. La última nota pareció una lágrima cayendo con suavidad en un lago de plata líquida y flotó en el ambiente cuando el pianista se levantó y saludó con una ligera inclinación y una leve sonrisa al último espectador que quedaba en la sala. El vampiro asintió con solemnidad y aplaudió imitando un cierto deje burgués. Había sido una noche excepcional y debía agradecérselo como era debido. Durante un breve pero intenso segundo se planteó invitarlo a su camarote, fingir un apasionado coqueteo y después clavar los colmillos en su cuello para saciar el hambre. Incluso destelló la idea de ofrecerle una nueva vida, hacerle renacer y conservar su talento para siempre. Pero la experiencia le decía que esas historias de folletín nunca acababan bien. Era mejor dejarlo estar y permitirle vivir y morir como su destino le dictase, suponiendo que había un destino o alguien que lo guiase.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXb86XCfyreyFK9xsaE6bEwK_XHIJkQSvWO2S_wMmL7Y42tLf8bE_DE1zyeCdOJo2VHkwzJmdjhFaFTU7VCQXSoEd8Ut5z0Q7mYDC0PtjAc-NN4JH5F6Vm3ipCeB7p54xHhhRq/s1600-h/949374161479_CNKNKVWAFTVYHJG%25255B4%25255D.jpg"><img title="949374161479_CNKNKVWAFTVYHJG" style="border-top: 0px; border-right: 0px; background-image: none; border-bottom: 0px; float: none; padding-top: 0px; padding-left: 0px; margin-left: auto; border-left: 0px; display: block; padding-right: 0px; margin-right: auto" border="0" alt="949374161479_CNKNKVWAFTVYHJG" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi30U6NUK7azzbKChtgks3kmdwaY1Si4tKYD5vmHW14AIwepOdkmA63S01qNLANBbp27WuRe-y7WN7i3HLzKpOVsaaqIxaQOXqwJWvxyRTrI7bPpPAZT-zsCcc-2yM327t9MCa9/?imgmax=800" width="347" height="261" /></a></p> <p align="justify">Pero el hambre seguía ahí y la Bestia reclamaba su tributo<em> </em>esa noche. Era tarde y cazar en alta mar parecía impensable, pero en un pasillo cualquiera se cruzó con un joven del mostrador de atención al cliente que ya le había sonreído varias veces al verle. Era un menudo muchacho moreno de no más de 25 años, mirada pícara y un cierto aire de suficiencia. Su acento italiano lo delataba en cualquier idioma, pero le daba un toque muy exótico. El vampiro se giró y descubrió que el chico se había girado y le miraba con estudiada intensidad. No era la primera vez que hacia aquello, era evidente, aunque su táctica de seducción dejaba mucho que desear. Daba lo mismo, sería una suculenta cena.</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-26892903723313469912012-12-04T11:42:00.001+01:002012-12-04T11:42:44.784+01:00Sí, acepto<p align="right"><em>Martes, 4 de diciembre de 2012</em></p> <p align="justify">Tal vez no te creas lo que vas a leer en estas líneas. De hecho, ni yo mismo acabo de creérmelo mientras intento ordenar el batiburrillo de ideas que intento plasmar y que, seguramente, no serán más que un pobre reflejo de la realidad. Que las Musas me asistan.</p> <p align="justify">Han sido muchos, muchísimos años de yermas peticiones, preguntas de respuesta vaga y abundantes bromas sobre cuándo, cuándo, cuándo. Reconozco que hubo momentos en los que dudé, días en los que me desesperé y siempre busqué mi tabla de salvación en tu ternura infinita y tus abrazos cálidos como el sol de primavera. Pero no sé si la perseverancia o el cansancio tienen su recompensa y, a primeros de año, se fraguó racionalmente el momento de dar el paso. EL paso. Que sólo sería eso, un mero trámite para formalizar una realidad ya existente.</p> <p align="justify">Los meses transcurrieron como siempre y los mecanismos legales encajaron sin problemas. Empezamos a dar la fecha a familia y allegados y recibimos las primeras muestras de alegría, que se tejían con nuestro buen ánimo y nos daban alas y confianza. Pero sólo era un mero trámite, tampoco era necesaria tanta alegría. O eso nos repetíamos de vez en cuando.</p> <p align="justify">Y sin mucho más, nos plantamos en los días previos al esperado evento. Sí, siempre quedará en el recuerdo que el día anterior fui a comprarme la ropa que llevaría. Pero lo que puedo afirmar es que según me iba probando camisas y americanas, notaba cómo mis fibras nerviosas comenzaban a vibrar haciendo que las míticas mariposas revoloteasen en mi estómago. Tal vez verme con un modelo u otro delante de un estrecho probador lo hacía más real. Tal vez saber que quedaban escasas veinticuatro horas lo dejaba al alcance de la mano. Tal vez sólo fuera sugestión propia del momento. Pero empecé a estar nervioso. Mucho.</p> <p align="justify">El día D me vestí en casa de mis padres y atarme los botones de la camisa ya fue una aventura en sí misma. Me sentía encorsetado, rígido, centrado solamente en llegar a la hora exacta al Juzgado porque esta vez sabía que no me perdonarías un solo minuto de retraso. Y ha sido la vez que más puntual he llegado en toda mi vida. Que nadie me pregunte cómo lo hice. Y allí estabas tú, esperando ya con un buen montón de amigos y familiares. Montón que siguió creciendo con sorpresas de última hora que nos abrazaban, nos felicitaban y nos besaban. Ver en la sala tantísima gente junta, tantas cámaras apuntándonos… Sí, creo que ese fue el momento en el que me sentí querido y arropado, en el que me di cuenta de que somos tan especiales para ellos como lo son para nosotros. Que querían estar ahí para compartir un momento especial en nuestras vidas. Que te cogí la mano más de un momento para asegurarme de que era real.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeuqAbuOkbAmaI56GngzUyYUxVWAL3ubomlvLA1tuudncBjFw14T5Fbzb0J2OfRCPBAV4YrnJj0G_QJJBifFkTo2UBS1XojBE-SEXroZ8PvjnNQxluJv3LHU5zbi5c0QPVaLtx/s1600-h/405147_4981570140782_51946003_n%25255B3%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="405147_4981570140782_51946003_n" border="0" alt="405147_4981570140782_51946003_n" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEnIO_YXxVprohBAKxvELkRTRozSH_Jv0hKf2Uyx_Slto2fLgIdctuAHIs9dHp8vrjMvl1UnxE0Zc5oi-Ri33FeXZ16qkbeaG-hiCZmU5vlTi5oZrx0Bv4A8yzBn3u4Ve6QBC0/?imgmax=800" width="398" height="300" /></a></p> <p align="justify">Te recuerdo exultante, brillante, guapo, elegante, entregado, FELIZ! La ceremonia duró el suspiro habitual y me podían las ganas de sujetarte la cabeza con las manos para que no te escaparas de aquel beso ya marital. Porque ya eras mi marido. Y yo el tuyo. Comenzaba un nuevo principio, un punto y seguido, un capítulo nuevo. La vida no da un giro radical, pero sí que fui consciente de que pequeños detalles no serían como antes, porque aunque sólo era un mero trámite, nos dimos cuenta de que estábamos diciéndolo para tranquilizarnos a nosotros mismos.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7cz1T6Yq4Al7c1CHSOaI6ESLew0Xbv6ctptrpD5c6tbzp7uk_-BgPjt_qTWmV_DoV3_ZCAt97E5HsnqimVs8yZEhnZbRwbl00_GIGkW8_R9cSsDIreg-EkKxLFcDooXcQ2VvM/s1600-h/424900_4981579061005_1430986009_n%25255B4%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="424900_4981579061005_1430986009_n" border="0" alt="424900_4981579061005_1430986009_n" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsnRuPVsuLdICwQkRUfr0nvCfJEwG5wg3eso1W9iJwiirD9yqzO6aI3opFBQUzKD145MCPYoV8kanTKp_j7qZz8u7hNMfVqIqRDI-BPUNXyW3tWrFWYzDtio_8yp_WIU3WwOg2/?imgmax=800" width="377" height="284" /></a></p> <p align="justify">Te quiero, marido mío. Soy muy feliz a tu lado y, aunque sé que no va a ser un cuento de hadas, las malas rachas se podrán superar como ya lo hemos hecho. Y ahora los momentos de recuerdo siempre podrán incluir este día por su significado y su importancia en nuestras vidas.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4nG-1HzZYspjDDgtNcccaSSJa8dXOmLPLPSxXQH1WQ6niidYKkZZMXXTm7t8LakBd-0AK79L2OxZbWaNF2mi0m_MzZB-wR8q6Lmeb285-19uAsCUI9CeBXTgNE0pDvfIFYXBY/s1600-h/189840_10200096181511047_841847226_n%25255B3%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="189840_10200096181511047_841847226_n" border="0" alt="189840_10200096181511047_841847226_n" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNlLz4ofKFaUboC-60Xf6Srt-1j_p5lzz7qU6zlQl1l_tSo9cx5V4dpRvD0e2Td2kIs8bV4Fijsj7JEzhrJGulP-ZI9BDT6htz02C6i2-HwY6FKPN0tbt65y9xBAs8tCSFDlnV/?imgmax=800" width="364" height="484" /></a></p> <p align="justify">Te quiero.</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-21000302840326081292012-11-05T03:50:00.001+01:002012-11-05T03:50:06.203+01:00Frustración<p align="right"><em>Domingo, 4 de noviembre de 2012</em></p> <p align="justify">El joven vampiro siseó con desesperación contenida mientras notaba cómo la ira se apoderaba de él. Apretó los puños con rabia y trató de alejar de sus pensamientos las ansias asesinas que aullaban como lobos hambrientos. ¡Cómo se había atrevido, esa loca Malkavian, esa lunática sociópata, a robarle delante de sus narices a su presa de esa noche!</p> <p align="justify">Cierto era que, como cualquier depredador, no siempre había conseguido cobrarse el premio de una noche de caza, pero no acababa de acostumbrarse a la idea de una ocasión desperdiciada, un precioso tiempo perdido y un deseo insatisfecho.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1uSdwvo-C_hp4V-HBgpURTyIzV5syWZV1I71SSf4LrMyCoyEwAlAwMK6_2fC4sM6S9bMWnsXSM_A4xI9jcqTBlODBwl2-MGPa2Hkq2oHQIFRoNFcxhT0NZJmJaqfxSYbhXzyV/s1600-h/desesperacion2%25255B1%25255D%25255B3%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="desesperacion2[1]" border="0" alt="desesperacion2[1]" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDy9NEtbECFBXRgebVv1UC6xxKKVYvxuuzPcLLDBG_pSGU9mX2kWRwmbnuLVnAhBRq_4ajZD8BNu6gZSGD47fVXp_8u8A7pQe0f-nGFjHyESbSHDITCpbobgeuRYpnwn62L65J/?imgmax=800" width="359" height="484" /></a></p> <p align="justify">Además, había estudiado a aquel joven durante casi una semana, siguiéndole cada noche hasta la puerta de su casa cuando averiguó dónde vivía, había movido sus hilos para conocer sus actividades diurnas, tenía su número de teléfono y hasta había cruzado algunas palabras en la discoteca en la que “casualmente” coincidieron la noche anterior. Casi había saboreado su preciosa <em>vitae</em> en esos momentos en los que tuvo que susurrarle unas palabras al oído para escucharse por encima de la atronadora música electrónica. Había decidido disfrutar de la caza de este ejemplar y había invertido mucho tiempo y recursos en él. ¿Es que ya no se respetaban las antiguas normas de etiqueta?</p> <p align="justify">Pero había tenido que intervenir esa maniática bipolar de estilo gótico y labios rojo burdeos para fastidiar la operación. Ella llegó con su sonrisa encantadora, su mirada desquiciada y ese don que tienen los de su familia para ver más allá de lo evidente. Así, sin saber cómo, en menos de un parpadeo, se lo llevaba de la mano calle abajo para devorar su sangre sin más miramiento. Incluso tuvo la poca delicadeza de volverse a medio camino y dedicar una sonrisa taimada al joven vampiro que seguía con el rostro desencajado por la estupefacción.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRMqJbWzb22AJRcHz09SB0sA145obQQH02LQaJuBjiANbxJssW7GU0feIPC0u0fUPcDqVYRZ_vrE0CP6Lk26_-L8o8nUKLJCOe-UnO38XdGVZTf3kU94VpfMSRHwcIsrXF_nfP/s1600-h/malkavian_girl_by_morbosis-d46zhgs.png%25255B3%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="malkavian_girl_by_morbosis-d46zhgs.png" border="0" alt="malkavian_girl_by_morbosis-d46zhgs.png" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgS7bQY89ge_FgiYdiCHWcnLimrA3vtOp8-Fy1D6A9XykjfR8VF4nJovtenW-HSQ1Mzz6xgyLRqJshP5WwKsZrOp5o9qPJsSkIluO4iKAT6KgnQsD7dFyk0Exlb3V5sO7oDgYHb/?imgmax=800" width="364" height="484" /></a></p> <p align="justify">¡La maldita zorra se lo había quitado delante de sus narices y ya no había nada que pudiera hacer por evitarlo! Ni una queja formal al Príncipe serviría de nada, ya que no estaba en su Dominio ni era un recipiente que le perteneciera por derecho.