23 marzo, 2007

Robots de cocina

Jueves, 22 de marzo de 2007

Ya tenemos nuevo aparato en casa. Aún no tiene nombre, pero me temo que Bender va a ser una gran opción. O tal vez Chef a secas. O robot de cocina, quién sabe. Al fin y al cabo sigue siendo el mismo aparato enorme y blanco que hemos colocado donde hemos podido en nuestra cocina de "tamaño inferior a la media". Es decir, "otro armatoste" que diría mi madre. De hecho,cuando se lo comenté fue lo que se pudo leer en la expresión de su cara.

Son estas cosas que las parejas hablan casi como si del encargo de un hijo se tratara. Tú ves algo así por la calle, en un cartel, y vuelves a casa con la idea rondándote por la cabeza.

- Cariño, mira, que he pensado que... Bueno, no sé, me da un poco de cosa decírtelo.

- Ay, pues dime, no me dejes así.

- Bueno, va. Que he estado pensado en que tal vez nos vendría bien tener un robot de cocina en casa, ya sabes, por ayudarnos en las tareas y esas cosas...

- Pues... Yo también lo había pensado, la verdad. Creo que podría estar bien, que siempre comemos a todo correr y quemándonos la lengua. El único problema es el sitio, porque no sé dónde nos va a caber... Y ademas tiene que ser para usarlo, que siempre acabamos acumulando los trastos a lo tonto.


Y la conversación sigue con los pros y los contras de la decisión, que casi parece salomónica y finalmente... Finalmente, si acabo de decir que tenemos nuevo aparato en casa, es porque decidimos comprarlo. Y esta mañana ha sido el estreno oficial, por sorpresa y sin avisar. Y he tenido suerte, parece que los astros me siguen sonriendo. Tampoco era muy difícil: arroz con tomate. Eso sí, en cuanto hemos llegado a casa estaba la comida preparada, calentita y... una pena, el robot no sabe ponernos la mesa ni servir en el plato.

La verdad es que cada día somos más tecnológicos en casa. Si no es un periférico para el ordenador (lo último fue un auricular estilo manos libres para Javi), nos echamos una batidora-picadora nueva. Así tenemos cajas de cartón para aburrir y libros de instrucciones repartidos por casa a medio leer. Y, cómo no, el interminable problema del sitio donde guardar los aparatos, porque no caben en un bolsillo, claro. Empieza a ser preocupante y por eso ahora me planteo muy mucho cuando veo en las ofertas de MediaMarkt cualquier cosa que me llame la anteción. Necesito asegurarme de que vamos a sacarle tanto partido como vale y, desde luego, que es estrictamente necesario y cómodo de montar/limpiar/recoger. Por suerte pocos electrodomésticos cumplen estas condiciones, con lo que son deshechados automáticamente. Porque parece que las nuevas tecnologías de la cocina sólo sirven si tienes una del tamaño del salón y con armarios para guardar unos cuantos hectómetros cúbicos de artefactos y vajilla.

En fin, parece que vamos a empezar a usarlo con cierta continuidad y posiblemente varios amigos irán probando poco a poco nuestras delicias culinarias de manos (o mecanismos) de nuestro "Bender" particular. ¿Quién se apunta?

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que yo no soy muy amiga de tecnificarlo todo tal y como se lleva ahora, pero si a vosotros os sirve pues, adelante.

Siempre será mejor que comprar comida preparada con un montón de aditivos,como si no se pudiese preparar en un momento un buen plato de macarrones con queso y tomate o una buena ensalada con un filete a la plancha y algo de fruta.

Y en caso de prisa extrema, dos manzanas con queso y nueces te cargan las pilas hasta la hora de la merienda.

En fin, espero ansiosa el relato de vuestras "Benderexperiencias". Igual hasta me convencéis.

Un beso.

Frantic