22 julio, 2015

Mi bastión (mi marido)

Miércoles, 22 de julio de 2015

Creo que nunca he tenido el valor de dedicarte un texto completo única y exclusivamente a ti. Es posible que lo hiciera por vergüenza de lo que pensarías de mí o de lo que pensarían los demás sobre ti. Pero esta vez me da igual, porque creo que no voy a poder siquiera acercarme a la realidad ni definir con absoluto detalle todo lo que quiero expresar.

Sí, tú eres mi bastión. Eres mi última defensa siempre que lo necesito, donde me protejo y me siento seguro, donde sé que siempre puedo escapar cuando el peligro acecha y que se mantendrá firme contra viento y marea.

tw3wh-lonely-tower

En los momentos mejores y en los peores, nunca has renunciado a mí, a seguir queriéndome, a amarme con esa discreción y delicadeza que te caracterizan. Incluso cuando más motivos te he dado para darme la patada definitiva de tu vida, preferiste sacar las garras y luchar por nosotros, dándome razones para comprender que quien te demuestra tanta tenacidad y confianza en una relación no merece más que le devuelvan el favor.

Has sido mi enfermero en las (pocas) ocasiones en las que te he necesitado, has sido hombro sobre el que llorar incluso cuando no querías preguntar qué me ocurría, has acariciado y besado mi cabeza para calmar mis pesadillas, me has mirado a los ojos cuando has sabido que la respuesta que te daba era una evasiva, has apretado más fuerte el abrazo cuando los sollozos arreciaban, has conseguido que una sonrisa aflorase cuando ni yo mismo pensaba que era posible, has sido compañero de viaje en la vida sin pedir casi nada a cambio, has sido amo de casa y marido a tiempo completo, has organizado mi caótica vida para que yo no tuviera que preocuparme por detalles, has hecho lo posible por acomodarte a mis manías y lo sigues haciendo, has impuesto tu opinión tras batallar conmigo y mis pobres argumentos, has vuelto a dirigirme la palabra incluso cuando debía haber sido yo el que comenzara con un “lo siento”, has permitido que durmiera sobre ti incluso si se te dormía el brazo, has conseguido sorprenderme con cada regalo aunque no te diera ninguna pista, has soportado mis devaneos y mis mentiras sin que sepa aún por qué, has esperado pacientemente todas las veces que he llegado tarde a nuestras citas, has sido capaz de dejarme entrar en la ducha contigo pese a lo apretados que estamos porque sabes que me encanta, has convertido nuestra casa en un hogar –nuestro hogar-, has sido un defensor implacable cuando lo he necesitado, has sido mi mejor apoyo incluso cuando sabías que no tenía razón, has aceptado mi faceta más friki y me has dado libertad para disfrutarla, has esperado en la cama a que llegase más tarde de lo debido porque me he quedado hasta las tantas haciendo demasiado ruido con el teclado, has planchado mis camisas de lino sin rechistar más de la cuenta, has deshojado todos los cumplidos del mundo cuando me he puesto un traje que me quedaba bien, has permitido que el cajón de mi ropa interior favorita esté a punto de reventar aunque en parte sea gracias a ti, has consentido que te coja de la mano por la calle de vez en cuando pese a que tú no eras de expresiones públicas de afecto, has disfrutado conmigo de una boda entre nuestros mejores amigos porque sabías que me hacía mucha ilusión, has permitido que al dormir te abrace y me apriete contra ti pese al calor que desprende mi cuerpo…

fe812b28a39b03af44be53fe9802f48a

Podría estar horas y horas detallando por completo estos casi catorce años juntos y aún así no habría llegado a trazar mínimamente el boceto de lo que significas para mí. Y sé también que detestas profundamente ser el centro de atención aunque te lo merezcas. Esta noche me da igual. Esta noche quería por fin hacerte el protagonista de mi historia, porque en mi vida eres más protagonista que yo.

Te quiero, marido mío. Mi oso, mi “hoyitos”, mi otro montón de apodos cariñosos que hemos ido dejando por el camino. Te amo no sólo por lo que eres, sino por lo que soy yo cuando me siento seguro entre tus brazos.

No hay comentarios: