28 marzo, 2009

Síndrome pre-menstrual

Sábado, 28 de marzo de 2009

Aunque me he retrasado un poco en mi auto-impuesta tarea semanal, lo he hecho con la sana intención de serenarme un poco antes de escribir. Me han dicho alguna vez y es verdad que suelo escribir demasiado dramáticamente, con todas las cosas negativas que me ocurren o que tengo en la cabeza. Así que preferí respirar un poco y liberar algo de energía negativa antes de plasmarlo sobre el blog.


He estado unos días con lo que se suele considerar un típico "síndrome pre-menstrual" femenino. Siempre he defendido que los hombres también tenemos la regla, de forma menos habitual, obviamente. A mí sólo me ha venido el pre, sin post. He estado unos días como si me hubieran dado una patada en la boca del estómago, con un dolor algo sordo no tanto físico como mental. Estaba tan sensiblero que volvía a darme por moquear con algunos de los anuncios más absurdos de la televisión. Necesitaba casi más cariño del que Javi podía darme (y encima el puente se fue al pueblo). Tenía la sensación de que todo lo que hacía me salía del revés, TODO.

No hace falta decir que la sensación general era un poco absurda. Los días que trabajaba por la mañana (casi todos), salía, iba a casa a cambiarme y rápido al piso a limpiar toda la mierda que habían dejado mis amigos los rumanos no-pagadores. Acabábamos a las tantas y había que ir al gimnasio o a la asociación o llegaba algo derrotado a casa. No me quedaba tiempo para mí, para estar solo, siempre haciendo algo o teniendo que mantener cierta compostura. Y además hay que tener en cuenta que mi madre es un poco maniática de la limpieza y está dejando el piso que se podría comer sobre cualquier superficie sin cubiertos.

Para los amigos, un método como cualquier otro de desahogo, tampoco había mucho tiempo, además de que mis horarios son algo opuestos a los de la mayoría del universo. Y también es cierto que cada cual tiene sus obligaciones y sus gustos, con lo que no me apetecía molestar al que ha decidido imponer un silencio bastante pesado entre nosotros, ni al que puede que esté iniciando una preciosa relación, ni a los que hace tanto que no llamo que no me parece adecuado hacerlo para llorarles las penas. Que podría haberlo hecho, pues sí, pero no me dio la santa gana. Soy así, sufridor profesional. Eso también lo he heredado de mamá.

Últimamente ya estoy más evolucionado. Ahora estoy asqueado de ir a limpiar, como mis padres, así que he decidido que es el último día que vamos, porque está casi todo acabado y de lo que falte me ocuparé yo a mi ritmo. Están las cosas tan tensas que discutimos por las mayores absurdeces, con lo cual punto y final. Los silencios tensos me tienen hasta las mismísimas, así que otra cosa por la que no voy a preocuparme, porque creo que he dado los pasos adecuados para intentar solucionarlo. La falta de sexo me toca los bajos fondos y ya no sé ni qué hacer. Vale, ya no me subo por las paredes, pero sigue siendo muy poco divertido saber que la gente folla más o menos, pero mira, FOLLA. Yo parece que tengo que conformarme con la autosatisfacción personal. Eso sí, no tengo que darme explicaciones ni obligarme cuando no me apetece. Todo tiene sus ventajas.

Debe ser que en esta curiosa montaña rusa que es mi vida vuelvo a ponerme en el mecanismo de subida de pendiente pronunciada. Supongo que habrá un par de loopings y después ya se verá. Ahora mismo, me la pela, sinceramente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cariño, te estimo mucho, lo sabes no? Espero poder ir más descansado algun dia y tener más tiempo para mi y para compartir contigo!