</p> <p align="justify">De vuelta a su refugio, el cainita despechado se hundió delicada pero inevitablemente en una profunda melancolía. Tal vez ya era demasiado viejo para seguir utilizando tácticas arcaicas. Las nuevas generaciones campaban a sus anchas usando la tecnología, su cercanía a la Humanidad y su desconocimiento de las reglas de buena conducta hacia los mayores para poder apoderarse de las mejores presas, sin importarles a quién pudieran atropellar por el camino. Y esta vez le había tocado a él. Él, que había deseado hacerlo suyo en una cama con sábanas de seda y luces atenuadas. Él, que había imaginado que suspiraba su nombre cuando notaba los colmillos hundiéndose en su cuello. Él, que casi podía notar su corazón aporreando su frío pecho para revitalizar sus muertas venas de nuevo.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGbu3y1b7M5B-qgC_gbZfz6vMkAkndXitHX30CojyadLN0J_F2roJME0Z8p9ufm-N2_fyCuxETIuimdgRiLRFkXzOV_NzLrmPaAxCRtoGQW48gTclf8pW5YKCJCcI4-QKP7Ecb/s1600-h/melancolia%25255B4%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="melancolia" border="0" alt="melancolia" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgucqueCMZM4AYDFLeAO6LKHnA5raKfaAjGhICbVMfrEQPzPeKG3-7yza0T3IbWhcGfYJeS_yXIqUr63-9qL7PEw0DsVwFJluZAgHpWYxQuXwJHGEBk2sZjNrfdRS3hIWYd0N5M/?imgmax=800" width="375" height="344" /></a></p> <p align="justify">Tal vez, sólo tal vez, era el momento de asumir que ya no era la época de los vampiros románticos de hace doscientos años. Bram Stoker ya había muerto y su novela también. Shelley y Stevenson sólo eran historia. Lugosi se pudría en su ataúd de pino con una capa ajada. Tal vez, sólo tal vez, era el momento de dejar de seleccionar tan cuidadosamente las presas y lanzarse a la caza desenfrenada sólo para saciar el hambre. Sólo tal vez.</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-74881057043682893462012-10-31T13:00:00.000+01:002012-10-31T13:26:36.593+01:00Amores de juventud, amores de madurez<p align="right"><em>Miércoles, 31 de octubre de 2012</em></p> <p align="justify">Desde hace un tiempo, compartiendo experiencias y hombros en los que llorar, he vuelto a darme cuenta de un detalle que no tengo muy claro si es de conocimiento general o bien sólo lo he percibido yo porque soy un cínico irredento.</p> <p align="justify">Prácticamente todo el mundo ha tenido uno o varios amores de adolescencia, cuando todo son un puñado de hormonas y bastantes ganas de comerse el mundo con sueños más o menos imposibles. Son esas ocasiones en las que sientes que tu corazón tiene alas cuando ves a la persona amada, cuando lloras con el alma casi literalmente partida porque te han traicionado y cuando poder tener una cena romántica en una hamburguesería es el mejor momento de toda tu vida. Son esas relaciones tan apasionadas y tan descontroladas que, por suerte, están sujetas por nuestra falta de independencia económica y por unos padres que suelen intentar enseñarnos como pueden que aún queda mucha vida por delante.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLGyggXBhC3ZjrnbbDPjvnQ6564XeBbk56NpOUI9vBXdKxmpjEYBWbntDiIRmCP0Eyf4Nf2a6GkjLtkHQGCjhxXzprdOEdEhsRn_Oic_E6UDKCCojlRRSpJVoNJvO72G1Lb_45/s1600-h/amor-adolescente%25255B5%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="amor-adolescente" border="0" alt="amor-adolescente" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2I5ZhywQ969McUthvXTBsqG4COFaRO1OUmQI_S1qIXK38D36PHgOBGmALrEmiUg5EGv0pMegT65ugr5XAO1cFrlnMryjAcCOl44kO0LO39Cozw-tx8hRpUM2arXNyUDgvwCBM/?imgmax=800" width="324" height="280" /></a></p> <p align="justify">Cuando los años van pasando factura y las cicatrices en los sentimientos nos hacen un poquito más duros, todo se ve con otra perspectiva y aunque nos seguimos enamorando con las ganas de ser el centro del mundo de quien ya es nuestro centro, de compartir algo más que un par de películas en el cine e incluso construir un futuro juntos, llevamos una protección forjada con las experiencias previas. Algunos, incluso, creemos ver de antemano el final y las segundas intenciones pese a que no solemos acertar, pero es que somos así.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Los casos curiosos los estoy descubriendo ahora, en lo que algunos consideran el inicio de la madurez (no en mi caso, os lo puedo asegurar). De vez en cuando conozco a alguien con una biografía en la que hay una ausencia de estos amores locos de juventud, bien porque sigue con la misma pareja con la que estrenó su virginidad sentimental o bien porque nunca ha sentido esa pasión arrebatadora que aprisiona los sentidos. Y, curiosamente, otra persona aparece en su vida que les abre las mismas puertas de la gloria y el mazazo es, siendo elegante, como una patada en donde a los chicos nos duele más. De pronto, toda esa contención de años, todas las presas de ríos de plenitud espiritual, empiezan a fluir como un torrente desbordado que arrasa con todas las ideas asentadas y muchas veces deja al descubierto algunas que incluso se desconocía que existieran. El terremoto supera la escala conocida y no suele quedar nada en pie que recuerde remotamente a nuestra vida anterior. Vida, por otra parte, que jamás volverá a ser igual por más que queramos dar un paso atrás. Además, ya no somos adolescentes.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIeLtj7D1s1hqd2h470V7YA5cRmZTMj1StyBi3l-JqY2MIFooTyBwo2TkWt2Xd-7tziZGp8UmUwAaqnyY49423wL_AfZmXkHrcPvmrJZei-p4beRggHU3IdbncpdBJ4xUNVd59/s1600-h/chains111%25255B3%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="chains111" border="0" alt="chains111" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2Ima-8onx1fX43yzC7NZOvnz31Uhwmstqe6bRAsw0juZGnP-cv4XreFW_i18oCYV_aMofHYKhzRFrPv8VMMAYklCcJXHtlPxgbGYUOaELCNRuO9qWP75E22wnD6bkVcX85qqK/?imgmax=800" width="394" height="274" /></a></p> <p align="justify">Sin embargo, el mayor peligro que descubro en estas situaciones es que, justamente, que ya no somos adolescentes.  Aunque sea poca, hay una cierta independencia económica que otorga libertad suficiente. Y tampoco tenemos unos progenitores frenando nuestros salvajes latidos con consejos de toda la vida y frases vacías. Podemos hacer viajes cruzando el país porque él (ella) tiene un catarro o bien hemos visto el anillo que encajaría de forma perfecta en su dedo. Nuestros amigos no nos comprenden porque sentimos un fuego tan arrebatador que nos consume las sinapsis cerebrales, por más que sus palabras sean las más sensatas que hemos podido escuchar en años. Nos sentimos en el derecho de vivir las experiencias al límite ya que no las hemos vivido antes. Nada puede detenernos porque tenemos el corazón tan hinchado, que se nos escapa del pecho.</p> <p align="justify">Seguramente todos hemos conocido historias con finales más o menos felices, con parejas que aprovechaban la ocasión para desplumar al Romeo (o Julieta) ciego y generoso, con rupturas que uno de los amantes de Teruel no acaba de aceptar y se arrastra por el lodo suplicando una segunda (o tercera, o novena, o vigésima) oportunidad, con más gritos de despedida y menos abrazos sentidos… Son el día a día de nuestros “amores de madurez”, ante lo que los preocupados espectadores no podemos hacer otra cosa que aguardar pacientemente para recoger los pedazos de nuestro amigo (o amiga) y recomponerlos lo mejor posible para que pueda seguir caminando.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQrDpE6cjUBpPLRL4GO4PaRiaK8-hiM87zPDplPZ9tao_Kxzi0U7aBxnlGvJLDrbn6K-5Bs5ahWKIxoaPZB4t71UcUtRGC6rHjKWH-Z3dZS9I-rYvfZ9VWhRqfq_xktuAnCSor/s1600-h/Chained_Heart__No_Escape_by_Onikisou%25255B5%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="Chained_Heart__No_Escape_by_Onikisou" border="0" alt="Chained_Heart__No_Escape_by_Onikisou" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAofd2DYRpUf-i6kZuz1qFQxQQjNy0LrsKkr5bD1P1tK1X3IpLIlcsZmtKlomT0PCTSPLQbp61OJ6Gx0_D2rwEeQ2m0E0q3ISTv_R2FaUwfmy-fAEnALzQiJCeXMNQScjcXbIF/?imgmax=800" width="375" height="253" /></a></p> <p align="justify">Así pues… ¿es mejor no dejar de ser nunca un adolescente o madurar con la serenidad propia de los años? ¿Mejor seguir cometiendo locuras para no dejar de sentirnos inflamados por la pasión o contenernos para no exceder nuestros límites y los que se nos imponen? O, simplemente, aceptar lo que la vida nos deja por el camino y reaccionar según nos pida el cuerpo.</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-71190426961529825812012-10-10T11:26:00.001+02:002012-10-10T11:26:16.176+02:00Tu cuello<p align="right"><em>Miércoles, 10 de octubre de 2012</em></p> <p align="justify">Ah, inocente mortal, aquí estás de nuevo a sabiendas de lo que va a pasar y de lo que va a significar… Últimamente has venido a mí más a menudo que el resto, destacando entre los demás con tu acento extraño, tu mirada morbosa y tu sonrisa de galán de los años cincuenta. Los favoritos van y vienen con rapidez, pero tú has sabido aprovechar tu momento y ganarte el favor que sólo concedo a unos cuantos.</p> <p align="justify">Sí, tienes madera para convertirte en un Condenado como yo, pero no lo haré, Sé que la imagen edulcorada y brillante de los de mi raza puede ser engañosa aunque seguramente no durarías ni media década antes de que cayeras en manos de la Inquisición, algún Sabbat envalentonado o rompiendo alguna vez la Mascarada. No, no estás preparado aún y no creo que lo estés nunca. Pero aquí estás, dispuesto para mí, ofreciéndote para que me alimente de tu preciosa y cálida sangre.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj922dGAuPDGWMtqez4YErKFNTRd_-zLU2Mv0SNmhlkkm4on9Huzh2gbtDvGMZpF8tu84TX884K7X7pr_Czrf7Uqifgchlqbn5HkBga2vS0u5Ybi6I2KsASd2LzlWoMdmXc2ecx/s1600-h/Jude%252520Law%25255B7%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="Jude Law" border="0" alt="Jude Law" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoaP884o3LL0NfvMG8vx_rGxGnkxFks5qxEEuZ-Hay6dADrDVRBRQX9fdaMPRgX6061O2krRWZItc4DT3WvuSfvvYIT_EXacgY-8-riyQRD53rF3XWSn5-yjSJp4oCsJ-Gfl2_/?imgmax=800" width="356" height="350" /></a></p> <p align="justify">Te has desnudado prácticamente del todo, dejando que tu piel quede descubierta para que pueda acariciarte y notar cómo se te eriza el vello por la emoción del momento. Quieto, de pie en mitad de la habitación, permites que te examine como un comprador a su caballo de carreras: paso el dedo por tu espalda, amaso los músculos del hombro, pellizco tu muslo… Me satisface, ya lo sabes, por eso te he elegido a ti esta noche.</p> <p align="justify">Levemente, pero de forma evidente, inclinas tu cabeza para dejar el arco de tu cuello completamente descubierto a mis más bajas pasiones. Por un momento siento que la Bestia está a punto de tomar el control y arrastrarme a un hambre asesina, pero uso toda mi voluntad para contenerla y hacer que me permita disfrutar del momento. El momento en el que me coloco detrás de ti y te abrazo con fuerza, no sé si para evitar que te muevas o para que sientas mi frío pecho sin latidos más pegado a ti. Tu pulso se acelera, parece que el corazón se saldrá de tu cuerpo como siga así. Ese bum-bum me grita que siga, que te ofreces, que eres mío. Como desees.