27 julio, 2006

Hoy nos vestimos de... soledad

Jueves, 27 de julio de 2006

La soledad... En general empleamos este término como cuando nos sentimos negativamente solos, cuando desearíamos estar con alguien más pero no es posible. Y sin embargo hoy ha sido para mí un día en el que la soledad se convierte en una fiel compañera que no molesta y que ayuda a sentirse bien con uno mismo.


Mis padres llevan fuera unos días y mi hermano está en un congreso en Zaragoza. La casa es enteramente mía y para nadie más. Hoy era mi día libre, con lo que aún he podido disfrutar un poco más de la sensación de libertad, de amplitud y de ausencia de molestias. Nadie, ni Javi, que no ha venido a comer y cenar. Total y absolutamente solo. Pocas veces al año puedo sentirme así, libre, autónomo. Si no estoy en casa con mis padres, estoy con Javi, no hay muchas opciones. Y habitualmente lo agradezco porque soy una persona muy social que necesita un contacto continuo con la gente que le rodea, pero unos días sin nadie que te moleste son maravillosos. Y tampoco es porque me haya dado por hacer nada especial. Ni he meditado intensamente sobre mi vida, ni he hecho grandes orgías salvajes, ni he montado sesiones maratonianas de vídeo... Simplemente he estado solo conmigo mismo. Bueno, conmigo y con la tormenta de granizo y después eléctrica que ha caído por aquí... Algo de emoción ha habido esta tarde, qué le vamos a hacer...

El tiempo se ha deslizado por mi piel con pereza y dulzura. No ha llegado a calar muy hondo pero el paso de las horas era evidente con el cambio de iluminación. Y yo tonteaba por aquí y por allí, bien con un juego de ordenador, bien lavando lo poco que había en el fregadero... Nada útil en realidad. Posiblemente me sentía tan relajado porque en el fondo sé que es una situación que dura poco tiempo, por lo que no tengo que preocuparme por los problemas cotidianos que son tan engorrosos: facturas, gastos, compras... Sabiendo que se encargarán mis padres a la vuelta la vida es mucho más sencilla, aunque podría acostumbrarme a esto...

En fin, un día de esos en los que no se puede decir que hayas vivido demasiado, pero desde luego se puede decir que tampoco has desperdiciado.

26 julio, 2006

Las peleas de pelucones

Martes, 25 de julio de 2006

Espero que algunas personas implicadas no se ofendan porque trate este tema, pero realmente me parece muy interesante comentarlo. No por el caso concreto, sino por el fondo de la cuestión, que es lo que realmente importa. Todo empieza aquí, con una noticia de lo más normal.

Como podréis comprobar, la cosa cambia de tercio con un (en principio) inocente comentario que lleva escrito la palabra "marica". Y ahí se monta la marimorena, con descalificaciones personales incluidas, dignas de los mejores momentos de Tómbola o Salsa Rosa. "Sólo" por una palabra. Pero esto tiene implicaciones más profundas, desde luego. El uso del femenino o de palabras típicamente "homófobas" por parte de los homosexuales es un tema a debate mucho más habitual de lo que creemos. En grupos establecidos ya hay un acuerdo tácito de lo que gusta o no gusta en general, pero cada grupo difiere como el día y la noche. Mi opinión personal es que los términos arriba indicados son una forma de broma, chanza o tontería, con un uso méramente humorístico. Incluso lo puedo considerar una forma de volver los propios insultos contra quien los lanza, dado que no sólo no nos ofenden, sino que quedan incorporados a nuestra vida cotidiana. ¡Cuántas veces no habré dicho yo lo mariquita que es alguien o habremos comentado lo zorra que es el chico del otro portal! Y sin más, no pretendo con eso insultar ni menospreciar, sino que es un uso definitorio carente de homofobia.

Otra cosa muy diferente es quién use esos términos conmigo y en qué tono. De prácticamente cualquier persona con la que tengo un mínimo de confianza o relación los acepto con el uso que acabo de describir. Me han llamado zorra, maricona, reina, loca... Y me he reído o he contestado aún más agudamente. Y fin de la historia. Pero las mismas palabras en boca de alguien que apenas me conoce o que tienen un tono hiriente me hacen ponerme en guardia, a la defensiva o a una ofensiva más directa. La diferencia no es la palabra en sí, sino el tono con el que se dice, es evidente. Ni que me llamen "homosexual" con todo el cuidado del mundo si noto un ligero acento de suficiencia. Que no y es que no.



Por eso me extraña la gente que hace afirmaciones tan categóricas acerca de "no ser tratado como una mujer" o "no usar palabras insultantes". Muchas veces me temo que puede ser debido a una homofobia internalizada o bien un orgullo masculino mal entendido. En cualquier caso es una pena, porque son dos razones a cual más tonta y peligrosa, según personas. En ambos casos hay una inseguridad personal enterrada que no permite una felicidad completa pudiendo ignorar ciertos elementos externos totalmente despreciables. Las palabras, son palabras, meras etiquetas que designan de forma subjetiva (dado que dependen de quién las dice, cómo la dice, quién las oye, cómo las oye, etc.) las realidades que captan nuestros sentidos. Una palabra no es buena o mala por sí misma, sino por el contexto utilizado. Y ejemplos tenemos a montones.

25 julio, 2006

¿¿¿Y mis regalos???

Martes, 25 de julio de 2006


Ah, que pensabais que entre celebración y celebración de mi cumpleaños estos días iba a escribir algo... Y una porra, que bastante poco tiempo libre tengo con la mierda de horarios de esta semana, justo la que se van mis padres de vacaciones y me quedo solo en casa... En fin, no se puede tener todo. Para los no enterados, ayer, 24 de julio, víspera de Santiago Apóstol, este caballero que les escribe cumplió 29 veranitos. Y ni un solo comentario acerca de lo mal que me conservo. Os dejo con lo que queda de tarta.... ¿Y mis regalos?

