20 noviembre, 2006

Delicioso domingo éste...

Domingo, 19 de noviembre de 2006

Iba yo a hablar esta noche de que mi amigo Gwathadan ha dado comienzo a la partida de Planets, un juego friki, por turnos y bastante incomprensible para casi todos los que no estén dentro de la partida. Pero a lo largo del día las cosas han dado un giro tan interesante y entretenido que voy a dejar el tema para otra ocasión.

Esta mañana, tal y como me había prometido a mí mismo, ha habido una buena sesión de sexo con Javi. Que ya era hora, que más de 10 días sin sexo marital le dejan a uno muchas ganas... Al pobre le dolía un poco la cabeza, pero no lo ha usado como excusa para echarse atrás. Ha habido un poco de todo dadas nuestras limitaciones físicas (no siempre se tiene toda la carrocería al 100%) y me he sentido a gusto como hacía tiempo. Vamos, que miraba el domingo con otros ojos. Mi relación de pareja ha dado un giro de 180º de unos días a esta parte y leyendo mis escritos anteriores, este radical cambio es justo lo que iba buscando. Tengo cariño, tengo sexo, tengo la atención de mi pareja y me lo hace saber... Se podría pedir más, pero sería egoísmo. Y como ya dije, después de compartir tantos malos momentos, va siendo hora de compartir también los buenos, para que este Cuaderno no sea solamente mi muro personal de las lamentaciones.



Y para rematar el día, hemos recibido una propuesta de sexo de un navarro maduro de preciosos ojos verdes que, sorprendentemente, hemos aceptado. Y ¡caramba! Tener dos sesiones de buen sexo le hace a uno sentirse estupendo y más en forma que después de una sesión de gimnasio de las buenas. El tipo en cuestión era ya conocido (juraría que le había nombrado anteriormente, pero no he encontrado nada por ahí) y de conversación agradable. Morboso, divertido, sexual... Tanto Javi como yo hemos disfrutado mucho y posiblemente volvamos a repetir cuando podamos los tres. O cuando nos apetezca. Al fin y al cabo son aderezos para ponerle un poco de relación a lo que ya tenemos, que es lo importante.


En fin, como comprenderéis, después del día tan estupendo que he tenido (sin trabajo, con sexo, con sexo de nuevo, sin prisas y sin obligaciones), era un tanto absurdo ponerme a divagar acerca de las proyecciones personales de nuestras neuras en los juegos de ciencia-ficción. Pero esto no queda aquí, Charly Brown viene el próximo finde y me temo que va a ser muy interesante tenerlo por aquí, mantener conversaciones en directo y quién sabe si podremos pervertirle para alguna maldad. Si te acercas a mi piel demasiado, ten cuidado mi veneno es sutil... ¿Te acuerdas, soldadito?

1 comentario:

Anónimo dijo...

QUE DOMINGO TÁN FANTÁSTICO.ME GUSTA MUCHO TU BLOG.UN SALUDO NIGRA