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFl1Uy2VJvIY77raIDV_E9En7HHkmwr40a3zE8JHiyPumTR_ft-z3EGECw48VHQRzoKjyBFw4mr-HDo1OaWIUf0pfs1cq-gqf1nXaAySizLo4W2fzk6qttBLOQVTjqsX9MDGcD/s1600-h/Neck%25255B4%25255D.png"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="Neck" border="0" alt="Neck" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRQXmr0QI1UfTIE08UGa_80FSS1bEuWF6WcOOGLFBQHe8Eym4XCI2G3KJ6uZ2znC7T4ALp0h3YUKd553Vb7aJmR5_6in30YYW6BYcXGWQE68hJbMH0P0FVEvCYWv8vLlzDR6EK/?imgmax=800" width="308" height="340" /></a></p> <p align="justify">Pero primero me deleito, olfateo tu suave piel y descubro que has vuelto a ponerte la colonia que sabes que tanto me gusta, la que te deja ese aroma fresco pero masculino. Te rozo con la punta de la nariz, desde la oreja hasta el hombro, así alargo tu placer y el mío. Tu cabeza se inclina más y mis labios van dejando un rastro húmedo recorriendo el camino inverso que acabo de terminar. De tus labios entreabiertos se escapa un suave gemido de placer que incrementa mi pasión. Termino con suaves succiones en la zona elegida, donde ya ha empezado a acumularse tu circulación.</p> <p align="justify">Despacio, sin importar el tiempo, abro mi boca y exhalo mi aliento caliente, por el mero placer de notar cómo tiemblas con un nuevo gemido. Sí, no puedo contenerme más, la necesidad comienza a ser abrumadora. Aún así, sin un ápice de prisa descubro mis colmillos y apoyo las puntas sobre la zona de tu aorta. Cuando crees que voy a quedarme parado lo que queda de noche, lanzo la cabeza hacia atrás en un gesto rápido y hundo mis dientes en tu delicada piel. La sangre mana hacia mi boca y el placer que os provoca a los mortales el Beso consigue que tus piernas flaqueen y acabemos ambos abrazados (yo a tu espalda, tú a mis brazos) en el suelo. Me parece oír a lo lejos que tú suspiras de placer, mientras que yo no puedo evitar mis rugidos victoriosos al tragar.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXYFR9MHwsvkCZC2NN1ahESOHS2GunIl7ddmWotnsQYufeTVMj2pcWKOI28tql9Qi3flHNaAUjH1BT0kL8gdrVDk_7Q0RXqWOudD1mU8TCCKZxgS6EZTevfgyV6l8l4Gs9FNmP/s1600-h/Male_neck%25255B7%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="Male_neck" border="0" alt="Male_neck" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh09ORDAJk5S4sBmKatfOy4YQVPBgPLJd8VC4urRqURnkKY2BhN60ayonoxUGO7OqcMtj1QGuMlS0R7MMxNNr837qiPaCrysx9BpElx0m0Nr3Qi2oR3aF2FFzRaXeWifxkKYzYE/?imgmax=800" width="338" height="484" /></a></p> <p align="justify">Te veo tendido en la cama, ya completamente desnudo. El sexo para mí siempre ha sido una desagradable consecuencia y un merecido premio para mis víctimas, pero aún así supongo que sigo dejándome llevar por la emoción del momento y por un pequeño sentimiento de culpa. Duermes y respiras con tranquilidad, has tenido suerte y mañana podrás seguir viviendo. Pero debes tener cuidado, pequeño mortal, no siempre puedo contenerme. Tal vez sea el momento de que dejes de ofrecer tu cuello con tanta confianza. O yo de aceptarlo.</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-61375593160634484602012-10-04T11:31:00.001+02:002012-10-04T11:31:05.769+02:00Esto es cosa de dos<p align="right"><em>Jueves, 4 de octubre de 2012</em></p> <p align="justify">Siempre se dice que una pareja es cosa de dos y con los años me he ido dando cuenta de que no hay nada más lejos de la realidad. Una pareja la conforman dos personas, sin duda, en eso la RAE es bastante estricta, pero sin embargo la realidad es que las cosas de la pareja no son sólo de los conformantes de la misma.</p> <p align="justify">Ninguna pareja, por cerrada y asocial que sea, se libra de tener “agentes externos” que influyen en su relación de un modo o de otro. Quien no tiene una familia que no deja de llamar, tiene a la muy mejor amiga que siempre está queriendo quedar o el grupo del colegio que se reúne dos veces al mes para volver a contar las batallitas de siempre.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuF3MLKZPvyj2AIxC7QhB5i29KYKsVkn96bB-I_-iB32ItaI9G2J6i1ujmql7jfvTNDJiudUcm1cPPPadr6HVjdgGzclV1WSVaHeWuXwo021dxjf-StpRmehl2Oa0Uuz1lOaXx/s1600-h/395543_111500862303121_193044690_n%25255B4%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="395543_111500862303121_193044690_n" border="0" alt="395543_111500862303121_193044690_n" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhi1YDwdH9gu9LJSvwDwh3wKlSHehl6J2St7z8CuC657H1kA619CowhPCNx-PgXFEDWb_WEIR_i7AtcR0pD411N1CKMkOGCMb_QyNGaq-hWqapV2wCRFXMKTZw6NaqiH-nZVWRE/?imgmax=800" width="390" height="390" /></a></p> <p align="justify">Cuando la pareja tiene un problema, siempre se dice que es mejor dejar que solucionen sus problemas “porque es cosa de dos”. Error de nuevo. Cada parte suele (no siempre) elegir una o varias personas con las que poder descargar sus temores, sus dudas, sus problemas y recibir a cambio algo de comprensión, de consejo o simplemente de cariño. Siempre hay quien prefiere tragarse lo que siente y fermentarlo en la soledad de sus pensamientos, pero de alguna manera siempre acaba saliendo fuera. Incluso por recomendación de psicólogos, esto es sano y recomendable, pero entonces la pareja ya no es “cosa de dos”.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgUlkpoEi2ZZ3ejDYx9LzMNmygQ8MJ7HJGio0ekNsM27p0Z3PhmK-aRibEmhtfD1bZ_QLGjGwBtoqci3JxnOSL2osN57X1JLS0eopmwpOUOJEljRiKoFgCPWtZ0GB7Mb706T5F/s1600-h/374857_111501658969708_2085358029_n%25255B4%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="374857_111501658969708_2085358029_n" border="0" alt="374857_111501658969708_2085358029_n" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYlyxSBySs8RBOwatDayUTS9pwM7TVksIqJoFvsNG1e28ydUlJdgxLSDBhXQm5miSyDzBkAxyp_HNS5tG3povBHoUlEAO6mD_MzYaU1h9ZLdI25pquC3r2JJM8JVr8DkoBezc8/?imgmax=800" width="404" height="270" /></a></p> <p align="justify">Los amigos ayudan, la familia apoya, por lo que su influencia al final se deja notar de un modo o de otro. ¿Quién no ha tenido una conversación de pareja en la que aparecen frases como “me han dicho”, “piensan que”, “me han recomendado”? La pareja ya no es cosa de dos, forma parte de un conjunto, de un todo, de un entramado. Negarlo es negar que el sol sale cada mañana. Pero aún hay quien cree en el modelo creacionista de la evolución, así que…</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY5RfkOrIQAR7hVNuvQ_wZHgZnefqF2N5ORKt0zAqpUnLHwHeRYZKa35XyVxFkCouU2jafeyCNv4Ruf3d3m2CXNWnsGSC9YBtrX6N_5cvhVkK7tMTsAl8_V3Mj1JnSnXFcsxCb/s1600-h/379794_111501638969710_173708170_n%25255B3%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="379794_111501638969710_173708170_n" border="0" alt="379794_111501638969710_173708170_n" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg90zGICX7K4Am9PK1kWlTHhuJNe2026YMx9c49akRO3is77I3vmqYeGpi68Q9HYyUYKb-2M4H5cK1Nh0-v3CbPUg1iPa6jTStyxIbquY_z4VNMhbTveKc-zNf4F6N01Lp-FglG/?imgmax=800" width="359" height="484" /></a></p> <p align="justify">Y sería hurgar mucho incluir cuando las “cosas de dos” incluyen a terceras personas con intereses sentimentales bien marcados hacia una de las partes. Las relaciones que se rompen porque hay otro(s)/otra (s) están a la orden del día. ¿Es también cosa de dos? Digo yo que el otro vértice también tendrá algo que ver.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqqeNohH2ZllFOJa-zP9PrNBvwbSJCqWtKv1DUYQNbDyvNi6mvUtiF4LwRLbvZHmTZ0muXoQeuAxHW4nYpoGCfxlddvMHbitS_FHy_-6BIPJzz3jKeE00pdK6yrst2vr38bR1V/s1600-h/402128_111502332302974_585706748_n%25255B9%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="402128_111502332302974_585706748_n" border="0" alt="402128_111502332302974_585706748_n" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMdge0oRBNHnpAtYvQVPfYt3ONpkz9FpPL7GMBR5iHzwhwzfibXMtsvIo3W5W57lPdCF3GHgaq2ei2PBbqWCfYssTsA3oAPUBW2iEkigc7zEEThGFmdQdZ_tiZs0H2W-QpQujd/?imgmax=800" width="364" height="484" /></a></p> <p align="justify">Hace tiempo que me di cuenta de que la sociedad, la educación que nos dan desde niños y, sobre todo, las películas de Disney, nos hacen tener una visión muy retorcida e inexacta de lo que una relación de pareja debería ser. Los amores pasionales de los tres primeros meses no duran para siempre. El príncipe viene a rescatarte (con suerte) una vez en tu vida, princesa. Las tardes paseando por París son más fáciles cuando vives en París. Mirarte embelesado durante horas hace que te acabes por aprender todas sus espinillas y lunares. El sexo también requiere esfuerzo, ganas y negociación. Las tareas de la casa no son cosa de uno solo ni se hacen solas. Tus/sus padres seguirán creyendo que eres su hijito del alma y te tratarán como tal. Tus amigos verán la parte de la relación que les quieras mostrar y se sorprenderán cuando se enteren de tus más sucios secretos (aunque ya los conozcan). Y, cómo no, cuando eres un vampiro, no dejas de serlo por arte de magia.</p> <p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEix-FYRa9h2p0llEGJFcfQkYhYx1ZVjFMRg_EoNjTAvNgNRejWhPMwIFaypXq-ZaZPpjOPL12OlD2FmVwM8R3-LF1R4isbsbMxEUF4PzZ9F5zgyNbyxozCWFbDEZ1JZH_WxQr6Z/s1600-h/377830_111501172303090_1539210245_n%25255B3%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="377830_111501172303090_1539210245_n" border="0" alt="377830_111501172303090_1539210245_n" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp3jIGWsZexj2g4paicTvOJJHHF628B4r8737oO7QPef9IHr0FtU395d1pI7aysKYSnoxAL1pstqHaLNGDBM98C3EIkYswxCQFFd84sRH8FRm418ASLdfml0Z2WsZ2lcdbQDJk/?imgmax=800" width="339" height="484" /></a></p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-3849400068721369122012-09-26T01:46:00.001+02:002012-09-26T01:46:29.799+02:00El Hambre. La Bestia.<p align="right"><em>Martes, 25 de septiembre de 2012</em></p> <p align="justify">El joven vampiro se miró las manos ensangrentadas aún aturdido por los recuerdos y las sensaciones que rebotaban en su memoria. Aún le temblaban las piernas una vez que la preciosa adrenalina abandonaba poco a poco sus músculos y tomaba control consciente de sí mismo. A sus pies, con la mirada vidriosa y perdida en el infinito, un chico con un traje de camarero de un restaurante cercano yacía muerto sobre el húmedo y frío asfalto con la piel tan pálida como una hoja de papel recién sacada de la fábrica.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhgkpxeGIT0h5nMgaNpiiEVMyPrEH60kIInn0gI0hdIzBEG8tgDHxIBtlU8BbbnftXYIbQWmPzl69onvdMVILj14-FxD22Rd6LY7Xciz0D0_h4royypYzH8zBt-fR9SSb9cMUx/s1600-h/vampire_puncture1%25255B6%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="vampire_puncture1" border="0" alt="vampire_puncture1" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwOpKNVJ6nw1Ti0U2pjvTqvQtzbUzdGRCpiXNyiWlN5TkGFb2Cj0dPYEyQNirBoCsuLNKs3uKNTmrzPNm_TjQfd9IsEMwWUMLzah4PW4fcyLyDERxqABMXy_A_puaIo_6EwsC2/?imgmax=800" width="372" height="280" /></a></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Todo vampiro con un poco de conocimiento de su propia naturaleza sabe que la Bestia es un enemigo contra el que hay que luchar día a día, minuto a minuto, que te tienta y te seduce en cada ocasión que se le presenta. Y lo peor de este enemigo es que está dentro de uno mismo. Nadie puede sentirse libre, por mucho que se dedique a combatirlo, que lo deteste o que lo asuma como parte de sí. Y el hambre animal de los Vástagos es uno de los mecanismos más habituales en los que se hace notar.</p> <p align="justify">Generalmente la primera vez no es premeditada. Por accidente, tal vez por descuido, por falta de autocontrol, la Bestia toma las riendas durante una plácida alimentación que se convierte en un abrir y cerrar de ojos en un baño de sangre. La sensación posterior es de hartazgo, pero también la culpabilidad hace estragos, aunque lo más común es decirse a uno mismo que no ha tenido nada que ver, que fue la primera vez y que la próxima estará más atento. Racionalizar el hecho, disociarlo de uno mismo, no hace sino debilitar nuestras cadenas.</p> <p align="justify">Quizá haya una siguiente vez, de nuevo sin planear. Esta vez es posible que incluso la víctima se lo mereciera, porque era un violador inconfeso, un camello que adulteraba la droga o un policía corrupto. Aunque reprobable, tenía su pequeña justificación. Pequeña y débil. Otra victoria para  la Bestia.