21 julio, 2006

Sorpresas que te da la vida

Jueves, 20 de julio de 2006

Antes que nada, ya estoy mejor. Lo de ayer pasó como un mala tormenta de verano y desde luego puede volver a repetirse, pero no esta noche. Gracias a quienes se preocuparon y a quienes estuvieron ahí con mi chaparrón echándome un cable con un paraguas virtual. Se agradece y se devolverá el favor.

Voy a retomar el tema que dejé pendiente ayer... O el día anterior... O el otro, no sé. La verdad es que tengo la cabeza un poco perdida estos días en los que sólo me levanto y voy a trabajar, sin diferenciación entre unos y otros. Qué asco de verano, de verdad. Sin embargo el otro día, cual comentario desinteresado, cayó en mis manos una información sumamente interesante y que me abrió los ojos acerca de cierto tema. Como dije, dado que son personas que puede que conozcáis (o no, pero es lo mismo), mantendré todo en el más absoluto anonimato.

Básicamente venía a cuento la relación de una persona con otras dos, que me daba pistas de por qué la persona A había tenido cierto tipo de relación conmigo (no necesariamente sexual, claro). Digamos que comprendí un poco más algunas circunstancias que hicieron que me sintiera un poco utilizado y desde luego algo ninguneado. Y como a cualquier ser humano con dos dedos de frente y un poco de autoestima (un nivel mínimo, tampoco exagerando), eso de que te hagan de menos, que te sientas segundo plato en la mesa o que te consideren un mero entretenimiento... "Va a ser que no, oiga".

Un servidor se tiene por medianamente íntegro con su propia autoestima (crisis mediante) y saberse merecedor de las migajas de otros no es lo que quita el hambre. Sirva como descargo de la persona A que me pareció relativamente convincente lo que dijo acerca de mí y lo que yo le... interesaba, gustaba, admiraba? A saber lo que era en realidad. El caso es que permitió un acercamiento, que era lo que yo deseaba, porque esa persona realmente me había encandilado sin una razón aparente. Yo estaba prendado de algo que me resultaba inalcanzable y ansiaba algo que era en absoluto inadecuado. Sin embargo hubo "química", conversaciones tirando a interesantes y confidencias en voz baja. Yo era consciente del poco control que tenía de la situación, que todo me era dado con generosidad vaticana y que no debía esperar nada, pero aún así seguía con la mano tendida, como el mendigo a la salida de misa. Y fíjate tú que parece ser que la persona A hacía lo mismo pero con las otras personas que he comentado anteriormente... Eso debe ser que hay justicia divina o una divina en la justicia o algo por el estilo. Lo que yo os diga.

Las relaciones interpersonales son complejas y no hay nadie que lo niegue. Sólo entre dos personas hay más hilos enredados que en un jersey de ganchillo. Las intenciones de cada cual, sus deseos, su pasado, sus actuales circunstancias, su actitud ante la vida... Todo influye para que la cosa vaya bien o mal, o muy bien o terriblemente mal. Sin embargo muchas veces sólo somos conscientes de nuestro entorno personal, sin saber ni querer conocer qué espera o desea la otra persona. Pensamos que podemos ser tan evidentemente inteligentes o deslumbrantemente interesantes que la persona A acabará cayendo en nuestros brazos sin poder evitarlo. Y resulta que no. Chasco, decepción, mal rollo, putada... Llámalo X, pero en el fondo nos lo hemos buscado. Hemos puesto una meta a una situación en la que tenemos poco control y desde luego sólo la mitad de la capacidad decisoria. Por mucho que digamos que el corazón mandaba sobre la cabeza o que no nos paramos a pensarlo antes. Se siente, la vida es un juego en el que no puedes cargar la partida justo antes de la hecatombe. Eso se aprende caída a caída. Y a pesar de todo, volvemos a caer si se nos presta la ocasión. "Estos humanos...", que diría un muchachito que conozco yo.

Creo que esta noche he ido derivando de tema a tema sin concierto aparente. Posiblemente sea debido a que no tenía muy claro lo que quería decir. He dejado que los pensamientos fluyeran como un torrente primaveral sin poner dique, como tal vez debería haber hecho. En fin, uno que es así, aunque ahora que lo pienso... creo que me he dejado un par de cosas en el tintero que quería haber comentado... Bah, es tarde, para otro día.

¿La imagen de hoy? Pues mira, os dejo con la torre de la Colegiata de Alfaro (un pueblo de La Rioja) a la que le cayó un rayo encima y por lo visto le dio por incendiarse. Han sido captadas imágenes tan espectaculares como ésta.

20 julio, 2006

Malos tiempos para la lírica

Miércoles, 19 de julio de 2006

Hoy he cambiado como quince veces de tema para escribir, porque no se me ocurría nada coherente y menos aún con algo de interés incluso para mí. Justo antes de abrir esta página y empezar a teclear, se me había ocurrido una idea que iba a desarrollar sobre la marcha. Algo acerca de las sorpresas que te da la vida, a cuento de una cosita que me contaron ayer después de la reunión de Gylda. Tenía buena pinta, aunque iba a hablar de una forma muy metafórica porque desde luego hay personas implicadas que puede que conozcáis (o no, que es más probable, pero vete a saber) y no es plan de airear los trapos sucios de nadie.

