13 noviembre, 2006

Limpiando telarañas

Lunes, 13 de noviembre de 2006


Buf, me voy a tener que esforzar al límite para volver a dejar esto limpio e inmaculado, porque han sido demasiados días de dejadez y ni yo mismo me lo perdono. La "excusa" siempre era la misma: cansancio. No se puede pretender estar fresco y relajado, con ganas de escribir, a las dos de la mañana después de un par de horas dándole al juego de turno. Ni unas líneas. Siempre me lo proponía para el día siguiente pero volvía a pasar lo mismo. Así que he tenido que recibir toques de atención ajenos como acicate para no dejar caer en el olvido mi Cuaderno de Bitácora.

Y no ha sido por falta de temas para tratar, que la semana pasada creía que empezaba a quedarme seco. Pero siempre que se dejan macerar un poco las cosas surgen novedades interesantes dignas de comentar. Haré un breve resumen para no caer en los tediosos monólogos que me caracterizan y que a más de uno suelen adormecer. Al menos a mí me aburrirían soberanamente.


Y como dije en la última entrada, tengo nuevo lector del Cuaderno. De hecho ha sido uno de los más aplicados, porque se ha recorrido las líneas una por una de principio a final. Hizo incluso anotaciones para después preguntarme lo que no tenía claro y hemos comentado asuntos pasados que yo tenía algo aparcados en la memoria. Impresionante. Está haciéndose poco a poco un huequito en mi vida, porque de tanto hablar, a días se echa de menos escuchar su didáctica voz aleccionándome sobre la vida y los asuntos mundanos. Y poco a poco va ganando terreno. Pero no tengo miedo ni estoy agobiado. Es una de esas relaciones en las que te sientes arropado, querido, centro de interés, pero que implican también cierto esfuerzo, que hay que cuidar (como todas las demás, evidentemente) con cierto mimo para que no se estropee nada más nacer. Y sin el miedo a que pueda hacer de cuña en mi relación actual y destruirla porque lo respeta y lo acepta como parte de mí, ya que ciertamente es una parte muy importante de mi vida.

Charly Brown (llamémosle así) tiene un cierto don en la palabra que hace que escucharle sea interesante e instructivo. A veces su afán de enseñanza puede causar cierta sensación de "soberbia" en otras personas, pero no es el caso. Tiene una risa contagiosa que explota en sonidos cuando hago algún chiste malo (vamos, casi siempre) y me dirige con cuidado y suavidad por el tema de conversación que le interesa. Y además, para redondear el asunto, tiene un toque sexual muy parecido al mío, haciendo que las hipotéticas fantasías sexuales sean bastante afines y permitan que dos mentes calenturientas viajen juntas.


Y sé que hago un flaco resumen que no define a nadie en concreto y a muchos en particular, pero para empezar no quiero darle más bombo y platillo. Me consta que su nombre aparecerá por aquí de vez en cuando, tal vez dejando algún comentario (que lo dudo), tal vez nombrado por mí como os nombro a tantas y tantos otros. De momento tengo una lista de tareas pendientes:
  • Solucionar un mal rollo con un amigo. Debí hacerlo hace tiempo, pero... ¿Lo arreglaremos?
  • Quedar con la buena de Montse, que ya va siendo hora de que hable ella.
  • Seguir poniéndome las pilas en las tareas domésticas.
  • Empezar a acostarme antes, haya o no haya juego, que luego estoy "derrotao".
Sin prisa pero sin pausa y la primera me corre más prisa que ninguna. Vamos allá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Robin. Hola a todos y todas que nos encontramos sin saberlo en estas letras. Soy Charly Brown. Quiero decirte una cosa: ¡¡¡GRACIAS!!!. Me encantado lo que cuentas y como lo cuentas, como siempre, pero lo mejor es que esta vez hablabas de mi. Creo que el subidón me va a durar el resto del mes. Concretamente hasta el día 6 a ver si te puedo ver entonces. Un saludo a todos los que leéis estas divagaciones de una gran persona como es nuestro Robin. Un beso.