16 agosto, 2008

Pantalones

Logroño, 16 de agosto de 2008

Yo me quiero comprar esos pantalones. Son bonitos y me gustan y además sé de buena tinta que no los tiene casi nadie, con lo cual me sentiría algo más único si cabe, aunque fuera para mi disfrute personal. He ido a la tienda y los he visto más de cerca y me han gustado más aún: su tacto es suave y su patrón muy bueno. Los he tenido en la mano un par de veces y, aún sin decidirme, los he acabado por dejar de nuevo en su sitio. No debería comprarlos y lo sé, pero la tentación es demasiado fuerte. Me gustaría llevarlos puestos y verme en un espejo, sentirlos encima de mi piel y notar cómo me acarician y se ajustan a mis piernas. Sin embargo, el precio a pagar es demasiado alto y no sé si estoy dispuesto a pagarlo.


El dependiente, viendo mis dudas, se ha acercado a mí y hemos hablado de los pantalones en cuestión. No entiendo por qué, pero no me los ha recomendado. Ha dicho que el tacto es más basto de lo que yo quiero notar y que el patrón engaña, porque tiene muchos fallos. Según él, no me merece la pena comprarlos y es mejor que siga con mis pantalones de siempre, porque me sientan mucho mejor. Y estoy seguro de que es así, pero la tentación... Me ha dejado que me lo piense un rato y he dado una vuelta por la tienda, pero siempre acababa frente a la misma estantería pensando en esos pantalones.


Si me los compro y los uso, puede que después de la primera puesta ya no me resulten tan interesantes y los acabe abandonando en un rincón del cajón. Entonces el dependiente habrá tenido razón y no habrá merecido la pena pagar por ello para después rechazarlo y olvidarme. O puede que así me de cuenta y aprecie más mis viejos pantalones y los nuevos los pueda tener en el armario como una prenda más, guardada con especial cariño pero respetando que sigan nuevos e intactos. Pero si no me los compro... Siempre me quedará la duda de cómo podrían sentarme al menos una vez. Y desde luego no voy a ser tan cutre de usar un probador para un vistazo rápido. Si me los pongo, quiero que sea con calma, disfrutando y sintiéndolos completamente sobre mi piel. Algo rápido sería hacer de menos a una prenda tan apetecible. Sin embargo, el precio... El precio. A veces el precio a pagar me echa para atrás y no porque no pueda asumirlo, ya que es un gasto que no desequilibraría mi ya menguada economía, pero sí que me demostraría a mí mismo que no puedo controlar mis impulsos más básicos. Y de nuevo daría la razón a otra gente, que me lo ha dicho en repetidas ocasiones. ¿Y si los compro y me gustan tanto que quiero ponérmelos más veces a pesar de saber que no me quedan del todo bien? Tal vez eso sería lo peor, porque no podría hacerlo sin llevarme las manos a la cabeza por mi falta de previsión o, más bien, de visión a largo plazo. Sería una satisfacción inmediata pero una decepción más adelante. Si los pantalones pudieran hablar, seguramente no querrían eso.


Pero los pantalones no hablan, te dejan decidir a ti y son objetos pasivos que se dejan poner o no según tu decisión. Ojalá hablaran y me dijeran qué debo hacer. Aunque después yo siga haciendo lo que quiera.

3 comentarios:

friki-fisio dijo...

Hola, hola! que tal va todo por logroño?
Bueno, a parte de decirte que no te deberias de comer tanto la olla por unos pantalones.... tambien te tengo que decir que, en mi humilde opinión, los que llevas te quedan de muerte, je je je!
Un besazo enorme para ti y para el grandullón.
P.D. que os lo paseis bien en la aldea estos dias. chicos! ya me queda poco para poder veros, y como dice la chica/mujer esa a la que admirais y sabeis la opinion que a mi me merece: times goes by so slowly...

Anónimo dijo...

y = ax^2 + bx +c

maestro, hablas en parábolas?

Robin Shilvadin dijo...

Fisio, me gustan los pantalones que tengo, gracias y sé que me quedan bien. Simplemente me planteo la posibilidad de comprarme otros o no. Vuelve pronto, anda.

U. Sutil... Muy sutil... Pena que no tengas ni idea de la fórmula que has escrito, cómo despejarla y menos aún de dónde te vendrá la colleja que te voy a dar un día de estos.