Por eso, además, os anuncio que no voy a publicar las fotos de personas que son reales, que existen y que pueden enfadarse con toda la razón del mundo si las expongo aquí a la vista de cualquiera que pase. La "princesita" y el "masajista" no son mala gente y en el fondo sólo hacían lo que sus hormonas buenamente les sugerían. Mi niñito de Bilbao (el que tanto insiste en que lo adoptemos) hace bien en no ir alardeando de culo y ser recatado, no todo el mundo es un exhibicionista. Con lo cual esas fotos quedan en mi haber personal y no saldrán de él ni aunque los retratados lo autoricen.

Finalmente el tema de la noche no tengo ni idea de cuál va a ser. El título pertenece a una canción que alguno conoceréis y que siempre me viene a la cabeza cuando lo veo todo un poco gris. Y está gris porque es otra de esas noches en las que un acontecimiento casual, revoluciona todo nuestro esquema mental y lo pone patas arriba. Y no tiene que ser algo escandaloso ni terriblemente desagradable. Simplemente es verme enfrentado a mí mismo y tener que reconocer que no acabo de gustarme. Patochadas que hace uno cuando el calor aprieta.

Algunos tenemos la mala costumbre de intentar conocernos todo lo bien que podemos. Yo mismo me planteo mis motivaciones tras algún acto extraño o curioso que he llevado a cabo para, en caso de repetirlo, que no sea por mero instinto, sino desde la consciencia de mis actos. Vamos, que intento hacer las cosas a lo loco sólo la primera vez. Pero cuando lo que te muestran es una imagen externa que creías que habías superado, ay de mí, qué batacazo. No sólo me ha chocado, sino que al principio he estado áspero y desagradable. Luego he decidido seguir escuchando (total, lo peor ya había pasado) para caer en una actitud un tanto más incierta entre la melancolía y la apatía, donde me debato ahora. Por eso la reflexión de hoy se va a quedar algo corta, tal vez sesgada y desde luego sin el "continuará" típico de las series americanas cuando cambian de temporada. Sólo os dejo una idea: los espejos son malos consejeros porque muestran la verdad desvirtuada o al menos afectada por el material que nos refleja. Además el espejo que nos ofrece cada persona nos dará una imagen diferente, lo cual puede añadirse a nuestra propia confusión. En vez de mirarnos tanto en los demás, es mejor cerrar los ojos y recordad nuestra propia imagen, la que hemos creado con el paso del tiempo y que nos pertenece, nos guste o no.

19 julio, 2006

Doblando por aquí, doblando por allá...

Martes 18 de julio de 2006

Pese a que alguno ya me ha dicho que es cuestión de acostumbrarse, yo creo que no voy a poder. Algunos doblajes al español me pueden y el de Queer as Folk ha superado límites increíbles. Supongo que es porque me he acostumbrado demasiado a la versión original subtitulada... Pero podrían habérselo currado un poquito más, no?

Las voces de los personajes, al igual que su forma de vestir, sus gestos, son parte del personaje en sí, le da forma a la imagen que el director quiere conseguir. Desde luego no es lo mismo que un elegante político hable con un acento chulesco que con un deje barriobajero. Indicará procedencia, cuando menos. Y algo así han destrozado con los doblajes de Queer as Folk. Me he quedado por ver el inicio del episodio y por poco me da un mal... Michael, mi Michael, parecía un señorito de la universidad al que sólo le faltaba un aire de suficiencia propio de los de la Pontificia. Brian, había perdido su deje soberbio y sus palabras arrastradas. Emmet... Bueno, sí, tenía algo de pluma en la voz, pero desde luego no era el Emmet chispeante que yo conocía y que me parecía el mejor ejemplo de "mariquita buena". ¿Y Debbie? Incluso con chicle, pronunciaba tan bien como se puede esperar de una abogada del centro de Madrid, con lo malhablada y suburbana que se representaba... Del resto no puedo hablar, me he quedado tan flipado que he preferido marcharme y relajarme en mi cuarto. Y habría tenido que rezar dos avemarías para quedarme a gusto...

Que no, que no puede ser así. Quien no haya visto la serie en versión original, se pierde la mitad del encanto de los personajes. Desde luego no estoy pidiendo que un doblaje sea tan fiel al original que no haya diferencias apreciables, pero bueno... Qué menos que un poquito de similitud, que no es para tanto. Que no sólo se diferencie a los personajes porque los doblan personas diferentes, sino porque esas personas les dotan de una personalidad propia, un añadido a lo que se capta con la vista, vamos.

Será que la culpa es mía por haber tragado ansiosamente (vaya, una frase interesante hasta aquí) las cinco temporadas con la versión original. Las cinco, una detrás de la otra. Y he llegado a querer tanto a cada personaje que me resulta imposible distanciarme ahora lo suficiente como para escucharlos con otra voz. Puede que la semana que viene vuelva a intentarlo y me fuerce a mí mismo a ver todo el capítulo y hacerme a la idea poco a poco. Puede que esté siendo demasiado crítico y no sea para tanto... No sé, quien haya visto las versiones en inglés, que me diga qué le parece.


Por otro lado hoy ha aparecido por aquí, casi como por arte de magia, como un pequeño duendecillo, un muchachito de Bilbao que a veces deja sus mensajes en este Cuaderno de Bitácora. Por fin nos hemos visto en persona, hemos hablado, nos hemos tocado y hemos comprobado (Javi y yo) qué culito más rico tiene. No penséis mal, sólo lo hemos comprobado con el pantalón puesto, no ha habido mayores. Y eso que se ha resistido como gato panza arriba porque decía que no le gusta que le miren el culo... Pobre, con el partido que podría sacarle, jejeje. Si me da permiso, cuelgo una foto que le he hecho a traición, pero sólo si me da permiso. Y además, están de mantenimiento y no me deja subir fotos de ningún tipo, así que os quedáis sin ver a la "princesita" del fin de semana que tanto insistís en ver... Tendréis que esperar a mañana... (lo que tiene que hacer uno por mantener a la audiencia en vilo).

17 julio, 2006

El ciclo de la vida...

Domingo, 16 de julio de 2006




Y pondría la banda sonora, pero ya me parece excesivo. Creo que captáis la idea. Reciclaje. Nacimiento. Jungla. Se me va la pinza. Empezáis a sospechar. Vamos, lo típico.

Bueno, centrándonos, este fin de semana conocí a una de las nuevas futuras reinitas de Logroño. Y ciertamente cumple con todas las características: joven, fashion, superficial, hipócrita, sexual... Me recuerda a mí cuando era más joven. Y puede que por eso despertara en mí tan malos sentimientos, sobre todo, envidia. Porque después de un rebuscado análisis de los míos del por qué de mis reacciones, he entendido que es lo que puedo sacar en claro de una persona que no soporto pero que no puede dejar de maravillarme. Es como ver un incendio, que sabes que no es bueno, pero no deja de tener cierto encanto.

Dejando aparte la muy manida reflexión de la juventud de hoy en día y su visión de la homosexualidad, además de su modo de vivirla, cada día florecen más rápidamente las "reinitas" en los ambientes. Son fáciles de detectar si te mueves con cierta regularidad por bares donde pueden llamar la atención. Si no la llaman, se van a otro sitio, la competencia siempre es importante saber llevarla. Estos niños actúan por puro instinto (generalmente sexual), olvidándose muchas veces de que tratan con personas. Buscan su propio placer, bien sea en la cama, en la seducción, en las drogas, en la humillación; pero siempre con una sonrisa de suficiencia en los labios como si añadieran el insulto a la bofetada. Se consideran los dueños del espacio que ocupan y con derecho a criticar a todo el mundo por la mera razón de no entrar en su estilo estético (habitualmente sacado de alguna tienda de última moda). Se les puede considerar odiosos o simplemente molestos. Se les puede ignorar o tratar con ellos casi como amigos... Hay hasta quien llega a enamorarse de ellos.

Yo antes era así. Posiblemente por eso la envidia me estuvo corroyendo parte de la noche. Apareció alguien nuevo y me resultó sencillo notar que había posado su mirada depredadora sobre él. Era una táctica sencilla pero ciertamente eficiente: "estoy bueno y te doy una oportunidad para follarme". Gravitó poco a poco hacia la presa, con un movimiento pendular de anteción, haciendo caso sólo a ratos y cuando no tenía a alguien más interesante con quien hablar en ese momento. Alabó sus virtudes y se sentó en sus rodillas, con una imagen de lo más paternal (tengo una foto del momento, pero tendréis que insistir mucho para que la publique). Según avanzó la velada, un par de buenos refrotes fueron el broche que indicaba que había clavado sus colmillos con fuerza en la testuz de la víctima, que sin darse cuenta había caído en la tela de araña que se había tejido a su alrededor. Y al día siguiente, sábado, más de lo mismo, pero mucho más evidente, puesto que ya era "vox populi" que era SU presa, de nadie más.

Yo era antes así y por eso pude reconocerme en cada paso, en cada movimiento perfectamente estudiado, en cada gesto de apariencia natural. Yo era ese depredador que se enroscaba alrededor de su presa para proporcionarle placeres infinitos mientras alimentaba mi propio ego diciéndome que era deseable, que era atractivo y que la gente me buscaba. Pero el ciclo de la vida continúa y yo crecí, perdí pelo, me enamoré y empecé a tener relaciones serias. Las viejas glorias deben dejar paso a las nuevas generaciones. Y este muchacho parece un buen referente en ese sentido. Aunque muchas veces he visto "aspirantes" a reina de la noche, este chico es el primero que ciertamente considero una futura promesa, alguien que conseguirá estar en boca de todos durante unos años, mientras su corona no tiemble sobre su engominado cabello. Y me sigo viendo reflejado. Y sigo sintiendo algo de envidia y nostalgia por lo que fui y viví.

No me vengáis ahora con los típicos comentarios para levantarme el ánimo, ya estoy mejor. Sé que sigo siendo interesante, que mantengo cierto atractivo y que sigo siendo un depredador que en su fuero interno nunca descansa. Sin embargo, enfrentarme a un pequeño reflejo de mí mismo hace años, también me hace reflexionar retrospectivamente sobre esa época de mi vida y lo mucho o poco que he cambiado en algunos aspectos. Las conclusiones no son vinculantes, son meras reflexiones, como he dicho. Me gusta vivir y disfrutar el momento y no arrepentirme demasiado de lo que ya no tiene arreglo.

Tenemos una nueva corona despuntando en la ciudad, chicos. Llevad preservativos encima por si acaso os asalta...

14 julio, 2006

Días de vino y rosas (bueno, más o menos)

Miércolos, 13 de julio de 2006

Jolines (porque esto lo pueden leer menores), se queda uno un par de días sin escribir y nadie le recrimina nada ni hace notar su ausencia. Snif, snif, sois lo peor, que lo sepáis. A los que les debo sexo, ya se pueden ir olvidando...

El caso es que por circunstancias no he podido escribir. Entiéndase por circunstancias estar cansadísimo de la muerte y no apetecerme una mierda. Pero creo que tengo material para esta noche y quiero compartirlo con vosotros, mi amado público. Aplausos.

Anoche, celebrando el cumpleaños de mi hermano, lo dije. En realidad mi hermano cumple el día 6, pero lo retrasamos hasta ayer y fue estrictamente familiar, los cuatro juntitos. Una cena sencilla, pero cuidada, de las que hacemos cuando queremos señalar una fecha especial en casa. Postre incluido con receta de prueba, para ver si nos gusta o no. Y luego mi madre dice que tengo tripa... Señor, qué cruz...

