22 agosto, 2006

Unas vacaciones de verdad (que ya era hora)

Lunes, 21 de agosto de 2006

Fíjate, y cuando me mudé parecía que no íbamos a tener vacaciones con tanto jaleo tanto de pareja como personal. Y resulta que en menos de siete horas estaremos sentados en el coche, camino al imcomparable marco levantino de Oliva (Valencia). Para los que, como yo, no os suena ni de lejos, aquí os va un plano:

Un poquito al sur de Gandía, que seguro que ese pueblo sí que es más conocido. Playa, sol y gente desconocida. Y ahí tenemos el pequeño problema. La venada ha sido a cuenta de que el soldadito valiente está por allí con su novio y otra homopareja de amigos. Nos sugirió que fuésemos, hice unas llamadas a alojamientos el sábado noche y... ahí que nos vamos. Sólo le conocemos personalmente a él. Del resto nos ha hablado pero vete a saber cuánto se acerca a la realidad. Y yo, que me considero una persona sociable y con cierta facilidad de trato (si estoy de buen humor) tengo alguna preocupación sobre la aceptación en un grupo ya formado y unido. Tengo mis grandes momentos, que supongo que todos habéis conocido, pero también tengo mis malos momentos, que me temo que todos habéis conocido. Y temo por mi reacción ante una situación mediánamente incómoda en la que diga algo inadecuado o no me sienta medianamente aceptado. Por suerte llevo a Javi para contrapesarme y ya nos hemos advertido acerca del carácter del otro, con lo que posiblemente intentaremos controlarnos mutuamente: yo no hablo de más y él no se queda callado siempre.

Y no me apetece que empecéis a intentar animarme con lo típico de "si ya sabes que puedes con ellos y con muchos más" "venga, nunca has tenido problemas para relacionarte" "estarás en tu salsa, verás qué bien". Que sí, que lo sé, pero en este caso concreto además no es sólo la impresión que dé yo la que me importa. Por lo visto el soldadito valiente ya ha hablado de nosotros y espero que no demasiado bien. No quiero decepcionar a esa gente siendo algo más paleto de lo que parezco, más maricona de lo que creo que soy y menos interesante de lo que le parezco a la gente que me aprecia. Si quedo mal, por ende hago quedar mal a la persona que me "presenta" y no me gustaría en absoluto.

Tampoco quiero agobiarme con el asunto, porque tendré otras cosas en mente. El encuentro me tiene un poco preocupado. No va a haber fuegos artificiales ni escenas de película romántica de los 80, pero aún así estoy algo intranquilo. Dadas las circunstancias, voy a tener que echar mano de todo mi sentido común y supongo que parte del no común para que mi autocontrol funcione perfectamente. O mejor. Soy un gran actor cuando no se me conoce a fondo y no quiero delatarme delante de nadie. No espero momentos a solas para confidencias sentimentales ni largos paseos por la playa para charlar sobre lo humano y lo divino. Voy a pasar unos días con un grupo de gente, en grupo, socializando, de modo que nada de estar a solas tampoco. Complicado si necesito algo de reflexión pero desde luego nada raro en vacaciones. En caso de extrema necesidad, llamaré a alguien para que me eche un cable telefónico o daré yo solo algún largo paseo. Hiperventilaré un poco, me bañaré en el mar y me tumbaré fingiendo que duermo. Creo que servirá en caso de emergencia. Estoy exagerando, lo sé, pero quiero estar preparado para lo peor y aunque llevo el guión más o menos en mente, siempre cuesta enfrentarse en directo a un público exigente. Y más cuando no ha habido ensayos previos.


A los que me conocéis, ya os imaginaréis que es simplemente un miedo irracional a la no aceptación, tanto gregaria como personal. Uno de esos traumas de la infancia que me cuesta digerir y que suele salir a flote cuando menos me apetecería. A los que apenas me conocéis, aquí tenéis una imagen de mí mismo menos segura y probablemente algo extraña de la que suelo dar. Voi-là, soy un chico complejo, por si alguien no lo sabía... Aunque estas vacaciones me he comprometido a hacer un rato de "rubia tonta" con el soldadito valiente (el rubio, para los amigos). Vaya pareja cómica estamos hechos...

Os escribiré de nuevo en una semana más o menos, si no hay un ciber en el que entrar antes al que no pueda resistirme. Sed buenos en mi ausencia...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos? En tu ausencia? Se intentará, pero no prometemos nada...

En fin, aunque ya hemos hablado hoy por otras vías... pásatelo bien, y disfruta de la jodida playa mientras algunos seguimos poniéndonos blancos bajo las luces de la biblioteca, y el resto se lo pasan de vicio por la Aste Nagusia.

Un abrazo.