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJieh0P4h9LO6eJLY0cmPfdA7uvpRdqPb72I0SNmtxlVl4ffndGv0JpLRVxhOf9MGN-0WFUYzVopJUCYWBI7q8i7rc6LQqsosMHQQChVF9_7qCbdwJoIg5NUevgEXNbarFhsiU/s1600-h/vampires%25255B3%25255D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="vampires" border="0" alt="vampires" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxtvpYyCKNwroIYrx7qnA6waIaIDinrI2ZTZl4SVZ1kTKQ407bvGy9mWHxkxdP31z9tG26v8M7atK4s-SaOc8I-23puzLb3v6-fo-aUnqBb7_e25yp28E4oe8JqbJy8-rUd9m6/?imgmax=800" width="307" height="375" /></a></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Pero la sensación de triunfo, de poder, ya ha anidado en nuestro interior. Se ha ido abriendo camino hasta la parte más oscura de nuestra alma, donde la Bestia aúlla agitándose dentro de su jaula. Un día cualquiera querremos saborear de nuevo el peso de un cuerpo enfriándose en nuestros brazos, una vida segada sin saber exactamente qué le atacó. El placer de la caza por la mera caza será más excitante que el mejor opio mezclado con la droga más potente y endulzado con el orgasmo más pasional. Esta vez tal vez digamos que fue un mero divertimento, que el cadáver tuvo la mala suerte de pasar en el momento más inadecuado por el sitio menos adecuado. Bueno, hay muchos peces en el mar, no se le echará de menos. No, qué va.</p> <p align="justify">Y así, poco a poco, vamos perdiendo el control racional para dejarnos guiar absolutamente por nuestras pasiones más animales. Mentimos, atacamos, sobornamos y hacemos lo posible por satisfacer necesidades básicas sin pensar en las consecuencias. El egoísmo es absoluto, hasta tal punto que no respetamos ni a la divinidad en la que creamos ni al ser que más amemos. Nos justificaremos hasta la saciedad o creeremos que el resto del universo está equivocado. Y nuestra satisfacción será mayor cuanto mayor sea el pecado cometido.</p> <p align="justify">Hay quienes, entre los nuestros, deciden abrazar esta senda de corrupción y degeneración creyendo que podrán controlar la espiral de la que nadie puede salir. Ingenuos. Simplemente aceleran el proceso y se abandonan a la Bestia sin luchar ni un solo segundo. Los coyotes de los desiertos tienen más sentido común.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">El joven vampiro volvió a mirarse incrédulo las manos y se las limpió con asco en su chaqueta de marca recién comprada. Después se la quitó como si estuviera ardiendo y la dejó caer sobre la cara de su víctima. Pobre muchacho, ha sido sin querer, esto no es lo que debería haber pasado… Salió del maloliente callejón y se alejó a paso vivo camino a ninguna parte. No recordaba el nombre del camarero. En unos días tampoco recordaría su rostro.</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-86710861891290852012011-05-06T03:04:00.001+02:002011-05-06T03:04:22.245+02:00Organizando recuerdos<p align="right"><em>Jueves, 5 de mayo de 2011</em></p> <p align="justify">Por fin he vuelto. Por fin estoy aquí de nuevo. El sonido chirriante de la puerta me da la bienvenida y tengo que hacer algo de fuerza para que las bisagras cedan tras tanto tiempo olvidadas y sin moverse. Por todos los dioses, ¿tan desordenado dejé todo antes de irme? Y sonrío por mi propia idea porque sí, soy desordenado por naturaleza.</p> <p align="justify">Lo primero es barrer un poco para eliminar la casi indecente capa de polvo que se ha formado. Las baldosas del suelo me recuerdan la firmeza de los pasos que di sobre ellas, los tropezones que me hicieron caer y la dureza del firme cuando mi cara o mis rodillas se despellejaban en algunas ocasiones. Pero siguen formando un dibujo precioso, con su espiral interminable.</p> <p align="justify">Debajo de una mesa, casi olvidado, hay un <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2006/08/crash-boom-bang.html" target="_blank">soldadito de plomo</a>. Lo limpio con una esquina de mi camisa y veo que ha perdido algo de lustre, pero se mantiene en su actitud marcial y su mirada al frente. No hay más ejército, sólo este valiente que peleó en una batalla perdida o, más bien, que ganó en un combate contra enanitos de jardín.</p> <p align="justify">La mesa es un desastre, no se puede decir de forma más elegante. Tal vez lo mejor fuera hacer un montón y tirarlo todo a la basura o quemarlo en una gran hoguera de San Juan, pero de pronto descubro una postal de un <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2006/11/lunes-6-de-noviembre-de-2006-anoche-no_08.html" target="_blank">pequeño pueblo</a> de montaña. Es sencilla y está sin firmar, pero no puedo deshacerme de ella por mucho que quiera. Es más, la limpio y uso una chincheta para que quede colgada en la pared.</p> <p align="justify">Entre un montón de papeleo oficial hay un <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2007/02/pap-ingresado-unos-das-out.html" target="_blank">parte médico</a>. Tsk. A veces me olvido de que pasó, pero ocurrió y no hago mucho al respecto. Ah, y una <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2007/03/clausurado.html" target="_blank">orden de clausura</a> a la que nunca le hice demasiado caso…</p> <p align="justify">El <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2008/01/me-gustan-los-pececitos.html" target="_blank">pececito</a> disecado y conservado en metacrilato ha perdido algo de color, pero mantiene sus ojos abiertos como si fuera a revivir de un momento a otro. No lo hará. No quiero que lo haga. Pero aún así se queda. Como los restos de una <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2008/09/chocolate-belga.html" target="_blank">tableta de chocolate</a> que mordisqueé durante un tiempo y aún no está rancio del todo. Bueno, nunca se sabe cuándo tendrá uno hambre…</p> <p align="justify">Esa foto dedicada es de una <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2009/06/soy-edie-britt.html" target="_blank">actriz algo famosa</a>, recuerdo. Decían que me parecía a ella, decían que no… Siempre será mi musa, hasta el día en que su personaje murió.</p> <p align="justify">Y, cómo no, <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2010/01/el-vampiro-sigue-al-acecho.html" target="_blank">el vampiro</a>. Tengo un baúl cargado de recuerdos de ese mítico personaje que aún me persigue por los callejones oscuros y por el que aún me dejo seducir cuando nadie mira. Sus colmillos y su pálida piel nunca dejarán de encandilarme. No como el collar de cristales de imitación de <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2010/03/princesa.html" target="_blank">una princesa</a> que una vez conocí. Una pérdida de tiempo, debo añadir. Son tan insulsas como cargantes.</p> <p align="justify">El montón de <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2010/06/biologia-molecular.html" target="_blank">apuntes de exámenes</a> mejor será meterlos en una caja por si vuelven a ser necesarios. No, mejor en el suelo cerca de la mesa. Voy a necesitarlos de nuevo, lo sé. ¿Y este <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2010/11/para-un-desconocido.html" target="_blank">billete de autobús</a> urbano tan viejo y estropeado? No, a la papelera no, que tendrá algún recuerdo interesante. Luego pensaré en ello.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Tras dos o tres horas de rondar por la habitación y cambiar todo de sitio, decido que seguiré pronto con el trabajo que he comenzado. Me consta que no será mañana, pero me propongo que sea la semana que viene. Y tal vez tampoco lo sea. ¿Me estoy haciendo mayor o es simple vagancia? Cierro la puerta con cuidado y sonrío cuando no escucho el chirrido delator. Yo también te he echado de menos…</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-36889036432326810872011-04-23T19:43:00.000+02:002011-04-23T19:43:09.951+02:00Limpieza de primavera<div style="text-align: right;"><i>Sábado, 23 de abril de 2011</i></div><br />
Estoy de limpieza, pero pronto lo tendré todo en orden y volveré a mi cuaderno de bitácora, mi fiel compañero de viajes.<br />
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He tenido que llamar a un par de amigos para que me ayudaran, espero que no os importe...<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnegmBzXVxHK73tjvS0hTwyg6t1D3GHhlpWCCnTMEVBKy9SPpRiHYKRJlqz0qTJldiOq4YsGA4b_QzXyc0UaB4C0AQcTRaId4CvwyU2EE6VkmafFh04ZJ-yRC02iTBrF7tZvK-/s1600/limpiando.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnegmBzXVxHK73tjvS0hTwyg6t1D3GHhlpWCCnTMEVBKy9SPpRiHYKRJlqz0qTJldiOq4YsGA4b_QzXyc0UaB4C0AQcTRaId4CvwyU2EE6VkmafFh04ZJ-yRC02iTBrF7tZvK-/s1600/limpiando.jpg" /></a></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCddhjaX-56qZLV6cNdkRDrrJDx7MBBfwYgPaSA8b7k2Bcacsg5gx-6Pxoyb8Xp5CRnwGF2XuWPwT7iz4MkxLuglRLTsETmECaa-fKLkHMyNcQAPWu61EnHGz59xoouzHbXEav/s1600/cute_guy_spray_bottle.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCddhjaX-56qZLV6cNdkRDrrJDx7MBBfwYgPaSA8b7k2Bcacsg5gx-6Pxoyb8Xp5CRnwGF2XuWPwT7iz4MkxLuglRLTsETmECaa-fKLkHMyNcQAPWu61EnHGz59xoouzHbXEav/s320/cute_guy_spray_bottle.jpg" width="212" /></a></div>Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-43616873244090531672011-02-15T02:34:00.001+01:002011-02-15T02:34:37.501+01:00Como en los viejos tiempos<p align="right"><em>Lunes, 14 de febrero de 2011</em></p> <p align="justify">Adoro ponerme a Ismael Serrano cuando tengo el día tonto. Me ayuda a estar más tonto aún y hasta por fin consigue sacarme alguna lágrima con sus canciones que hace que mi nivel de tristeza se rebaje un poco al sacarlo de dentro.</p> <p align="justify">Y me he acordado de ti, cuando a estas horas aún estábamos hablando y decidiendo que ya era hora de acostarse. Pero aún nos robábamos una hora más de sueño con cualquier tontería o excusa.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjQQmjYJmx_8HPOTpB-wQkNq3SdTJXmFPJ-AjnzOhv1DfCa82qP_Fbj1iY0jQ2YHAV2S3uqvSLvun9klq5W6trVVZdOE7TkC2AOae0hTnpDSZli-NiccEJTB8_gCI6388RDnNr/s1600-h/nulidad-del-testamento%5B4%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="nulidad-del-testamento" border="0" alt="nulidad-del-testamento" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmrt3r1A_NqLa1WHNIKU8OOVDzvzW9hYGER6pK9RxFmjLUKD-SuqakO6Fa5Pm_OlSDlO5_h9rjrebq8YENUCjC2AQZw-Q93G9T4eLvmU_0KbkvUPZ9nzpxlpThRsOlsnm_LRig/?imgmax=800" width="303" height="253" /></a></p> <p align="justify">Y he decidido escribir un pequeño memorando (los testamentos son cosa tuya) porque si me pongo a escribir algo para el blog me sonará tan artificial que lo borraré sin que haya servido para nada. Porque sé que puedo escribirte libremente y sin tapujos y que si me respondes, lo harás sin tratarme con algodones, pero tampoco con brusquedad innecesaria.</p> <p align="justify">¿Sabes? Te admiro, no puedo evitarlo. Hoy me doy cuenta de que eres admirable en tu fortaleza y la envidio. Sobrellevas el apoyo a tu madre (por cierto, ¿cómo está?) casi en solitario y además haciendo las funciones de experto en medicina dentro de la familia. Has estado con ella día y noche e incluso cuando no estabas con ella. Bregas con tu trabajo al mismo tiempo, sacando tiempo de donde no hay. Poco a poco, sin pausa, muy profesional sacas adelante lo que te corresponde, decidiendo hacerlo de la mejor forma posible porque no quieres hacerlo de otro modo. Y además aún dejas tiempo para que yo te pregunte por tu vida personal, por ese chico que te cuenta que te quiere, para que me abras tu corazón que está a cal y canto bajo una llave de oro.