Así que lo dije, que ya era hora. Fui astuto y esperé a que después del postre, tras el vino blanco de la cena y el sorbo de champán, los ánimos estuviesen más alegres. Y lo dije, que sí, que lo dije. ¿El qué? Pues que Javi y yo habíamos hablado de ir a vivir juntos... En breve. En muy breve. Bueno, posiblemente el mes que viene. Y cayó un silencio en la sala de los típicos de película mala en los que sabes que hubiese sido mejor meter algo de banda sonora aunque sólo fuera por rellenar. A partir de ahí casi se convirtió en un diálgo entre mi madre y yo, porque así suelen ser las cosas en mi casa.

Primero, que si no tenía pensado comprarme un piso para mí. Y por enésima vez tuve que explicar (tal vez a ella era sólo la segunda o la tercera) que sí, que lo tenía en mente... pero que por partes. Primero mudanza, después, una vez estabilizado, búsqueda de piso para un futuro que esperemos que no suceda. Calma, pero está planeado y hablado. El tema siguió rondando alrededor de los gastos de un piso, de los buenos momentos para invertir, del dinero que mis padres tienen guardado para ayudarme con el tema... En fin, lo típico. Y luego también pasamos al momento de "madre sobreprotectora de su hijo". La pregunta trampa fue: ¿Y Javi es muy ordenado? Bueno, qué voy a decir, pues claro, no es un maníatico del orden, pero sí, es más o menos ordenado (casi todo mentira, pero no tenía claro de por dónde iban los tiros). Repuesta materna: Pues como sea ordenado, no va a soportarte, con lo que tú eres... Hombre, mamá, habrá que adaptarse, como en todas las parejas que empiezan a convivir. Lo importante es que queremos dar el paso y ver qué pasa. Si funciona bien, si no funciona, al menos lo hemos intentado...

La cosa seguía en tablas. Me refiero, ni yo conseguía que aquello fuera tan emocionante como me lo sigue pareciendo a mí (una nueva aventura en mi vida), ni mi madre conseguía que yo siguiese por su camino mental. Al poco, otra frase de las que hacen época (y que jamás le contaré a Javi): Pues yo a Javi lo veo muy independiente, con lo que cuesta convivir con alguien. Joer mamá, y yo vengo de una casa donde me hacen prácticamente todo, con lo que también me costará, pero estos cambios son por los que pasa todo el mundo, ¿no? Y, ojo, no quiero que entendáis mal a mi madre, que no es la típica suegra a la que su yerno no le va a caer nunca bien. No, en general casi nadie cae del todo bien a mi madre, siempre hay algo que no le convence. Pero en este caso concreto, en el que su hijo le dice que abandona definitivamente el nido familiar, es normal que quiera que vea todos los contras para asegurarse de que lo tengo claro y lo veo desde todas las perspectivas. Lo que ella no sabe es que llevo tanto tiempo deseando dar este paso, que lo he visto desde muchos más ángulos que ella.

Finalmente, pese a que la conversación transcurrió por otros derroteros menos importantes, la cosa quedó clara: ya soy mayorcito y era inevitable que pasara esto, pero ellos van a seguir preocupándose por mi bienestar. Eso espero. La verdad es que me deja tranquilo. Pensaba que iba a ser algo más melodramático y me iba a generar más sentimiento de abandono familiar. Pero no ha sido así. Parece ser que somos una familia normalita, sin exageraciones. Y yo que me alegro.


Ahora comienza la "cuenta atrás". De momento no es que sienta nada especial, ni miedo, ni nervios ni nada. Posiblemente será el día del cambio, cuando se convierta en algo real. Mientras tanto, seguirán siendo planes ajenos, como si no fueran conmigo. Pero en el fondo, cada vez menos en el fondo, tengo ganas. Quiero probar esta experiencia, este cambio, este paso adelante. Va a ser duro, pero tal vez por eso se hace más atractivo. Vaya, creo que sí que me está entrando un pequeño temblor cuando lo pienso seriamente....

11 julio, 2006

Un día de reflexiones lo tiene cualquiera...

Lunes, 10 de enero de 2006

Un día de reflexión le puede pasar a cualquiera y no voy a ser menos... Son... "esos días del mes". Pero estos días no aparecen así como así, son más bien consecuencia de hechos concretos que revuelven las conexiones neuronales y sacan a la luz viejos recuerdos que no suelen ser habituales.



Los griegos en concreto las llamaban Erinias (para los romanos, las Furias) y eran diosas de la venganza, así como la representación de los remordimientos ante un crimen cometido. No viene mucho a cuento, pero siempre que leía algo sobre ellas, entendía perfectamente el sentimiento que azotaba a muchos héroes griegos cuando estas "adorables doncellas" hacían acto de presencia en su vida. Desde luego creo que no se sentaban con él para tomar el té mientras le explicaban que estaba muy mal lo que había hecho y que hacerse la permanente con serpientes en el pelo era algo poco recomendable.

Del mismo modo, nosotros mismos, sin necesidad de "venerables diosas", podemos cubrirnos de reproches y remordimientos ante algo que hicimos mal y que desde luego no hubiésemos evitado de haberlo sabido. Lo hecho, hecho está, dicen, pero es una excusa bastante burda y que elimina todo pensamiento negativo de cara al futuro. Pero cuando afectas a alguien más con ese hecho, ese acto del que después te arrepientes, entonces no valen las excusas, sino mejor afrontar las consecuencias con sinceridad y desde luego, una pizca de arrepentimiento.

