12 enero, 2009

Las cosas que te diría...

Domingo, 11 de enero de 2009

...no están ni tan siquiera ordenadas en mi cabeza. A ratos cambian de posición, o aparecen o desaparecen. A veces incluso desearía que no estuvieran ahí, pero están. Las cosas que te diría no me atrevo a decirlas por el miedo irracional que tengo a que te evapores (de nuevo) en la nada y la luz que irradia tu sonrisa deje de deslumbrar mis sorprendidas pupilas. Las cosas que te diría no encajan con mi forma de ser ni de pensar y mucho menos con la tuya, pero no quita para que sean las cosas que te diría.

Y te diría que echo de menos las sesiones interminables de uso del dedo oponible con la tecnología moderna, como si fueran conversaciones de chat, pero convertidas en sms. Te diría que echo de menos la química de los primeros días, cuando todo era nuevo y divertido y no había miedo porque no había nada que perder. Te diría que notarte distante no es lo que me preocupa, sino que parezca que soy yo el único que es consciente de este hecho y lo expresa, aunque sea sólo para sí mismo, en este absurdo blog.

Te diría éstas y más cosas, pero les quitaría toda la carga romántica, para que no pareciera que estoy perdidamente enamorado de ti. Esos errores ya no me pasan ni permito que me pasen. Te diría estas cosas para intentar encontrar de nuevo ese brillo en tu mirada en el que podía perderme durante horas. Te diría estas cosas para saber si las fantasías en las que cabalgábamos se han desbocado o aún están domesticadas. Te lo diría posiblemente para que fuera una canción desesperada, ya que no pretendo que haya nunca veinte poemas de amor.

Te podría decir también que soy consciente de que ya no soy necesario como lo era antes, pero en el fondo sé que nunca lo he sido, porque nadie necesita de nadie más para seguir adelante. Te podría decir que sé que no habrá una visita sorpresa para comer juntos, porque la racionalidad se ha asentado como una capa de polvo sobre los muebles viejos y no hay sitio para locuras. Te podría decir que si algo ha cambiado no ha sido por mi causa, pero acepto que no hay nada inmutable que permanezca eterno. Te podría decir que te comprendo, aunque lo único que puedo hacer es respetarte.

Qué te diría, cómo te lo diría y por qué te lo diría sólo son suposiciones mías, porque el tiempo verbal, el condicional, está muy bien elegido. Lo que no sé es qué hecho debe darse para que te las diga. Como mínimo es evidente que sería necesaria una conversación, pero no sé si quiero tenerla. Casi prefiero seguir ensayando sonrisas delante del espejo para asegurarme de que mis clientes queden deslumbrados por la mía, por muy fingida que sea. Al fin y al cabo, eso es lo que importa, lo que los demás vean.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

nene, ¿estás bien? un beso

fisiologus dijo...

que fuerte! eso podría haberlo escrito yo, pero no creo que lo hiciera tan bien. ánimo.

Sufur dijo...

Curioso... también pordía haberlo escrito yo, aunque peor y por otros motivos. Parece que en esta época muchos andamos en esa onda... Un abrazo, amigo

Anónimo dijo...

lo que realmente importa es lo que tu sientes