Lunes, 1 de octubre de 2007
Aquí me tenéis, con la Oreja de Van Gogh a todo trapo casi a medianoche. Tengo el momento tierno y empalagoso, qué le vamos a hacer... Luego vendrá Andrés Lewin, que me pondrá más tierno aún... Es que lo relaciono con una época de mi vida de hace poco más de un año que fue algo dura y donde hubo fuego siempre quedan brasas. Lo buscáis en las Antiguallas, que estoy perezoso para empezar a enlazar por aquí.
Para los preocupados, las cosas en el trabajo se han serenado. Me dije a mí mismo que me iba a tirar muchas horas en la tienda con mi compañero, con lo cual tenía que tragarme un poco el orgullo y dedicarme a suavizar el ambiente. Se hace lo que se puede, aunque reconozco que tengo mis momentos aún, pero no lo pago con él. Al menos no directamente, claro. Ya que tenemos que llevarnos bien, no significa que cuando vuelvo a casa se me escape a borbotones la riada de palabras que tengo guardadas en la punta de la lengua. Pero cada día menos. Sólo hay que acostumbrarse, después no es tan malo como parece... Espero.
Comienza el mes de Octubre. El título del post lo he puesto porque es lo que está en mi messenger durante estos días. ¿Por qué? Pues porque me sonaba bien y poco más. Ayer pasé al Outlook los horarios y son más raros que un perro verde. Cuando una persona está de vacaciones hay que hacer un par de malabarismos a cuenta de los que se quedan para no dejar ningún minuto al descubierto, pero así es la vida. Sólo que este mes encima las vacaciones de alguno de cuyo nombre no quiero acordarme lo hacen más complicado aún. Qué le vamos a hacer, ya me tocará a mí el mes que viene acordarme de ellos cuando yo esté en Las Palmas una semanita calentito y sin preocuparme de seguros ni de historias... Ahora, a sufrir como un bendito.
Por cierto, he descubierto los blogs (alguno antes que otro) de Hydroboy y Naxo, y los he puesto en los "linkes" para que quien quiera se dé un garbeo. Para degustar despacito, que bien lo merecen, pero sobre todo para notar que la vida puede ser muy divertida y tiene un lado petardo y divino que sólo cada uno podemos darle. Sobre todo petardo. Con lo poco seguidor que soy yo de blogs ajenos, ahí estoy, leyendo cuando escriben alguna novedad e incluso aportando. Las vueltas que da la vida, oyes...
Comienza el mes de Octubre. El título del post lo he puesto porque es lo que está en mi messenger durante estos días. ¿Por qué? Pues porque me sonaba bien y poco más. Ayer pasé al Outlook los horarios y son más raros que un perro verde. Cuando una persona está de vacaciones hay que hacer un par de malabarismos a cuenta de los que se quedan para no dejar ningún minuto al descubierto, pero así es la vida. Sólo que este mes encima las vacaciones de alguno de cuyo nombre no quiero acordarme lo hacen más complicado aún. Qué le vamos a hacer, ya me tocará a mí el mes que viene acordarme de ellos cuando yo esté en Las Palmas una semanita calentito y sin preocuparme de seguros ni de historias... Ahora, a sufrir como un bendito.
Por cierto, he descubierto los blogs (alguno antes que otro) de Hydroboy y Naxo, y los he puesto en los "linkes" para que quien quiera se dé un garbeo. Para degustar despacito, que bien lo merecen, pero sobre todo para notar que la vida puede ser muy divertida y tiene un lado petardo y divino que sólo cada uno podemos darle. Sobre todo petardo. Con lo poco seguidor que soy yo de blogs ajenos, ahí estoy, leyendo cuando escriben alguna novedad e incluso aportando. Las vueltas que da la vida, oyes...
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