19 julio, 2010

El novio de mi amigo

Lunes, 19 de julio de 2010

 

La culpa es de ellos, que los traen. No hubiera ocurrido si no hubiesen sido más que nombres en los estados de Facebook o fotografías sonrientes en algún lugar exótico. Sería "el novio de mi amigo", un ser impersonal del que no conocería el sonido de su voz, ni su brillante mirada, ni su deslumbrante sonrisa. Sería "el novio de mi amigo", a quien sólo le dedicaría una frase cortés en las conversaciones telefónicas para asegurarme de que la relación sigue adelante y les va bien. "El novio de mi amigo", la persona que ha elegido sin que yo sepa muy bien por qué.

Pero una de las características del amor es que solemos desear que nuestros amigos y conocidos miren y admiren a la persona que hemos encontrado para que comparta nuestra vida. Queremos ver los gestos de aprobación, aunque en el fondo no vayan a influirnos porque la decisión está tomada. Así que el fin de semana de la celebración del Orgullo LGTB tuve el placer de conocer a unos cuantos "novios de mis amigos".

Y, cómo evitarlo, caí rendido a sus pies. Me enamoré perdidamente, lo confieso. Y fue de uno detrás del otro (por suerte no coincidieron todos a la vez o hubiera muerto de infarto).

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Will. La inocencia de un niño en un cuerpo de escándalo. Vivía con intensidad cada detalle que le pasaba por delante y su sonrisa hizo avergonzarse al sol de justicia que nos cayó toda la tarde. Su cuerpo fibrado, su vello rizado y esos tirantes de préstamo hicieron que más de uno y más de dos girasen la cabeza cuando pasaba. Su dulce parloteo inglés y sus gestos de acercamiento y cariño elevaban la temperatura y aceleraban la circulación. Dulce, cariñoso y tierno. Un bizcocho a punto de hincarle el diente.

Víctor. Su mirada profunda podía traspasarte el alma como una lanza afilada. Aún así destilaba una serenidad pasmosa y me hubiese gustado saber qué pasaba por su mente en unas cuantas ocasiones. En el pequeño tiempo que compartimos me sentí como si le conociera de toda la vida, con la comodidad propia de un amigo cercano. No pude evitar fijarme (y él también hizo mención) en su "auditorio", como lo llamó él, por el buen sonido que hacía su trasero al ser palmeado. Curioso, tranquilo, sencillo. Un oasis refrescante donde descansar.

Jose. Ya nos conocíamos de una fugaz visita anterior, pero fue sólo arañar la superficie. La diversión estaba asegurada y se cumplieron mis expectativas. Incluso tuvimos unos momentos para estar casi solos (teniendo en cuenta que nos rodeaba la marea que veía el concierto de Kylie) y fue legendario el baile "estilo Sim". La gracia andaluza le recubre por completo, contagiando a todos los que le rodean. El duende del sur hecho carne.

 

Vaya si me enamoré. Pero no me enamoré de ellos. O al menos no directamente. En realidad me enamoré del amor de estas parejas. Cuando Alberto y Will se besaban el ruido a su alrededor se hacía más tenue e incluso se podría decir que el tiempo pasaba más despacio. Destilaban una ternura como no he visto en mucho tiempo. Saber que, además, uno de mis mejores amigos estaba enamorado hasta las trancas y era correspondido me satisfacía sobremanera. Debe ser cierto que la felicidad es contagiosa.

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Víctor y Lean mantenían un contacto físico que se mantenía aunque no se estuvieran tocando. Sus abrazos y miradas lo expresaban todo y sobra decir que me maravillaba en silencio de que brillaran con luz propia. Las rubicundas mejillas de Lean seguirán siendo mi perdición, pero ahora sé que están bien cuidadas entre las manos y las caricias de Víctor.

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Efra y Jose llevan juntos algo más de tiempo y eso hace de ellos el reflejo de lo que yo quisiera tener. Se comunican sin necesidad de hablarse y se conocen tan bien que a veces sus miradas se lo decían todo entre ellos, ajenos a los que estábamos cerca. Libertad y cercanía a partes iguales, demostrando que las relaciones son como uno quiere montarlas.

 

Ahora ya no puedo decir que sólo es “el novio de mi amigo”. Ahora tienen rostro, voz, gestos. Ahora son seres de carne y hueso que estoy encantado de conocer y que, lo deseo profundamente, hagan felices a mis amigos para que yo pueda compartirlo.

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Sí chicos, os quiero. Con todo mi corazón.

1 comentario:

Ricard dijo...

Que decir del escrito??? expresiones, palabras, sonidos que se entreleen....
Siempre va biem leer algo antes de ir a dormir, y saber que a tu lado, tienes a tu pareja, ese novio del amigo al que no conoces (amigo y novio).
Un besazo desde tierras lejanas