Para que no os llevéis a error, no ha pasado nada con Javi, ha sido una persona con la que nacía una incipiente amistad y que puede que haya quedado seriamente resquebrajada por mi niñería, por mi tontería y por mi no saber estar. Hablado y solucionado, al menos eso creo. Pero como siempre, ha venido "uno de esos días". Y aflorar desde las tinieblas del recuerdo, las veces que anteriormente he fallado a otras personas, que, en fin, me traen remordimientos aparcados y reubicados en la memoria.


Hoy no pretendo enrollarme más, tengo que irme, pero posiblemente retome el tema esta noche si no ha surgido nada más importante (que lo dudo). Sed buenos y no me echéis mucho de menos... ;)

10 julio, 2006

Banquete de bodas... sin boda

Domingo, 9 de julio de 2006

Que todo hay que explicarlo, para que no haya malentendidos. La boda se celebró en otoño, dos amigas y una de ellas embarazadísima casi de 7 meses. Claro, no estaban para banquetes ni para fiestas. Y lo que han hecho es celebrar este fin de semana tanto la boda como el nacimiento de la niña. De ahí que había celebración pero sin boda previa (al menos no inmediatamente antes).

El sitio era precioso, en Casalarreina, un pueblo cerca de Haro, al aire libre y estilo cocktail. El día acompañó y no era necesario ir de traje, sino elegantes pero informales. Y allí nos reunimos un montón de amigos y amigas homos y también las familias heteros de ambas. Dado que todo el mundo sabía lo que había y lo que no, fue un precioso cuadro de respeto y tolerancia, además de normalidad e integración. Me encantó, la primera boda a la que asisto con Javi y no hay problema en besarnos, abrazarnos o cogernos de la mano.

Pero lo realmente agradable de la velada fue la interacción social de este tipo de eventos, cosa con la que me siento como pez en el agua. No es que sea una arpía de Elíseo (tomando el término de cierto juego de rol), pero la gente es muy dada a compartir información que en otras situaciones no dejaría escapar. Y las noticias interesantes siempre son dignas de ser escuchadas. Por ejemplo alguien nos comentó que su relación estaba seriamente dañada y que al día siguiente posiblemente la haría terminar. Sorprendente pero cierto. Fue un interesante tema de conversación, más aún cuando era una pareja que daba una digna impresión de estabilidad a pesar de sus circunstancias personales. Y así podría seguir con cotilleos, confirmaciones, desmentidos... La sensación de poder ser receptor de datos esporádicos para luego juntar piezas de puzzle es como un juego de salón de alta sociedad, un entretenimiento que permite que las personas nos conozcamos un poco más de forma más indirecta y creyendo que no abrimos nuestros corazones más de lo que quisiéramos. Pero en el fondo estamos deseando compartirlo con los demás.


Otro interesante entretenimiento de estos actos es observar comportamientos. Si son de gente conocida es más interesante y entretenido aún. Y si los puedes compartir con alguien que disfrute tanto como tú, es un placer innegable. Para mí lo fue. Como animales sociales que somos, tendemos a relacionarnos con lo que creemos una fluidez natural, pero no es así. Todos actuamos de una manera u otra siendo conscientes o no de ello. Y la gente que es consciente creyendo que no se le nota, es la mejor candidata de ser observada. Por ejemplo, el típico marica ansioso de elogios que se siente la reina del baile y le encanta actuar como tal. Teníamos uno de esos en la celebración. Era delicioso verle fluir de grupo en grupo de gente cada cierto tiempo, con un vaso en la mano y gesto amanerado intentando demostrar sus amplios conocimientos en (pongase aquí el tema del que se estuviera hablando). Reía con los chistes, se impresionaba con las noticias impactantes, asentía con los comentarios interesantes... En realidad el perfecto invitado, llevando el glamur al mejor de sus ejemplos. Y sin embargo, cuando es una persona que conoces, puedes imaginarte que esa dignidad queda apartada cuando alguien se baja los calzoncillos a la altura de su cara o se pasa un par de copas de su límite etílico. Cuando has visto a esa persona ser la más arrastrada de una fiesta o hacer algún ridículo espantoso sin que sea consciente... Creedme, no la miras con los mismos ojos cuando está asegurando que su vida es maravillosa porque tiene todo lo que desea y un poquito más. Ay perra... Si yo contara...

Sólo os dejaré caer una pequeña perla para que no os quedéis con las ganas. Uno de los invitados era el Ararteko, el Defensor del Pueblo Vasco. Es un buen amigo, lo conocimos antes de que lo eligieran para el cargo. Y me da un morboooooooo. No he encontrado una foto que le haga justicia, pero es que no es sólo por su físico, es que es un encanto, divertido y seductor. O será la erótica del poder... ¡Vete a saber!

06 julio, 2006

La palabra del día es.... "zafios".

Miércoles, 5 de julio de 2006

zafio, fia.

(Quizá del ár. hisp. falláḥ ṣáfi, labrador mero).

1. adj. Grosero o tosco en sus modales o falto de tacto en su comportamiento.

Sacado literalmente de la Real Academia de la Lengua Española. Al menos que nos sirva como pistoletazo de inicio para el tema del día. Porque las cosas como son, los tíos de Logroño son unos ZAFIOS. Y por varias razones, aunque no se ajusten perfectamente a la definición de nuestros queridos Académicos.

