16 octubre, 2007

Bisexuales ocasionales

Lunes, 15 de octubre de 2007

Es que si no hablo de este tema, Alber-san no va a dejar de darme la paliza. Y como le conozco de unos cuantos años de clase en los cuales me ha aguantado siendo yo el que no dejaba de tocarle la moral a las 8 de la mañana y más cosas que quedan para nuestras conversaciones de messenger, se merece un poco de caso por mi parte.

Comentábamos hace un rato los extraños casos de esos hombres/jóvenes/mozuelos que siendo obvia y claramente heterosexuales (ellos se encargan de hacerlo evidente cada vez que pueden), tienen pequeños y controlados encuentros puntuales con personas de su mismo sexo. No nos referíamos de forma habitual, como haría un chico en el armario, que busca lo que realmente quiere desde la seguridad de una vida supuestamente heterosexual, no. Son más bien los casos de "experimentación" puntual una o dos veces en su vida que no les supone ningún problema moral ni a corto ni a largo plazo.

Recuerdo yo de mi época de instituto, un amiguete de la pandilla que me parecía bastante cabal dentro del grupo de cabras locas que formábamos, con el que a veces hablábamos de que (¡tiernos 17 años!) una felación (no digo mamada, porque luego esto lo leen niño menores) no tenía que ser diferente te que la hiciera un chico o una chica. De hecho, entre una cosa y otra, acordamos que nos la haríamos el uno al otro. Claro, yo me frotaba las manos, pero tampoco fue como en las películas porno ni mucho menos. Entre que yo iba tocando un poco más allá de lo que su pudor le permitía y que para él cada espasmo de placer que yo sentía, eran como un aviso para apartarse por si le llenaba la boca sin querer... Vamos, que ni fu ni fa. Bien como experiencia, pero hasta ahí. Después nos seguimos tratando como si nada y la relación siguió evolucionando por un cauce de absoluta normalidad en el que aquel encuentro fue una anécdota privada que jamás volvió a ser comentada. Casado, feliz y cuando nos vemos nos saludamos con la misma alegría que entonces (más bien poca, pero es que es un hetero de los poco expresivos).


En fin, más allá de la anécdota, puede haber casos para todos los gustos y colores. Tengo entendido que un conocido mío se dejó follar (tan activo él) por un amigo suyo hetero, por aquello de empezar a hablar, tontear, jiji, jaja y el morbo de que la novia estuviera durmiendo en la habitación de al lado. El tipiquísimo caso del pobre mari que se enamora perdidamente del amigo o recién conocido hetero con el que tiene un ligero affaire y jamás le vuelve a ver. Vamos, que seguro que cada cual tiene su historia personal e intransferible.

Plantearse por qué se dan estos casos que consideramos "raros" sería un poco como tirar piedras a nuestro propio tejado. Hoy en día se reivindica la libertad sexual como algo básico, un derecho gracias al cual podamos llevarnos a la cama a quien queramos sin tener que dar explicaciones ni preocuparnos del qué dirán. Tristemente sabemos que aún no es así. La igualdad social es algo que aún las mujeres, tras más de 30 años de lucha, aún no han conseguido. ¿Y lo vamos a conseguir los "desviados"? Sí, claro, y mañana Navidad.

Sin embargo la duda flota en el aire. ¿Son sólo experimentos fallidos de heterosexuales con dudas? ¿Cabe la posibilidad de tener entre manos (o lo que se tercie) a un homosexual muy armarizado? ¿Es la bisexualidad un paso intermedio hacia la homosexualidad, como muchos argumentan? Creo que es un tema con muchos más grises de lo que la gente ve al discutirlo y, si no, a ver qué me decís vosotros (porque creo que sigue sin haber ninguna "vosotras" por aquí).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi opinión, que sería distinguida e informada si no fuera superficial y arbitraria, no hay nada de raro ni sorprendente en el hecho de que un chico hetero de toda la vida quiera pegarse un revolconcillo con otro muchacho. Lo raro, raro de verdad, es que sea hetero :-P

Anónimo dijo...

Como yo fui el que levantó la liebre, no me queda más remedio que añadir "my two cents" a esta entrada ;)

Mi comentario se basa, por supuesto, en experiencias personales: tanto lo que he vivido como hombre de sexualidad difusa, o bien lo que han vivido personas muy cercanas a mi y de cuya veracidad no puedo dudar.

Y es que en mi opinión, al hilo de lo que contaba nuestro anfitrión de sus tiempos mozos, es algo excepcionalmente frecuente, mucho más de los que todos creeríamos (disfrazado o no de curiosidad de juventud). Como digo, en mi círculo de amigos, el que más y el que menos ha hecho sus "pinitos" (cuando no otras cosas más jugosas). Y dudo que precisamente Extremadura o Castilla sea el lugar más adecuado para este tipo de experiencias (eso, excluyendo los hipotéticos experimentos gubernamentales con homosexitil en el agua de bebida, de los que nunca se han obtenido pruebas fehacientes).

Estoy de acuerdo con gwathadan que no tiene porqué tener nada de raro ni sorprendente. Sin embargo, lo que sí es raro y sorprendente es que esas mismas personas cuando se reunen entre ellas, enseguida levantan la cresta y entonan el "no, ¡yo nunca!" como si se estubiera hablando de algún terrible crimen. Gracias a dios (o a mi buen criterio), de esos no tengo entre mis amigos. Lo que sí les pasa a éstos es que no quieren airear esa parte de su pasado que en mi opinión les enriquece enormemente como personas, pero eso es harina de otro costal.

He de admitir, sin embargo, que mi experiencia personal en esto es pobre... :") Cuando conseguí llevarme a mi amigo hetero al catre, resulta que le cambié de acera de una patada (ya, ya lo sé, seguro que ya le venía de antes, pero si nadie le hubiera hecho plantearse algunas cosas, todavía seguiría siendo formalmente hetero). Así que yo mismo rebato mis propias teorías... ¿que cosas tiene la vida, no?

Si os aburrís, yo también os animo que dejéis aquí vuestros comentarios con experiencias personales, que no podemos dejar toda la carga del blog a nuestro anfitrión, ¿no? ¡Hay que hacer comunidad! :)

José Manuel Padilla dijo...

Bueno...yo creo que tu artículo está fenomenal...Mi opinión al respecto es que la bisexualidad no existe...o si existe es teórica....porque en la práctica...
Te pueden atraer por igual los hombres y las mujeres...pero a la hora de "reivindicar derechos"...como es el del matronio -o uniones civiles- que este es otro debate...en algún momento en la vida de ese/a "supuesto/a bisexual" se tendrá que "decidir por los pitos o por los bollos...creo yo...a mi como dijo mi mama...¿si entiendes entiendes...pero la carne y el pescado no?

Besos guapo. Espero tus comentarios en Espartero.