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgn95Oe7HIfO6DCRyGYG7JnAknQe8TvcMXUd2IX-TCRn0hBOCtS-cyLF2uD90lRJHO4lYYe06-gDP_Qn1tm40YSTqbgZeVu6kkE-dwI0nD5rBwoNEIhJ5Kir71xlu8z5E_v9KJu/s1600-h/goldkey%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="goldkey" border="0" alt="goldkey" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkPD-X82kMwo-wUkE6DRqSGBK0u-EH2WeVOA8P3T8FyWv1GafNFcIv1QIteHvmyHncmDG0aTHCJiPywXoLirfjb104ZCeit46RrB2f41vCQUT_uJK_t1DoHzJSokFF0m6W6FdJ/?imgmax=800" width="238" height="330" /></a></p> <p align="justify">Así que cómo no voy a sentirme estúpido porque yo creo que no voy a poder sobrellevar una semana a mis pobres clientes, cuando debería estar sonriéndoles y agradecido de que vengan a gastar dinero en tiempos de crisis para que yo pueda darme algún que otro capricho. Que me quejo por quejarme cuando al mundo no le interesan mis gemidos para llamar una atención que tal vez no merezca cuando hay cosas más importantes a las que estar atento. O que le doy vueltas al hecho de que mi novio me quiere menos de lo que creo cuando sé que me adora con toda su alma y se esfuerza más de lo que debiera por complacerme.</p> <p align="justify">Pues te admiro, y además tenía ganas de que lo supieras. Porque tal vez tú creas que lo haces como obligación de hijo, de currito, de amigo. Pero eso no le quita un ápice de mérito y, por si alguien no te lo había dicho, eres impresionante. Me descubro y hago reverencia.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGe1Ap0_Kl1GXBJAzrqG7Z8NxcRtc3goBebxD05r7sKj8EdLBJHxE-d8ZVFQ9_4UiAtdZOJxik0i_sqekqtk75P-CLLsWEAmfWI2iyojaay9FHuOA_7ohZKsw_Urfe2SgwiHVO/s1600-h/reverencia-japonesa-feminina%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="reverencia-japonesa-feminina" border="0" alt="reverencia-japonesa-feminina" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj102X77jZ1-DuS2S_EZAboZyFZsR2p0eRC6JUTn3n2Z2W8wGIYCbr15tZ7EwrE1Akogcio5zbSzsJ91_folVUXniVqbQ-mAhlhoWV_pKJIF212Nwhx0ED3oh4U7Bo8coccrFjq/?imgmax=800" width="329" height="227" /></a></p> <p align="justify">Gracias porque, al acordarme de ti, me he dado cuenta de que puedo hacerlo un poco mejor y dejar de mirarme el ombligo. Sigue estando en su sitio, como siempre. Gracias porque no eres consciente de que los que te queremos y apreciamos hemos aprendido de ti más de lo que imaginas. Gracias porque sigues estando ahí a pesar del tiempo, las borrascas y el maldito frío.</p> <p align="justify">Gracias, gracias y gracias. <br />Con inmensísimo cariño, el que aún se considera tu amigo si se lo permites.</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-27630979190679805482011-02-09T02:40:00.001+01:002011-02-09T02:40:15.503+01:00Para un desconocido II (el chico del bus)<p align="right"><em>Miércoles, 9 de febrero de 2011</em></p> <p align="justify">Hace ya tres meses hablé sobre ti en <a href="http://shilvadin.blogspot.com/2010/11/para-un-desconocido.html" target="_blank">esta entrada</a>. Sólo tres meses y quién nos lo iba a decir… Ese desconocido se ha convertido en mi compañero de viaje habitual casi todos los días.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwpEV9JygifxjDJgzIFH6GRLdolwACfIwSSrI_lgjmCj1HbLpSB7rZhN-sDNmCR4QU_BhNOjYPGSpkfJggBekeOKK3o6rG6_EHtCp88ejkTl2h4B6naIzwtX5gttnLmUBs4xvh/s1600-h/bus-buho-amplia--253x190%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="bus-buho-amplia--253x190" border="0" alt="bus-buho-amplia--253x190" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizDIiEwLTfx8g8LaQXTWkWZKkF2_KmUu5pBrxk6eectAfhzDhXd3Is9BtW0OYIFKlsMY5Q5c_BG_7KkmgG9V8AbQvJhpApHdQd0Zy_jD7AvkyhG13yv1wtbIvDnVGIpKFxVasO/?imgmax=800" width="309" height="233" /></a></p> <p align="justify">Ya no eres ese desconocido que mascaba chicle mirando por la ventana. Y yo ya no cojo libros para poder espiarte detrás de ellos y así saber más de ti. Ahora, cuando coincidimos en el viaje, nos sentamos juntos y nos hacemos algo más llevaderos esos quince minutos que nos acercan a nuestros trabajos.</p> <p align="justify">Fantaseé tanto con tu sonrisa que ahora intento arrancártela siempre que puedo con mis bromas y pinchazos. Y derramas gotas de alegría cada vez que ríes, ahora lo sé de primera mano. Tu aparente seriedad, su rostro hierático, no eran más que reflejos del cansancio y la rutina. Una rutina que compartimos un cuarto de hora en el que hay que apurar la conversación antes de llegar a mi parada.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPwfn49bN9IqX5ut043xpbYX4EWX3op7H7i891C5fyP6Vh9SXKFmQnVrezK2BgXZMMtgwXpSBbDviAKgVscZBv4kGcljD_X6Zf_NAIkrkAgk0BpT8N-1iBIUXUFOkg0-7KDeUb/s1600-h/bus--253x190%5B4%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="bus--253x190" border="0" alt="bus--253x190" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAamWhC1xBjOScKmeNH_qTb5hW-4UDnXiSs3wUcCceDHIOEZfDwKKVIhbJOBO6b88XWMap6eMxGwHgVV5upcJQU1BbKAXs3f3VEbbzmg6pz9fUXGpecDhe5XSlVjCVVc2cH5k4/?imgmax=800" width="328" height="247" /></a></p> <p align="justify">Lamento decir que tu atractivo ha decrecido levemente. Eres cercano, eres humano y eres tú. Puedo oler el exceso de perfume que usas por las mañanas y también hemos compartido alguna que otra miseria de nuestras vidas. Aunque sólo tendría que alargar la mano para rozar el pliegue de tu mejilla cuando pareces feliz, sé que hay alguien que te abraza por las noches y que te hace sentir completo y satisfecho. Si bien tus vaqueros siguen estando algo rotos para darle ese toque urbano, hemos intercambiado opiniones de juegos de ordenador y consola como noveles amigos. Y por más que me meta contigo para esperar a tu siguiente estocada, una mañana también te usé como pequeño pañuelo de lágrimas por la discusión que había tenido con un amigo al que te parecías cuando te veía de lejos.</p> <p align="justify">Parece que finalmente los hados se pusieron de mi parte y agradezco las circunstancias que permitieron que pudiéramos empezar a saludarnos cortésmente al principio y con algo más de confianza poco después. Ahora sólo queda seguir compartiendo viajes y traqueteos. Falta mucho por descubrir de ti, pero has mostrado lo suficiente como para seguir resultando interesante.</p> <p align="justify">Nunca me sinceraré contigo como puedo poner aquí por escrito, pero a veces me da la sensación de que me miras y ves más de lo que quisiera. No me pongas en evidencia mañana, por favor…</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfOUpRmGUOmBNzNsUUVCzqfMgsiGXIRZt5m16fTRZim53ozURcFePN5ryURn0HNaX9G4_vFkaztyhyphenhyphennT_FUiMAMbR1kQs_Cmr1w8MCBYQFCDIGGhcF8CMBZE2m8iffGDe-ug4Z/s1600-h/img_gd_anchura.php%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="img_gd_anchura.php" border="0" alt="img_gd_anchura.php" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX1_IZw5KLUmAqVYtMTuvVgE-jHUpsPtpp8hwZSmX3nX6VRxVqLDcz1uQ8U2OzgSK2QCPh3w4mJ0TJqVgtY1tQNUsDcStvv9tvml_79CWf283LjpxTbYObn5PVsbaNmflzRQMd/?imgmax=800" width="332" height="221" /></a></p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-24774074125043312582011-01-12T01:14:00.001+01:002011-01-12T01:14:37.937+01:00Querido amigo<p align="right"><em>Martes, 11 de febrero de 2011</em></p> <p align="right"> </p> <p align="justify">Había empezado esta reflexión con un par de párrafos bastante incendiarios, muy encolerizados y con intenciones de hacerte reaccionar por las bravas. Iba a acusarte de ignorarme, de olvidarme, de dejarme de lado. Pero me di cuenta de que cualquier cosa que dijera se podría volver en mi contra porque podrías haberme dicho lo mismo.</p> <p align="justify">Es verdad, te echo de menos. Has cambiado y aunque sé por qué y puedo entenderlo, sigo sintiendo esa pequeña punzada de celos o de ira cuando recuerdo los tiempos pasados. Entonces, cuando teníamos largas conversaciones de horas y horas, cruzadas con cervezas, cafés, por teléfono o gracias al gran invento del chat. En esos diálogos desnudábamos nuestro alma y compartíamos secretos, miedos y esperanzas perdidas. </p> <p align="justify">Fui compañero de tus soledades cuando querías tener a alguien a tu lado, de tus frustraciones cuando el plan se torcía, de tu enfado cuando palabras inadecuadas salían de labios extraños. Tú soportaste mi cansancio y mis malos modos cuando no tenía el día y a veces me consolabas en la distancia, pero te sentía cerca, muy cerca.</p> <p align="justify">Sé que yo no voy a ser el mejor ejemplo a seguir, que tampoco llamo para ver qué tal estás o cómo te va, que no te envío un mensaje por ser un poco soberbio, que doy por hecho cuando debería confirmar. Tal vez tú estás más enfadado conmigo por acto, obra u omisión, tal vez te deba una disculpa y la merezcas, tal vez simplemente sea un malentendido. Sólo tal vez.</p> <p align="justify"> <br />Confío en recuperar nuestra buena relación, porque te necesito. Ahora tú estás bien, me consta, con esa persona que has encontrado y que te da lo que necesitas, que llena tus horas y que hace que sonrías (imagino) al recibir un mensaje cariñoso. Me tragaré las punzadas de celos y empezaré a asumir que no soy el centro de tu atención, porque no lo soy. Ni tampoco lo era antes. Pero ya sabes, a los egocéntricos nos cuesta asumir este tipo de cosas. Y a los egocéntricos infantiloides más todavía.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Te echo de menos. <br />Un beso.</p> <p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5Y951BQFyxXC7GpdPkJK2nScFX3mlPG3VS7Rg41U5-bhoJwl0se3R4PeUb_Man-_xAMQYcXxH3aYLIiatPBGPRfp6GhplSitscRHzS87iBcs4ktv10_PIMc35w8H3taBZz_Y2/s1600-h/hey%20i%20miss%20you%20so%20much%20xxxx%5B2%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="hey i miss you so much xxxx" border="0" alt="hey i miss you so much xxxx" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiojjHXzKoX71KIb2wgD4ZMZ7SdHf3k6I45TsmzkUxmvE2XSGIwYH3dMyCmAlnfz1E_W_rSfdJVSyrTpmuE5t-GnA1LLCb2fcDkP4FfTff1qhgEjeVbjpa7TfAwVy1sUuo3Cc1G/?imgmax=800" width="244" height="241" /></a></p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-5389365698824957792010-12-09T01:44:00.003+01:002010-12-09T01:50:01.887+01:00Sentidos<p align="right"><em>Jueves, 9 de diciembre de 2010</em></p> <p align="justify">Un día mis sentidos se reunieron tras un tiempo actuando cada uno por su cuenta. Debían discutir la última experiencia vivida dado que el cerebro había convocado una reunión de urgencia a la altura de las cervicales. Ninguno de ellos sabía para qué se convocaba, pero todos tenían algo que explicar. Uno a uno fueron haciéndolo.</p> <p align="justify">La vista comenzó porque bien es sabido lo rápido que es un parpadeo y lo mucho que puede decir. No imaginaréis lo que ocurrió, explicó. Las pupilas se dilataron sin razón aparente y una imagen de lo más extraña se formó en la retina. Aquel cuerpo desnudo estaba más cerca de lo habitual, casi pegado a nosotros. Los detalles de su rostro eran tan evidentes, tan hermosos y tan atrayentes que no pudimos desviarnos salvo para investigar otros recovecos de su anatomía. La curva de su espalda, el vello de sus piernas, el arco de sus pies... ¡Fue imposible ordenar a los ojos apartar la mirada!</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0bJuM4370TmDW23P7klKKFjawtyOLzfbMd8fcHTLTDm1IK2nJpr7JPlMEXtcMxLgf6Qk29Kl81gULt-8HWOZGQYi385OqRhPOXr23Xswto1CbfvwuUo1K4tQv2JOAV5ZtY6z-/s1600-h/ojo20humano%5B4%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="ojo20humano" border="0" alt="ojo20humano" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJJnbs3rLAofvwf9DEO_wZuhMejCAAPXGZ0QaB4cfhNrxyXnyvZPKJgSSXLplU1hSkZ4i8Ifrf089N7dmQvwMcNIom0nR9Kjfw_gof1FonjqJe9fn99sZDthk_rdyVXSFt9Sld/?imgmax=800" width="317" height="213" /></a></p> <p align="justify">El olfato hizo uso de su habilidad para meter las narices donde no debe y continuó. Mi caso es más complejo, comenzó. Cuando los primeros efluvios llegaron a las fosas nasales, supimos que habíamos perdido una batalla. El aroma tenía tintes casi olvidados de algún perfume de buena marca, de los elegantes pero discretos. Sin embargo, a un nivel más profundo, se había comenzado a formar un toque de pasión acumulada. El olor corporal se sumó al nuestro y formó una amalgama que provocó que se enviaran señales de lo más evidente a las distintas partes del cuerpo. Era profundo, masculino y embriagador. Hasta ahora, era la primera vez que nos encontramos con algo semejante.