Yo creo que todo es culpa de haber pasado un fin de semana en el Orgullo madrileño, entre gente que es mona, estilosa y pluscuamperfecta. Pero ojo, no es que mida a los chicos logroñeses con el mismo rasero que a las maricas madrileñas, no señor, faltaría más, sino que los mido por el rasero de mi propio ojo crítico y sus circunstancias espacio-temporales. A ver, que no os enteráis. Para empezar, cayendo en el tópico de siempre: la ropa. Porque hoy me ha tocado dar un par de buenos paseos al curro y como cruzo por la Uni, pues me he encontrado con algunos mozalbetes de nivel aceptable en condiciones de desesperación medias. Y señores, eran unos zafios, así de sencillo. Porque en Logroño, por mucho que la gente se empeñe, somos unos pueblerinos. Y que nadie se haga una idea equivocada, yo soy un gran defensor de la "pueblirinez", pero con clase, oiga. Pero los chicos de Logroño son pueblerinos vestidos de marca y eso es una de las peores cosas que puede hacer un paletillo. Van guapísimos, combinadísimos, vestidos (evidentemente) por unas novias que tienen mejor gusto que ellos pero con unas maneras que les delatan. Los andares chulescos, las piernas arqueadas, el aire de "mira qué guapo soy, tíabuenadeltangaporfuera". En fin, como mezclar agua y aceite.



Y hablando de aceites, la manía que tiene el típico megamachoquetecagas de demostrar su hombría con kilos y kilos de gomina extrafuerte en el pelo. ¡Tío, que se siguen dando puñetazos en las peleas, no cabezazos! Pero claro, como ahora vas al peluquero y te enseña a hacerte el "look despeinado", que es pringarse el pelo pero de abajo a arriba, sin más contemplaciones. Y ya vas preparado para ver cómo las "titis" caen rendidas a tus pies. Pues no, que lo sepas, que el peinado es algo más que fingir que tienes un pelo húmedo y perfecto, chavalote.


Y ahora es cuando pasamos al verdadero significado de la palabra "zafio". Porque son zafios, qué le vamos a hacer... Se visten como modelos, se arreglan como si fuera sábado noche y abren la boca. Ahí es cuando la cagan. Y algunos bien cagada, además. Esto lo puedo deducir no sólo de mi trabajo de cara al público, donde tratas con cantidad de gente variada, sino de mi propia observación callejera. Oirles hablar a veces hacer chirriar el oído del más sordo. Independientemente ya de la falta de vocabulario y omisión del tono adecuado de voz. Son las maneras. No sabes si están hablando contigo o con el rebaño de ovejas que han dejado en el parking de al lado. Y luego dirán que en La Rioja no tenemos acento... ¡Pero si parece que estamos en la montañas de Heidi llamando a Copito de Nieve! Y no me vengáis con excusas, por muy machas que sean las tías de ahora, no es forma de tratarlas. Aunque bien mirado, cuando dos personas se hablan en ese tono, mejor que se líen entre ellas, porque así salvan a otras dos de tener que aguantar las "llamadas a pastar".

Y claro, así va uno por la calle, intentando captar miradas de algún chulazo interesante, cuando se encuentra a un especímen de "riojanus rupestris" y se le baja todo hasta los tobillos. Porque además en cuanto les miras más de una milésima de segundo, se sienten terriblemente observados, lo cual les asusta, pero tienen que demostrar lo contrario. Y te miran como si tuvieran rayos de fuego en los ojos (que por suerte no es así) intentando fulminarte. Ay, lo que echo de menos las miradas cómplices de Chueca, con sonrisa incluida de regalo. Va a ser que aún no me he recuperado y necesito un empujón en mi vida que me saque de este ensimismamiento, que ya me vale, que la gente que me miraba con ojitos no va a aparecer en mi puerta (si así fuera me daría mucho mal rollo). Mientras tendré que esperar y disfrutar de los pocos clientes interesantes que entran en mi tienda... Insisto: POCOS.

04 julio, 2006

De las drogas y sus efectos

Martes, 4 de julio de 2006

Quién me mandaría a mí. Esto me pasa por confiar en los médicos y más cuando han demostrado de forma envidente que pasaban un poco de ti. A este paso me voy a acabar volviendo un adicto al sueño, porque...


En fin, resumiendo, que anoche, para librarme de los posibles picores producidos por esta extraña infección que afecta a mis glándulas sudoríparas (todo explicado por la pediatra con la que trabaja mi madre, no por mi médico de cabecera), me decidí a tomar una de las píldoras que me habían recetado. Un antihistamínico de los fuertes. De esos que te dan sueño. Y vaya que si te da... Lo tomé anoche antes de irme a dormir para que el efecto se mezclase con mis horas de sueño y al día siguiente (hoy) poder aprovecharlo a tope, que para algo libraba. Pues no, eso por hacer planes, como siempre.

Con la tontería me he despertado casi a las 12:30 del mediodía, también influido porque mi móvil murió y Javi no me ha despertado con su llamada matutina. Pero la sensación inicial ha sido como si me despertara con resaca. Que si hubiera sido así, al menos habría tenido noche de juerga, pero no. He estado todo el día embotado, amodorrado y con sueño tonto. De hecho, me he echado la siesta porque era como si no hubiera dormido nada en toda la noche. Y claro, ahora estoy como un señor, con una reunión mañana a las 9, que me obliga a levantarme a las 8 como tarde y seguro que me darán las mil delante de la pantalla.

El peor problema de la sensación de amodorramiento generalizado de mi cuerpo es la mala leche que genero y lo irascible que estoy. Supongo que heredado, porque en mi familia somos todos un poco así. Estaba asocial perdido porque cualquier cosa que hiciera alguien a mi alrededor me sentaba fatal, me ponía de los nervios. Sé que es una característica de mi personalidad nada agradable (menos aún cuando alguien se despierta conmigo) que algún día debería procurar mejorar, pero de momento no tengo prisa. Es mi manía y la corrijo cuando me da la gana.



