17 marzo, 2008

Reencuentros

Domingo, 16 de marzo de 2008

Escribo con retraso, pero quien me conoce sabe que no soy dado a la puntualidad. Y menos aún cuando se trata de mí mismo. Pero aún así es algo que quería dejar por escrito y a lo que he estado dando vueltas todo el fin de semana, con lo que prefiero sacarlo de mi cabeza y que se plasme en la infinita red de redes para que me deje de martillear.

El viernes tuve que ir a Pamplona por razones laborales: entrevistas para ver si conseguimos nuevo personal. Aproveché el viaje y, dado que hacía unos días habíamos recuperado el contacto, quedé para comer con el soldadito valiente. Hacía mucho que no hablábamos y creo que ya tocaba. Posiblemente fuera debido a la racha que estoy pasando, pero me apetecía congraciarme de nuevo con mi pasado, con alguien que dejó una herida sin cerrar pero que la intentó curar de la mejor de las maneras. No sabía qué podía ocurrir de aquel encuentro y he de confesar que estuve bastante nervioso desde el punto de la mañana. Para más inri, las entrevistas fueron bien (cosa poco habitual en Pamplona) y, colmo de males, se llevó el coche la grúa. Juro que no ví que era una zona de carga y descarga!!! Llegué tarde a comer, pero me esperaba con una gran sonrisa en los labios.


Nos sentamos en el restaurante y parecía que simplemente llevábamos un par de meses sin vernos. Todo era ponernos al día, saber de nuestras vidas y comprobar lo poco que habíamos cambiado en un año y medio. Porque él no ha cambiado en prácticamente nada. Su mirada sigue siendo hipnotizante, su voz encantadora como el sonido de una orquesta bien afinada, sus gestos expresivos como una pintura del Prado. No pude evitar darme cuenta de que yo temblaba imperceptiblemente bajo la mesa (ese típico movimiento nervioso de las piernas que mucha gente tenemos en situaciones de tensión), aunque poco a poco recuperé la confianza y la tranquilidad de saberme con un amigo. Porque, le pregunté, ¿seguimos siendo amigos? Sonrió y contestó: Es que no hemos dejado nunca de serlo, simplemente hemos tenido un "kit-kat". Y con lo sensible que estoy últimamente, me faltó el canto de un céntimo para que se me saltaran las lágrimas.

Hay compromiso de vernos de nuevo, pero sin plazo. Nos mantendremos informados de la vida del otro, pero sin medio fijo. Volveremos a vernos y confieso confieso confieso que me apetece enormemente. Ojalá pudiera ser todas las semanas, para salir de mi rutina mental y poder volcarme en otra persona. ¿Volvemos a la búsqueda de la novedad? Puede ser. Pero también sé y me he dado cuenta gracias a este reencuentro, que hay sentimientos que pueden permanecer dormidos un tiempo, pero que no desaparecen. Afloran cuando se abre su candado, aunque se han vuelto más dóciles y manejables. Con esto tengo ciertas esperanzas en el futuro, aunque siga siendo incierto. Aunque siga siendo gris.



Estos días podría escribir mil cartas que no enviaría.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdos desde el pasado, no me ha extrañado en dosmanzanas, la verdad es que esta muy bien la página.

Pues lo dicho, que recuerdos desde tu pasado salmantino, que tambien es mi pasado, y fue el comienzo de mi nueva vida, y tu fuiste el instigador, y siempre te estaré agradecido por ello.

Tal vez yo ahora sea de un pasado muy pasado, parece que hace siglos... probablemente no tengas tiempo para esos viejos recuerdos, los Toreador sois asi, siempre viviendo deprisa... los de mi clan somos mas reflexivos, pero no por ello dejo de actuar si tengo ocasión.

Lo dicho, que te deseo lo mejor, que si te aburres puedes contactar conmigo (sigo teniendo el mismo nº de telefono) y que si te pasas por Madrid avisame, ahora vivo allí, como el 90% de los de mi profesión.

Besos

PD:Es curioso, tienes un enlace al blog de Diego...

PPD:...en nuestros tiempos aun habia angeles de Serra...donde estan ahora?¿

Robin Shilvadin dijo...

Querido amigo, cuánto tiempo sin saber de ti... Los Tremere siempre aparecéis tan de sorpresa, son esos aires y ese misterio...

Por cierto, en mi baraja sigue habiendo ángeles de Serra. En el mundo real también hay ángeles, pero no están al alcance de la mano de meros mortales... Como yo, tal vez.

Espero que me sigas de cerca.

Unknown dijo...

Los angeles estan cerca para todos, otra cosa es que los sepamos ver, muchas veces pueden estar a nuestro lado, pero no los vemos porque estamos deslumbrados por algún espejismo.

Espero que no volvamos a perder el contacto, aunque sea via internet.

Lo dicho que espero que todo te vaya bien y ya nos iremos poniendo al dia.

Besos