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMKoDv7xqHloqW2OqBTRERJRWDkR-xsj3Jp2LQBhqbasmP-3WCMBIrmSpy0D6XzM5KIrc9rEKqW5k5oo1BNcNWR8V-fnc0ObXqvsKVeTUWqghBjol1w8CaohsmfNwcRBKUuXTS/s1600-h/perfume_ver3%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="perfume_ver3" border="0" alt="perfume_ver3" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR_6IID-ax-ikK3O5XmPeq-TezuVQOBFUFI_NqAPtaYExS00jpP0ugR6Pb7J-1YQES8wTPUUcVDmCpa51Qi1EPOhn5pjM_ET6hw72DUDAl62pU5duzTQ5yiynT_yyiEUr4PArc/?imgmax=800" width="314" height="234" /></a></p> <p align="justify">El gusto, siempre tan refinado, optó por participar también. Nada es comparable con lo que ocurrió en mi ámbito de actuación, y su tono denotaba cierta superioridad. Los besos fueron profundos y significativos, sin apenas separación entre uno y otro. De hecho, había una sensación como de necesidad, de ansiedad. Pero he de reconocer que no hubo nada como el momento en el que la lengua recorrió buena parte de ese cuerpo ajeno a nosotros. Surcamos el cuello de lado a lado, ayudándonos de los labios como si fueran orugas recorriendo una hoja fresca, bajamos hacia la clavícula deteniéndonos en un punto concreto detrás del músculo trapecio, descendimos por el costado notando cómo la piel se retorcía y erizaba. El sabor que aún mantenemos es salado pero dulce a la vez, con el toque ácido que caracteriza este tipo de situaciones. Sin embargo, ha saturado nuestro paladar de un modo inconcebible.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxz7WHXNu0izeA_Vsz6SCQE52OTLq13VfWINPThTKOTwTPlkgwCEXSgO5RFWYQxPZXjtslsQrutryijSPtevdnDJzZt8yE-3qAVM4LvNupIn0uvP_pskfO9ghIUQed8YhrFRg2/s1600-h/lips%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="lips" border="0" alt="lips" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjig-WxtM0beoD01KT_yid6EnedQCjoTGC0LHotLzERAS7PmcUIim9Ov-FZh76BNBbgo9uahB0oeXUZ3QmpyEIbE6mer72RFn-KgjwK16Iw4CalOWDDWzLFU-3L56BWxwzESUXK/?imgmax=800" width="228" height="303" /></a></p> <p align="justify">El oído, atento a todo cuanto se describía, decidió que era su momento. Por los oídos también se detectó algo curioso, dejó caer. Las palabras que se susurraban en el pabellón auditivo se hacían entre susurros cargados de intención, decorando nuestro nombre con palabras muy significativas y descriptivas. Se colaron hasta el tímpano y reverberaron por todo el organismo haciendo que el sentido del equilibrio equivocara la disposición de “arriba” y “abajo”. Captamos también los gemidos, cálidos como una hoguera y sugerentes como una promesa. Notamos los latidos de un corazón distinto al nuestro. ¿Qué puede significar esto?</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjYS3Bb26ZCqsxjuDKybyIQ0vtw06RwBRrukoZk0ZdR-1WaOvBt_sY36wavzil73avbjA9eYW7EOA0Ns3pnW-vxQ9XRtBuIPc21dWiq_QbDDJvCD80gGYlyXV1QzPMWo8I-7X1/s1600-h/susurro%5B4%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="susurro" border="0" alt="susurro" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSBzLhzuSrQ7Y6jaX_ayxA-MQAMd-2d_kAYPvA-2lrGfaK4bJWGuI4uYQGDFkNkEhzctvMany3Ik_vp2Vry4jPkTGsnkFJf5t1FrGPhSct0Hc0j1pBvmnGhALl2nck63tktyIq/?imgmax=800" width="289" height="266" /></a></p> <p align="justify">El tacto, siempre cuidadoso, quedó en último lugar. No voy a desmerecer lo que nos contáis, adelantó, pero mi experiencia ha sobrepasado los umbrales a los que estamos acostumbrados. Los dedos han rozado una piel que nos ha resultado suave como el terciopelo, recorriendo centímetros y más centímetros sin descanso. Era casi adictivo y nos deleitamos en ello. Y puedo asegurar que exploraron cada superficie disponible. Pero, cómo explicaros, los receptores de calor se volvieron locos al sentir un abrazo tan apasionado, unas caricias tan delicadas, una distancia tan mínima con otra persona... Tuvimos que poner a máximo rendimiento las glándulas sudoríparas para compensarlo, exigimos un esfuerzo extra al corazón para que bombeara más sangre y aún así ese calor nos seguía consumiendo. Nunca nos había ocurrido. ¿A qué nos estamos enfrentando?</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPCwYQyNKuV99V85AhZK3JG1_WZjKX7YfgoiDlSamniJVbSclzEEMj7I5a9TbVaTxsybIuE4diWIuL8_tYPt9vzRVqZUUNcGHa1NOd4yvj6A7ZtW5EPIO6vFyWTR4mdDZuREtI/s1600-h/caricia0bl%5B4%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="caricia0bl" border="0" alt="caricia0bl" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWbGOU0iHL7hhq6yiIs8swdndyH4g305KkMWLO5V__NTui_9Jkrj2H7rmvHVwo-HbsZFla3Jbh_BxO2J3YYv4czNtZLxTloKf8fk5YEa9FY2IrNmxZqvWog_pC6nSK_2Ytq846/?imgmax=800" width="287" height="189" /></a></p> <p align="justify"> <br />Los cinco sentidos se giraron hacia el cerebro, que presidía la reunión para coordinar y dar lógica a las situaciones que requirieran algo de raciocinio. Sin embargo, parecía que el órgano pensador se encontraba en uno de sus típicos ensimismamientos, en los que se evadía de la realidad para sumergirse en un mundo de recuerdos y sueños que sólo él conocía. Tras unos instantes de supuesta meditación se dirigió a los sentidos de forma concisa y breve. No puedo explicaros qué nos ha ocurrido, mis sentidos. Por más que proceso la memoria no puedo encontrar una sola neurona que posea un ápice de información que nos ayude. Recogí las señales que me enviasteis e hice lo que pude con las emociones y reacciones, pero sólo puedo deciros lo que desde entonces llevo dando vueltas entre el hipotálamo y la glándula pituitaria. Esa idea es: OTRA VEZ. </p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-1776834778081040962010-12-01T01:40:00.001+01:002010-12-01T01:40:02.875+01:00Epílogo de un cuento<p> </p> <p align="right"><em>Martes, 30 de noviembre de 2010</em></p> <p align="justify"><em>(Este epílogo no tiene mucho sentido si no se conoce el cuento que yo suelo llamar “el granjero y el gorrión”, que es una adaptación muy libre de uno de Oscar Wilde")</em></p> <p align="justify">… y cuando el granjero abrió las manos frente a la princesa, se veía que en una llevaba la solicitada rosa roja y, en la otra, un gorrión muerto.</p> <p align="justify">¡Y seguro que la princesa se quedó mirando con cara de asco! La muy zorra no tenía ni puñetera idea del sacrificio que había costado su pueril capricho. No, ella quería una rosa roja en invierno, pero aquel pájaro muerto… Claro, demasiado elegante para entenderlo, demasiado acostumbrada al oropel y a las perlas. Era un maloliente granjero quien le traía la rosa roja, no el apuesto príncipe en el brioso corcel.</p> <p align="justify">Los sollozos del granjero no dejaban de agitarle el pecho, pero la princesita tuvo los santos cojones de alzar aún más la barbilla y ordenar que echaran de palacio a aquel pobretón. ¿Para qué iba a preguntar a qué venía el pichón muerto? ¿Cómo iba ella, tan digna, tan sublime, a casarse con aquel muerto de hambre? No, no, no. Haría que lo decapitaran o algo así. Que desapareciera de su vista, que lo expulsaran del reino. Así sería como si no hubiera ocurrido nunca.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1Zshyphenhyphen9fDv86e9Rtc4pfQmygzMEbS_RPejWhimJSH5tW_0n6rKHq3Nlj4EpUZwODFXEPZuTGeilaKTY1p3TZuDkxjovc-ls_edSRH4E-TrhD9e6Kf8tvftgy4s8pspByjdvXVP/s1600-h/sangre%5B16%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="sangre" border="0" alt="sangre" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwS0QN0-Gk87mubmVc0_ITuWsqWPcKHNXX84eQsNslP6YVUYpb7cC8fPhw98VwhJBacQ4uSqaG48rQO7-9PdpUGFm2loJRotQ2g8VFQ1YYeT680fjoBK7r26Wf9N2CE26saNHl/?imgmax=800" width="312" height="176" /></a></p> <p align="justify">Además, ¿qué era esa asquerosa mancha que había quedado en la alfombra del Gran Salón? De un puntapié hizo que un guardia la examinara y tuvieron el valor de decirle que era sangre. ¡Sangre! Ese paleto de provincias había estropeado uno de los mejores regalos de un reino cercano. Tendría que hacerle decapitar allí mismo, para que todos entendieran que no se ensucian las cosas de la princesa. Ese bobalicón sollozante no sería un problema a partir de entonces. ¡Ella era una princesa, por el amor de Dios!</p> <p align="justify">Salió de allí acompañada del revoloteo de sus damas de honor, tan horrorizadas como ella por la dantesca escena. En un ataque de ira destrozó el dibujo que estaba bordando, rompió dos o tres espejos al tirarles jarrones de incalculable valor y desgarró sus vestidos de seda cuando empezó a rozar la histeria. Acabó llorando desconsoladamente en un cama con dosel de tules y echó a golpes a sus doncellas para poder sentirse tan desgraciada y tan sola. Ella quería al príncipe que se había imaginado, no a ese desgraciado que se había reído de ella con esa rosa falsa y ese animal muerto.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Los guardias se apiadaron del granjero y simplemente le echaron del palacio diciéndole que no se acercara nunca más allí. El joven emprendió el largo camino a su casa con el corazón roto por el dolor y el desengaño. Cuando llegó a su casa, preparó una pequeña tumba donde depositó a su buen amigo el gorrión junto con la rosa, que aún se conservaba fresca y goteaba alguna gota de sangre tibia. Hubiese querido enterrar su corazón, pero lamentablemente lo necesitaba para seguir viviendo.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiY6o_e9mHDGfzdjQgATBT4Ne1FXO4o2Tm_8OMGZQ6F2Ewv90_UIKa6IpDajPTkakdWO8i4DxuzfjVEuXWmOURsZ_Gs42XcxH9XvQzMunDG7pMpLUax3e6029qFiLn94FC5gZ1m/s1600-h/arrancar%20el%20corazon%5B2%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="arrancar el corazon" border="0" alt="arrancar el corazon" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhN9DHWLRRJQMYop4OCSIycQuAJjDz63tK_lnoVweDDFv6tHiIzXNAZwOWGqytBRDlJPocJ3GIUrgtFN2XeptEu-Pdox3r1gASUqH9RVFj-SM58qK1Sr3fA3NpyBmmLecULTcYa/?imgmax=800" width="180" height="244" /></a></p> <p align="justify">Dicen que se volvió el hombre más triste del pueblo, que nunca volvió a sonreír, que se dedicó únicamente a cultivar rosas rojas, incluso en invierno. Dicen que cuando lo encontraron ahorcado, sólo había dejado una nota pidiendo que sus cenizas fueran esparcidas sobre la tumba de su buen amigo el gorrión.</p> <p align="justify">No le hicieron caso, fue enterrado en el cementerio del pueblo en una ceremonia discreta y sencilla.</p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-64637150887881839542010-11-22T09:15:00.001+01:002010-11-22T09:15:37.679+01:00Para un desconocido<p align="right"><em>Lunes, 22 de noviembre de 2010</em></p> <p align="justify">Es posible que nunca nos conozcamos y menos ahora que hace ya dos semanas que faltas a nuestra cita casi diaria. Una extraña intuición me dice que has cambiado de trabajo y por eso no coges el autobús a la misma hora de siempre. Otra pequeña vocecita asegura que hasta te has cambiado de ciudad y no coincidiremos ni de chiripa alguna vez por el barrio.</p> <p align="justify">Cada mañana, cada tarde, cuando coincidíamos en la parada no podía evitar mirarte con curiosidad porque desde el primer día reclamabas mi atención sin saberlo. Siempre con esos auriculares blancos escuchando una música que sólo tú conocías, con el gesto serio y los vaqueros generalmente rotos con un estilo muy urbano.