Incluso por la tarde me duraba la tontería. En el bar que quedamos siempre, el "Chacal", me molestaba el que ha entrado fumando un puro (bueno, eso es probable que me hubiera molestado un día cualquiera), el tono de voz de los parroquianos habituales (en realidad me molesta casi todos los días, porque parece que se están gritando de esquina a esquina de la ciudad)... En fin, tonto perdido que estaba uno. Parece que tomar algo con conocidos me ha suavizado un poco o que el efecto secundario de la pastilla empezaba a pasar de mí. Eso sí, no me apetecía nada ir a Gylda a aguantar los malos rollos que seguro que iba a haber. Con un par de mosqueos propios me vale, no necesito que me los monten los de alrededor.


Hoy no voy a extenderme mucho más, que bastante lo hago otros días. Como complemento os diré que ayer fuimos a comprar la mesa de mi ordenador para cuando me mude, que era uno de mis requisitos: "no sin mi ordenador". Hoy han ido a colocar las lámparas... No pongo fecha, pero esto está cada vez más cerca. Ahora tengo que decirlo yo en casa....... Miedo me da.

03 julio, 2006

Fin de semana en Madrid (Orgullo 2006)

Domingo, 2 de julio de 2006

Vuelvo en parte triste y apesadumbrado. Siempre me pasa cuando retorno del Orgullo, debería estar acostumbrado. Volver de unos días de vacaciones siempre es un asco, porque el trabajo no va a ser ni la mitad de divertido que el finde del Orgullo en Chueca, vamos, ni la millonésima parte. Ni la millonésima parte de la millonésima parte... Bueno, creo que más o menos os hacéis a la idea...



Este año ha sido tan diferente como todos los años. Para empezar bajamos con el vitoriano de turno que se apunta a un bombardeo y fue un acierto. Además quedamos con gente por allí abajo tanto el viernes como el sábado y así se refrescan las amistades (al menos con las que quedas, claro) y conoces gente nueva. Hasta ahí como si hubiera sido un viaje del IMSERSO a Benidorm, vamos. Cambia el hecho de que este fin de semana la población homosexual en Madrid se multiplica como las moscas en verano y eso hace un paseo por Chueca más interesante. De hecho hace que una de mis mayores pasiones se sienta complacida: el coqueteo. Lo hablábamos este fin de semana en uno de esos momentos de terraza de zumos que hemos tenido. Un fin de semana normal, en Chueca, como en cualquier ciudad del mundo, la gente sale con la sana intención de pasarlo bien y, si hay suerte, pillar un buen polvazo. Sin embargo, el fin de semana del Orgullo, es más habitual buscar ese polvazo de una manera más divertida, sin tanta ansiedad. Pude intercambiar muchas miradas de complicidad, sonrisas fugaces de gente que no vas a volver a ver, pero que te dicen que les pareces atractivo o al menos resultón y que les has llamado la atención. Hubo tres casos concretos en los que la cosa fue un poco más allá, con varias miradas cruzadas, más sonrisas más que cómplices e incluso el último hubiera dado un paso más de no ver que, evidentemente, abrazaba y besaba a mi novio, que para algo estaba el pobre.



Sigo echando de menos aquellos tiempos en los que podía coquetear sin tapujos. En realidad creo que es una forma de satisfacer algún complejo de inferioridad o de fealdad que tengo. Al coquetear y sentir que me devuelven el coqueteo, me siento guapo, me siento gustado y correspondido, me siento atractivo al menos para esa persona. Los complejos desaparecen, camino seguro en un terreno inestable y la emoción de la "caza", del juego, me sube la adrenalina. Es como una droga pero sin consecuencias a corto plazo, sin demasiados daños colaterales. El sexo es la única consecuencia complementaria que, desde luego, no me resulta nada perjudicial. El hecho de tener pareja estable y no necesariamente abierta evidentemente corta bastante con la dinámica, pero una de las cosas que le dejé claras a Javi al empezar a salir fue que necesitaba el coqueteo en mi vida, que no podía quitármelo, porque no significaba que me fuese a acostar con nadie. Me lo permite con ciertas limitaciones que acepto a regañadientes pero como parte del pacto que tenemos. Una relación a veces implica sacrificar cosas, pero en este caso es un sacrificio voluntario.



Sin embargo creo que es una idea muy mía que la gente no comparte. El juego de la seducción, las miradas, a veces parece que a la gente le resulta una pérdida de tiempo, un paso innecesario porque lo que importa es lo de fuera y saber si hay tema o no rápidamente. Sí puede darse el caso de que los primeros momentos crucen miradas para asegurarse de que sabes que están interesados en ti, pero poco más. Lo siguiente es acercarse y toscamente asegurarse de que hay posibilidades de echar un polvo. Si no, para qué perder el tiempo. Y eso, dando por hecho que les intereses físicamente... En cuanto hay un cruce de comentarios con doble sentido, jugueteos con los pies o con las manos, se sorprenden de tal manera que no saben muchas veces cómo reaccionar, aunque en general les excita tanto que te desnudarían donde estés y te lo harían allí mismo. Así somos los tíos. Lo raro es encontrar uno que sepa seguir el juego, que capte y envíe señales. Si hay alguien así, conmigo ha ganado la mitad de la partida, porque podrá haber o no sexo, podrá haber o no cita, pero la complicidad ya está ganada. Y si hay complicidad, puede haber muchas más cosas.


Y, bueno, creo que va siendo hora de terminar con la reflexión de hoy, porque con este tema podría tirarme horas y horas... Sólo quería comentar algo de este fin de semana que sí que es más digno de mención que cualquier otra cosa. El sábado por la noche, después de la Mani y la fiesta posterior, en la cama, antes de dormir, Javi me preguntó si quería que viviéramos juntos. Me entró la risa nerviosa. Por fin. Comienza la cuenta atrás. Os mantendré informados.