02 agosto, 2006

Otro día más...

Miércoles, 2 de agosto de 2006

Y es que éste ha sido otro de esos días en los que no es que no haya pasado nada digno de mención (que siempre ocurre), sino que resulta tan anodino como el anterior y te das cuenta de que no has acabado de hacer nada de utilidad.

Bueno, no seamos tan duros conmigo mismo. En realidad esta mañana he hecho la buena acción del día. He ido a ver a una amiga que está de reposo en cama porque al segundo mes de embarazo más le vale que se esté quieta si quiere que el feto se agarre a las paredes del útero. Y más le vale, porque la pobre lleva intentando tener una segunda criatura yo qué sé el tiempo... Y nos fastidia a todos que tenga que pasar por estas cosas (y por las que ha pasado ya) porque es un hijo muy deseado y ella es una persona encantadora que siempre hace que el mundo parezca un poco más bueno. Es como una niña pequeña con más de 25 años, pero con el genio de una madre con un niño revoltoso. Hay que verla dominar al niño que ya tiene tres años como tres soles, dándole caprichos pero poniéndole límites... Preocuparse de media familia y estar atenta a la otra mitad. Sufrir los pequeños "desprecios" de su marido y suegros con enfado pero con discreción. Es que es un amor de mujer... Vamos, que como me case me encargo de que su niño lleve las arras... ¡Aunque sea una boda civil!

Pues allí me he presentado, que desde que está en cama no había pasado a verla. Y Javi va día sí y día no para pasar la tarde con el niño en la piscina que tienen en la urbanización. Vamos, todo un tío de alquiler, para que su madre y su abuela puedan descansar un poco del terremoto infantil. A mí ya me tocará la semana que viene, que estoy de mañanas. Hoy he ido a hacerle un poco de compañía, intercambiar cotilleos de los conocidos comunes, criticar los programas del corazón que tanto está viendo estos días... y le he llevado labor. Claro, como se tiene que aburrir tanto, he comprado dos tapices pequeños de medio punto, de aquellos que hacíamos algunos en el colegio y se los he llevado, para que tenga algo que hacer diferente de comer o ver la televisión. Y resulta que le han encantado. Vamos, que ha sido empezar y no parar...

Así que allí la he dejado, no con un tapiz tan terrible como éste, por favor... Con uno de la supernena Cactus y otro que he empezado yo (bastante mal, por cierto) con el emblema de Superman. Doy por hecho que en menos de una semana los tiene terminados. Tiempo le sobra y parece que lo ha cogido con ganas... Mejor, porque he estado a punto de cogerle un manual de ganchillo, aguja y un carrete. Jijiji.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Benditas criaturitas...
No, si es en esos momentos cuando se me despierta el instinto paternal, o el de asesino psicópata. Pero por lo demás... los niños son un encanto.
Y a ver si aprendes a hacer tapices como diox manda. :p

Un abrazo.

Anónimo dijo...

los niños de los demas son un encanto. Luego cuando se ponen pesados la tactica es: "Ale bomnito vete a enseñarselo a papa/mama"

xD