03 agosto, 2007

El beso del hetero

Jueves, 2 de agosto de 2007

La verdad es que llevo unos cuantos días con este tema en mente para ponerlo en el blog, pero es que tengo un pequeño nuevo vicio (llámese juego de ordenador online, por ejemplo) del que ya hablaré en otra ocasión que me está sorbiendo el seso noche tras noche. Pero hoy he enchufado el Winamp a todo trapo, con la Oreja de Van Gogh de fondo, y he enganchado el teclado para no parar de escribir hasta quedarme sin dedos.

La situación es más o menos la siguiente, con un breve resumen de los míos. El sábado pasado se celebró la II Cena de la zona Norte de Fone Jous. Sin entrar en detalles, fue mucho más divertida que la anterior y con gente diferente. Pero mi reflexión pivota alrededor de un hecho concreto que me hizo bastante gracia, además de otras sensaciones interesantes.

En cierto bar de nivel aceptable de mariconeo, alguien tuvo la graciosa idea de hacerse una foto conmigo fingiendo un beso en los labios. Era una compañera de Calahorra que creía que no tendría valor. Bueno, qué narices, cómo no voy a tenerlo, si total es una chica guapa y muy graciosa...


Foto. Y eso fue el desencadenante. En realidad la culpa fue mía... Porque a partir de ahí, aquello parecía una orgía de besos. Aquí y allí la gente quería hacerse fotos mientras se besaba... con quien fuera! En esto un compañero de Bilbao, que me hace un cierto tilín, me enganchó por banda para hacernos una foto. No sólo no se amedrentó, sino que le gustó que le mordiese un poco el labio inferior y además tuvimos que repetir porque la primera foto no salió bien (y yo preocupado, claro). En fin, ahí quedó todo, no hay historia posterior de chico hetero que descubre un nuevo mundo de sensaciones y decide probar la carne y el pescado. Al porno lo que es del porno y a Dios lo que es de Dios.

Para él, simplemente fue una gracia teñida del morbo de la gente que nos rodeaba, un punto picante a una noche que prometía (y se cumplió) buena diversión, un contacto físico sin más implicaciones como podría ser un apretón de manos o un abrazo. Para mí, fue un beso, con lo que ello a veces implica. Posiblemente mis circunstancias estén teñidas, como he dicho antes, por el hecho de que este muchacho me parece encantador, buena persona y con un cierto atractivo. Sin embargo él no tiene ni idea de lo que podría haber desencadenado en otra persona tal vez con las ideas menos claras o tal vez demasiado claras.

Ahora mismo es muy moderno y está muy de moda (y que lo esté muchos años) no sólo no tener prejuicios y ser muy abierto, sino llevar esa apertura al límite y jugar con la ambigüedad hasta la frontera del infinito. Y, ojo, que quede claro que no crucifico a nadie por divertirse y tontear con quién le dé la gana mientras no haya daños colaterales ni directos. Simplemente creo que muchas veces no sabemos las consecuencias que pueden provocar nuestros actos al tener clara nuestra situación pero no la de la persona que tenemos enfrente. Nos podemos lavar las manos y asegurar que "como yo lo tengo claro y lo hago tan evidente..." Pues no, mira por dónde, la duda es algo inherente a la condición humana y siempre nos la planteamos cuando más conviene a nuestros intereses. Nuestro subconsciente se la juega a la última carta, lanzando la manzana dorada de la discordia cual Eris en la boda de Tetis y Peleo (lo he tenido que buscar, qué pasa!). La parte racional del cerebro reacciona rápidamente y prepara la estrategia de la lógica y lo perceptible, pero cuando se siembra la cizaña poco se puede hacer para eliminarla del todo.

En fin, no tengo muy claro a dónde quiero llegar con esto. Posiblemente sería más enriquecedor si tuviera alguien con quien comentarlo porque no sé qué es lo que me ha removido estas ideas que vienen y van. No, no creáis que me he colgado del heterito, porque, primero, nada mata más la pasión que ver a un hombre recién levantado tras una noche de fiesta y, segundo, hace muchos años alguien me aconsejó que nunca me enamorara de un hetero. Y lo cumplo a rajatabla. ¡Bastantes gays hay en el mundo para enamorarme como para hacerlo de alguien con quien no tengo posibilidades reales! Vamos, hombre, con lo digna que es una misma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios, vaya foto...

Eso sí que es morbo y lo demás son tonterías.

Y me ahorro más palabras que luego osarías recordármas cuando nos viéramos en persona :p

Un abrazo, grandullón

Anónimo dijo...

¿Para cuándo la foto del morreo con el de Bilbao, ein?

Don Arturo de Quilpue dijo...

En principio, falta la foto con el hétero para saber de qué estamos hablando, jijijiji.
Pero en realidad, ¿son tan abiertos los héteros por España? Por estas latitudes, todavía me late que los héteros curiosos o "juguetones" son en realidad homos que no se animan.
Pero si es hétero de verdad, no vale la pena enamorarse de él. Coincido.