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqppi5qQ18GmkjxlIrzIPPOfbyc_nMpw4eNFW5EbmwPIopeEyOPJMHnu33DGmQ-l0GTqkZce7sNjHWwdvolaAto5ju87XsPMUnoFqs3AXHsePbw-6GG31E540TcFf9kVUYAcxG/s1600-h/bus%20dentro%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="bus dentro" border="0" alt="bus dentro" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRIYF48ylGVIW8ZhoZ_fIZ9K30Pcm6EBZ9mmMXNCXuu4jOP30DwtFd8UHzG-6caBz0b4qWOegU4mLgD23bMwZanmSlIhp-NNInD90LTWzHaWwoZ2HUOp6bfU0bP1QuPpAZvkh4/?imgmax=800" width="282" height="304" /></a></p> <p align="justify">Te solías sentar siempre hacia la mitad de las filas de asientos y yo hacía lo posible para poder espiarte detrás de mi libro de lectura. Tu gesto seguía siendo serio, sumido en pensamientos tal vez profundos, tal vez banales. Mirabas a través de la ventana al paisaje que día tras día recorríamos juntos en ese cuarto de hora que compartíamos entre baches y traqueteos. Echabas rápidos vistazos a los nuevos pasajeros con un ligero toque de curiosidad. Una sola vez te vi compartir asiento con una chica a la que debías conocer y algo le estabas contando que te hacía sonreír. Fue agradable saber que lo hacías de una manera natural y deslumbrante. Me hiciste sonreír a mí también, porque parecías contento con algo.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk9KYFBCrVBWZZner2A3NsFM4qH5iylXdp3cvayWTqqR34JTKXnNE_1g7ENrm_xA6YEXio1CQIPPPdXTTaUHKzTUabbAJmiyK6fE0X0mNz0FzTA5rCTdwcqk7ab_maxAmagfkt/s1600-h/bus%20fuera%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="bus fuera" border="0" alt="bus fuera" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_XrsAGv1MU5yh768iIYwE7cQcZGU-Vt5fDA1Pb1o80vS7t77MjDR8Fbrl6g5QvfljDFb5dFoxmtoWV6of_YTm1wDWq_v7qKyoDSuYFS5aTT5PIc83o9tDgNoonL1wAlrh_Ak-/?imgmax=800" width="330" height="224" /></a></p> <p align="justify">¿Por qué me fijé en ti la primera vez? Siempre diré que te pareces levemente a un lejano amigo mío. Quizás sea por tu pelo moreno, muy corto y muy oscuro. También tu piel era tostada, lo cual confería un ligero toque exótico muy interesante. Cómo no, los ojos acompañaban al conjunto, pardos como el chocolate, pero con un destello de perspicacia que me hacía preguntarme qué habría detrás de ellos. Y el curioso pendiente de falso diamante en la oreja izquierda en un alarde de moda desfasada. Pero, ay de mí, esos labios carnosos eran la guinda del pastel. Cada mañana se movían rítmicamente mientras masticabas un chicle y me sorprendía a mí mismo preguntándome cómo besarían, si sabrías darles el uso que se merecen. Y avergonzado de mis propios pensamientos, me escondía detrás de mi lectura por si me sorprendías espiándote al detalle.</p> <p align="justify"> <br />Sé que aunque vuelva a verte, nunca me atreveré a cruzar el vagón y saludarte, aunque tú pienses que soy un pirado que se ha equivocado de persona. Sé que no sabría si empezar por un "hola" o por un "otra vez por aquí". Y posiblemente tu mirada de desdén me sonrojaría más que la peor de las contestaciones, así que seguiré esperando. Seguiré cogiendo los mismos autobuses para que me lleven al trabajo cada día y tal vez, sólo tal vez, un día vuelvas a subirte conmigo y volvamos a compartir quince minutos de monótono viaje, tú mirando por la ventana y yo fingiendo que leo.</p> <p align="justify"> </p> <div style="padding-bottom: 0px; margin: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: inline; float: none; padding-top: 0px" id="scid:5737277B-5D6D-4f48-ABFC-DD9C333F4C5D:e39d3658-6903-4517-b84a-8887c27727aa" class="wlWriterEditableSmartContent"><div id="9eb9d389-0612-447e-b032-583dd23a565d" style="margin: 0px; padding: 0px; display: inline;"><div><a href="http://www.youtube.com/watch?v=tOQ6j8ZcRn4" target="_new"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJc3_eoCzn_q3cnoGQ3YKEzzJCznqxy9PTUsMROFUfJJ5Fcela1IkATIPO8M5nw_FbbZOpguUh7S0TuPx_e1j7sU3tQzSog5QvLeegUX7cb0qr3YPb6MLhpVHXp9xWgkgIfkQg/?imgmax=800" style="border-style: none" galleryimg="no" onload="var downlevelDiv = document.getElementById('9eb9d389-0612-447e-b032-583dd23a565d'); downlevelDiv.innerHTML = "<div><object width=\"448\" height=\"252\"><param name=\"movie\" value=\"http://www.youtube.com/v/tOQ6j8ZcRn4?hl=en&hd=1\"><\/param><embed src=\"http://www.youtube.com/v/tOQ6j8ZcRn4?hl=en&hd=1\" type=\"application/x-shockwave-flash\" width=\"448\" height=\"252\"><\/embed><\/object><\/div>";" alt=""></a></div></div></div> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-50809084499846372362010-11-08T08:46:00.001+01:002010-11-08T08:46:46.987+01:00Halloween<p> </p> <p align="right"><em>Lunes, 8 de noviembre de 2010</em></p> <p align="justify"> <br />El joven vampiro adoraba las noches de Todos los Santos. Adoptar la costumbre anglosajona de Halloween había sido todo un acierto para la Estirpe, ya que les permitía mezclarse sin muchos tapujos entre la sociedad mortal sin llamar demasiado la atención. Incluso los Nosferatu más desagradables a la vista se mostraban sin temor y eran objeto de ovaciones por el trabajo de su máscara. Aunque a ellos no les hicieran gracia aquellos comentarios, claro. De hecho solía ser habitual que en las grandes ciudades se organizara una fiesta Toreador por todo lo alto, con codiciadas invitaciones y medidos cotilleos previos. Siempre era un grato honor ser invitado, pese a poder ser el blanco de mil críticas por los miembros más elitistas entre los Vástagos.</p> <p align="justify">Este año había acudido a una invitación en la capital. Al ser aún una luminaria entre sus hermanos de sangre, tenía ciertos privilegios y se aprovechaba de ellos cuando podía. Excusar su asistencia a tal acto hubiera sido un desaire impropio. Así que tras casi un mes decidiendo qué se pondría, visitando tiendas, cambiando de estilismo y variando de perfume hasta asegurarse de que escogía el adecuado, se presentó con los protocolarios minutos de retraso dada su posición.</p> <p align="justify">La fiesta tenía una decoración exquisita, con un elegante toque victoriano y grandes cortinas rojas para separar los espacios. Se había permitido la entrada de mortales, en algunos casos ghouls, para que hubiera algo de "picar". Eso sí, siempre respetando las reglas de la Mascarada para evitar posibles altercados o cadáveres desangrados innecesarios. Para mayor diversión, algunos se habían presentado disfrazados y en la entrada se entregaba a cada invitado una máscara veneciana recargada de encajes y tonos dorados.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF5-fRBkGsj8QhA-lgTl5OCXA-meLPF5uD02IdiOZyUsSWxUH959PPBk_k8Z3ZQnMeriMOIEYatpY789xn8-xC4yBw5UYkzj3q1Jr7BHNYznuuYU5aMzSUrKTYYPi3H5G6-pGO/s1600-h/mascara-veneciana%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="mascara-veneciana" border="0" alt="mascara-veneciana" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDK56eT_Q0NTI3AgcjjSHGgAZ9vTgSp6DubcJ-xwD10O14FMI0b-sgsYDQCDknxhSSQoyPnGe0yMf2flRLw3LJcmbgaPyYj6qDseDaa6vUBdOYhndAYUFou0Odn2CfSakS6V5d/?imgmax=800" width="214" height="319" /></a></p> <p align="justify">Los saludos iniciales se dirigieron al Príncipe de la ciudad, con una breve conversación acerca del estado de las trifurcas con el Sabbat y las cuestiones políticas de los últimos meses. No había una relación cercana, así que todo fue puro teatro. La Primogénita Toreador y su corte de arpías se manejaba mejor estas situaciones sociales. El joven vampiro se sintió observado y valorado y supo que posteriormente habría una buena cantidad de comentarios que podrían mejorar su posición o destrozarla por completo. Había pretendido pasar desapercibido, sin mayor pena ni gloria, y parece que así fue por los gestos y las miradas de indiferencia que recibió. Tanto mejor, no le apetecía tener que defenderse de ácidos comentarios, gestos indolentes y miradas penetrantes.</p> <p align="justify">Paseó por los salones con una copa en la mano, más por disimulo que con verdadera intención de beber algo. Apreció las obras de arte expuestas y no le convencieron demasiado. Observó a los mortales que se divertían en la pista de baile y entonces sí que se dejó llevar por una intuición. Dos chicos jóvenes bailaban muy juntos, demasiado para ser dos amigos divirtiéndose. Se miraban a los ojos y se buscaban la boca jugando a querer y no dejarse. Un Toreador es un maestro leyendo entre líneas, pero también sabiendo dónde hay una brecha para poder atacar. Se acercó a ellos, apoyó una mano en un hombro de cada uno y les invitó a tomar una copa.</p> <p align="justify">El resto de la noche fluyó siguiendo el camino esperado. Uno de ellos, de mandíbula cuadrada y un curioso hoyuelo en el mentón, llevaba una máscara de león ya que, según dijo, su nombre significaba más o menos eso: "hombre-león". El otro, más moreno, con los ojos de un color verdemar brillantes por la emoción, siguió la broma y dijo que su nombre significaba "victorioso". Ambos se rieron de su ocurrencia y el vampiro sólo tuvo que esbozar una sonrisa para complacerles. Se aplicó al máximo con esa sonrisa y a cambio consiguió que ellos se confiaran más. Pobres corderos jugando con un lobo disfrazado.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjM2VeD6rw94R95Py5TjfHzLRklVtv_coocRwTgvaIoZF39TcDm9zkf0Zcbj2APzmvbsshtFNweEphjChLPGkklBcL2D2hXw9orAFZWbitFqWh5XefW1dGqg5QipT8sTF1G8-e0/s1600-h/lobo5ra%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="lobo5ra" border="0" alt="lobo5ra" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5XFSYnrXsejhraOP8zioN7_1aXbNjL9hItDoPB9OvhvCRXNTHIl3b1TMq53FAClNxXV7GQ2JU09qQFPQVVRZCgZrheU5oobRgK5hk5WU0MhztQKs3rJfybWbAvTwK5ubw8yIP/?imgmax=800" width="304" height="304" /></a></p> <p align="justify">Cuando el nivel de alcohol fue suficiente para que se dejaran convencer, pidieron un taxi para llegar al hotel donde pasarían el resto de la noche. La suite estaba especialmente preparada para que los rayos del amanecer no entraran a molestar al pobre huésped con ese terrible problema de fotofobia en la piel... El dinero encubría cualquier mentira, sin duda. Lo que sí que hubo en la habitación fue una botella de champán, copas y más risas. Ambos muchachos fueron un bocado delicioso entre las sábanas de la cama y la euforia que había en su sangre hizo que al depredador le diera un par de vueltas la cabeza. No entendía por qué algunos de sus congéneres tenían tanta fijación con la manida imagen de alimentarse en callejones penumbrosos y sucios hasta el vómito.</p> <p align="justify">Tumbado en la cama, con uno de sus recipientes a cada lado, el joven vampiro escuchó atentamente sus respiraciones y sus corazones. Unas eran tranquilas y acompasadas, mientras que los latidos estaban algo acelerados para compensar la pérdida de sangre. Sobrevivirían a aquella noche, no cabía duda. De hecho, era posible que se despertaran con una sensación extraña que no podrían explicar pero que achacarían a la resaca y la fiesta. ¡Era tan fácil seguir manteniendo el velo cubriendo los asuntos de la Estirpe! ¿Por qué algunos lo harían tan complicado?</p> <p align="justify">Cuando salió de la habitación echó un último vistazo y los vio abrazados en la cama, durmiendo plácidamente. Aun sin necesidad de respirar, se le escapó un suspiro de nostalgia con un cierto regusto de envidia. Había cosas que no estaban al alcance de un no-muerto. Era el precio de la inmortalidad.</p> <p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj08b-eURrYkaZzPeFivNaK6MKwrLyFXGDH16ybwdYl_iTEnWtnSTexQH2DYWe5Y8EiWRalFkASypu8vo-dqKt68UZxap1LAG8nNwheuDNVaYa-Fd4Wf1argIKYnXBGW00F0CY5/s1600-h/pareja_gay23(1)%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="pareja_gay23(1)" border="0" alt="pareja_gay23(1)" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHhx90VhqcqT1vxcXi0P9xavbt06kmkpLD9fWu1mBE9WI5odqHFdJVqgFzKCP5ge93FkZ8DSCp4Oyqjts1HYW4akuHaFF462WAQHusAsCXUPTNvJ_bHDpOvR_JjVliKETMbzDy/?imgmax=800" width="295" height="297" /></a></p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-25079401825930804902010-10-13T01:28:00.001+02:002010-10-13T01:28:30.958+02:00Historia de amor<p align="right"><em></em></p> <p align="right"><em>Martes, 12 de octubre de 2010</em></p> <p align="justify">Me enamoré de ti desde que nuestras miradas se cruzaron en aquel escaparate. No te lo pensaste dos veces y me llevaste a tu casa directamente. En tu cama estuviste mirándome fijamente durante un rato y aquella noche pude envolverte por primera vez notando tu respiración tranquila. Creo que fue entonces cuando decidí que tú serías el único.</p> <p align="justify">Fueron varias noches las que compartimos, yo esperándote en la cama y tú sonriendo al llegar a la habitación. Una de ellas leíste hasta tarde un libro de Gabriel García Márquez, no recuerdo el título. Tampoco sé de qué trataría, pero dormiste inquieto y no pude tranquilizarte pese a que me pegué aún más a ti. Me impregné de tu sudor y tu olor y supe que jamás podría quitármelo de encima. Y me encantó.</p> <p align="justify">La sombra de la duda no tardó en llegar y con ella los miedos y mi inquietud sobre las noches que no compartíamos. Nunca dijiste nada y preferí no saber, por si la verdad me hacía más daño que tus silencios. Pero a veces tenías aquellas conversaciones telefónicas hasta tarde, esas risas cómplices y esa cara al colgar que brillaba con luz propia. No había preguntas, no había explicaciones. Esas noches intentaba no arroparte, pero me resultaba imposible evitarlo. Mi adicción a tu calor corporal superaba mis fantasías de desaparecer y dejarte con tu vida, ya que parecía que la mía te importaba más bien poco.</p> <p align="justify">Poco se queda largo. Le trajiste a casa y pusiste tus mejores sábanas. Lo preparaste todo con un esmero como hacía tiempo que no conocía. Yo que quedé como un vago recuerdo olvidado en un armario, entre ropa de trabajo y camisetas de verano. Tal vez me salvó de la locura no ver qué hicisteis en la cama, en nuestra cama. Pero no sabía si me dolía más no ser quien te abrazara aquella noche o que ocuparas mi lugar con aquella facilidad pasmosa. Me refugié en mi oscuridad y dejé que el tiempo hiciera lo que tuviera que hacer.</p> <p align="justify">Y aquella noche… Otra vez yo estaba en tu cama, aunque sé que sin la misma intención de las primeras veces. Por qué me elegiste aquella noche es una duda que aún me corroe, pero así fue. Otra conversación telefónica pero esta vez con un final diferente. ¿Qué te dijo para que volvieras llorando como lo hiciste? ¿Acaso te hizo sentir tan pequeño, tan miserable, tan poca cosa como me habías hecho sentir tú a mí? Tus lágrimas empaparon la almohada y no pude consolar tus gemidos desgarrados por el desamor. Me acerqué, te busqué, pero tú me apartabas continuamente. El calor de aquel tórrido agosto fue una barrera entre nosotros. Te dormiste sobre mí, sollozando. Repetiste su nombre en sueños y yo pasé la noche en vela alejando tus pesadillas.</p> <p align="justify">Ha pasado el tiempo desde entonces. Ha habido otros en tu vida en intervalos irregulares, pero yo sigo siendo una constante. Incluso alguna vez hemos estado con alguno de ellos en la cama, aunque yo no participara mucho. Me he ido haciendo a la idea de que yo estaré ahí siempre que quieras, pero tú me cambiarás de cuando en cuando. Tal vez algún día decidas prescindir completamente de mí, pero aún me tienes y creo que me valoras aunque no seas consciente.</p> <p align="justify">Alguna noche, cuando siento tu aliento sobre mí, vuelvo a recordar la primera vez que nos vimos. El escaparate. El cristal. Tú entrando a la tienda y pidiendo ese juego de sábanas que tanto te había gustado. Y esas sábanas aún hoy siguen enamoradas de ti. Parece absurdo, pero los objetos también nos enamoramos.</p> <p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjNZeq9hcnd5dGY682ur4vvVOKIr1dWVnJrSYVUsKuW40ahXTJv5OuGz0LHMISkrphaelomcTQuatJgkQhMNQXQ27_Ks8IScCP5thy9fPSOorTcJft504qhm3jN82sO5RsOgId/s1600-h/sabanas%5B2%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-bottom: 0px; border-left: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px; padding-top: 0px" title="sabanas" border="0" alt="sabanas" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgt3_-SyP4VwsQ7yySmlB_uY6KUNfgT6tGuqKHw4HTa6Vf1h2ZypDK9JsznQpvqnUMPoR7d1f-V90-ZUy0u1pBMu5g7M8PPgCsNpz6VwmLvHOTLsYy2remlE_tpCkvjd64IhBdg/?imgmax=800" width="244" height="201" /></a></p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-29177054.post-2427553630099304702010-09-17T10:59:00.001+02:002010-09-19T17:38:10.447+02:00¿Es que ya te marchas?<p align="right"><em>Viernes, 19 de septiembre de 2010</em></p> <p align="justify">- ¿Es que ya te marchas?</p> <p align="justify">Esa frase sonó a mi espalda cuando me faltaban escasos metros para alcanzar la puerta. Estaba deseando salir de aquella reunión de antiguos alumnos a la que no sabía por qué me había animado a acudir. Los antiguos alumnos eran eso: antiguos. Y quedar cada cierto tiempo para hacer una fiesta, hablar de canas, barrigas, embarazos y pañales no era mi concepto de "pasarlo bien". Al menos no cuando se marchaban las tres personas con las que mantenía contacto habitual. Y ahora quién narices tenía que preocuparse si me iba o no.</p> <p align="justify">Me giré y no supe muy bien si se habían dirigido a mí, porque había varias personas que me miraban de soslayo. Finalmente de un grupo de tres, un desconocido se dirigió a mí con una sonrisa en la cara. No lo reconocí, no había sido compañero de clase, pero no me hubiera importado. Tenía el pelo muy oscuro y corto, en apretados rizos pegados a la cabeza. Sus ojos marrones me miraban con la franqueza de una copa de más. Sus mejillas sonrojadas por el calor de la sala contrastaban con su pálida piel, pero hacían juego con unos labios pequeños que se curvaban dejando ver una hilera de dientes blancos y perfectos. El nudo de la corbata estaba deshecho y el botón de la camisa desabrochado, pero aún llevaba la americana puesta, dándole un toque elegantemente informal.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN-UG_cFfdM1vc1hpWHotDTrocHg2Ts342rj3w0BPeATZRGaHRpzXuGlpVsonaNW-8gDICFUmagVmy8obwpq0FUH3xFO98czY2xG8XCYM3Nlt6oBu6dkY9cCOmiu1mV8UutXCd/s1600-h/corbata1%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="corbata1" border="0" alt="corbata1" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7dD_RhPpKxbPtsqlmigsLCOipXUAT7CVqBpN29_kGXQG3yvIUWAOyV2Al06-fHV9o8czhsUcL4pK8XQoifFGyyFoEuRtdL53MxlS2fBzU4ueYfQftLFAQTyAhd9MoD0d0KddP/?imgmax=800" width="244" height="207" /></a></p> <p align="justify">- ¿Es que ya te marchas? - repitió como si yo no hubiera escuchado esa voz grave y con un ligero acento del sur.</p> <p align="justify">- Sí, bueno, la verdad es que estoy un poco cansado y la fiesta no da mucho más de sí...</p> <p align="justify">Yo mismo noté el ligero temblor de mi voz y me imaginé poniendo mi mejor cada de fingido conocimiento mutuo. No debió ser muy convincente, porque me pasó un brazo por encima del hombro y me dijo demasiado cerca del oído: "Yo también estoy aburrido de esta mierda de fiesta y de esta gentuza. Vamos a pillarnos un pedo por ahí."</p> <p align="justify">No sé por qué me dejé llevar, aunque creo que su sonrisa me tenía hechizado. Fuimos a un bar cercano al local donde se estaba celebrando la fiesta y combinamos copas con algo de conversación insustancial. Así pude saber que pertenecía a mi promoción, pero a la otra clase, con lo que el contacto había sido mínimo. Volvimos a recordar a los viejos profesores, anécdotas y leyendas que pululaban por la facultad y rumores de gente de la que ya ni nos acordábamos. Reímos como niños con nuestras incapacidades en ciertos exámenes y nuestros aciertos con algunas chuletas.</p> <p align="justify">Cambiamos de bar un par de veces y me dejaste elegir a mí el siguiente. Sabía dónde llevarte para acabar de salir de dudas y elegí un discreto bar de ambiente que había no muy lejos. No pareció sorprenderse o no lo demostró, menos aún cuando un camarero prácticamente desnudo nos sirvió las bebidas guiñándole un ojo. Brindamos a la salud de los viejos tiempos y nuestras miradas se encontraron, fijándose en el tiempo. Me cogió de la camisa y me atrajo hacia sus labios entreabiertos donde me esperaba una lengua furiosa y ansiosa. Tras el apasionado beso me susurró al oído por qué me había hecho tanto de rogar, que llevaba toda la noche intentando hablar conmigo y besarme. Mi respuesta fue mordisquearle el lóbulo que tenía más cerca y notar cómo gemía de placer.</p> <p align="justify">Por suerte había reservado una habitación en un hotel del centro, ignorando las invitaciones de mis antiguos compañeros que vivían en la ciudad. Por suerte, no nos costó nada encontrar un taxi que nos llevara, donde fingimos que íbamos menos borrachos de lo que íbamos. Por suerte, acerté con la ranura de la tarjeta de mi habitación antes de que sus manos llegaran a la hebilla de mi cinturón.</p> <p align="justify">Sus hábiles manos me quitaron la ropa rápidamente y me empujaron para que cayera sobre la cama. Pude admirar cómo se iba desnudando sin dejar de mirarme, sin dejar de provocarme, sin dejar de excitarme. Cuando finalmente estábamos los dos en la cama, empecé a creer que no estaba soñando y que realmente estábamos ahí. Sentí cada caricia que recorrió mi piel. Noté su lengua explorando cada centímetro de mi cuerpo. Gemí cuando decidió que su voracidad tuviera rienda suelta. No me resistí cuando me dio la vuelta y sus dedos hicieron el trabajo adecuado. Me sentí pleno cuando estuvo dentro de mí, embistiendo con furia pero siendo cuidadoso, arrancando de mí cada segundo de placer que pude recordar. Finalmente, acabamos juntos en la ducha, llenando el baño de vapor y besos más cálidos aún que el agua que nos mojaba. Dormí notando su brazo de nuevo sobre mis hombros, dejando que aspirara su aroma hasta caer rendido por el cansancio.</p> <p align="justify"> <br />Cuando desperté noté el sol dándome directamente en la cara y su ausencia en la cama. Parpadeé un par de veces y lo vi de pie, vistiéndose frente al espejo y de espaldas a mí con esa americana ahora arrugada y de aspecto algo menos elegante.</p> <p align="justify">- ¿Es que ya te marchas? - pregunté con una intención tan evidente como mi sonrisa.</p> <p align="justify">- Sí, contestó, mi mujer y mi hija me esperan. Lo de esta noche no debería de haber pasado.</p> <p align="justify">Y dando un fuerte portazo, salió de la habitación sin siquiera volverse una última vez.</p> <p align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4A4fS6g-4MzjXqG8cE1fREEKFnQ_VgSR3SOTyBL4Q6LXBcXPiWo0jyKsR2ySFVzFoh7ZTUo_DbT_a9uweuOjpwb2wGX9BJF2VFwUS4FIqa4FAO-MbXVsnQjRTzYVxdi21v0EE/s1600-h/interior-puerta-habitacion%5B3%5D.jpg"><img style="background-image: none; border-right-width: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; margin-left: auto; border-left-width: 0px; margin-right: auto; padding-top: 0px" title="" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhXtCYjlsfOVSaF05CWuhCWEfKhM9qIq5IG279slD7_YG9LgqfrQLREffmxfanknlM-iMnviVyH0Q6ixhtc6kGDYjrKmDW9recU21UMnqbamXwUxmHCpF3-Tln84rWnMq339CW/?imgmax=800" width="242" height="321" /></a></p> Robin Shilvadinhttp://www.blogger.com/profile/17618994997757358063noreply@blogger.com2