01 agosto, 2006

El retorno... (y no del Jedi, especialmente)

Martes, 1 de agosto de 2006

La verdad es que tenía algo abandonado el blog, pero bien es cierto que tener la casa para ti, amigos que vienen de fuera e insisten en cenar juntos y algo de sueño acumulado, hace que no tuviese fuerzas ni demasiadas ganas para sentarme a escribir. Y llenar líneas por llenar es un poco inútil me parece a mí.

El caso es que ahora que se ha acabado la tranquilidad posiblemente pueda volver a ponerme delante de la pantalla aunque no necesariamente con buenos sentimientos... Y es que la presencia de mis padres y ya de rebote de mi abuela (ya no puedo hablar en plural de mis abuelos desde el mes pasado) me crispa un poco los nervios por la modificación de la rutina diaria y el menoscabo de mi libertad cotidiana. Ahora no sólo tengo que justificar cada salida que hago y cuándo volveré (por aquello de las comidas), sino también el típico ritual de estar en la mesa cuando comen todos y, cómo no, decir buenas noches antes de encerrarme en mi habitación. Y ay de mí si no lo hago... Puede que un par de veces me lo pasen, pero el día que mi madre tenga cruzado el cable, vendrá con cara de "chantajista emocional" y muy sentidamente me soltará un rollazo acerca de la familia, de la ilusión que le hace a mi abuela, de que parece que vivo en un hotel... Vamos, la misma historia que me cuenta cada vez. Y con los mismos resultados de cada vez: que yo, por el bien de la convivencia familiar y para que mi madre no se haga la mártir por las esquinas, me pliego a sus necesidades y me comporto con toda la fingida naturalidad de la que soy capaz. Vamos, un teatro más en mi vida...

Tampoco quiero que parezca que esto es un infierno. Tengo toda la libertad que quiero y si doy una respuesta vaga ("voy a hacer unos recados"), tampoco me encañonan con un rifle hasta que confiese. Simplemente he perdido la libertad de, por ejemplo, ir desnudo por casa, comer lo que me diese la gana a la hora que me diese la gana, no tener que preocuparme de si he dado las buenas noches o no para no crear una crisis del tipo que sea... Me vuelvo a sentir atrapado en mi habitación, donde con la puerta cerrada me siento más cómodo aunque no del todo seguro, porque en esta casa lo de llamar a las puertas es algo que les ocurre a otros. Y más de una vez he tenido que estar con el oído atento mientras me satisfacía un poco personalmente, en vez de disfrutar plenamente. Supongo que son cosas de convivir con tu familia, pero a mí especialmente empieza a resultarme insoportable dado que con casi 30 años parece que vivo en plena adolescencia, en continuo enfrentamiento con mis padres. Ni ellos asumen la nueva situación desde hace años de que no soy un niño bueno controlable ni yo me siento con ganas de sentarme y explicárselo, porque total no serviría de mucho (son padres).

En fin, toca prepararse para ir al tajo, cosa que como casi siempre me apetece más bien poco. Ya sé que el 90% de vosotros estáis de vacaciones, pero la animación de este Cuaderno de Bitácora está decayendo a ojos vista. Tendré que hacer otra sesión de marketing por si habéis perdido la dirección...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por recordarme los motivos por los que salí de casa cuando aún no había cumplido los quince. Las familias son buenas... ellas en sus casas y yo en la mía, claro. De hecho, mis relaciones familiares han mejorado muchísimo desde que me marché y eso que ahora vivo más bien cerca (a 4km de la vieja y unos 15km del viejo) y ellos trabajan en su local justo bajo mi edificio. Pero supongo que es una necesidad de crecimiento personal, de libertad, natural y fisiológica: los castreños se piraban también a los 12, creo. Y en breve lo harás tú, con tu media mitad; lo cual es dos veces bueno.

Por mi parte... en fin, de vacaciones nada: preparando todo que he vuelto a la carretera. Me voy todo el mes de Agosto a Badajoz a hacer un trabajillo con el trailer y a la vuelta me engancho otra vez a las largas distancias... aunque no tan largas esta vez: solo de Bilbao-Madrid o Bilbao-Barcelona.

A ver cuando vuelva si puedo leer que por fin andas en pelotas por la casa, comiendo a la hora que se te ponga... mientras Javi te va dando pellizquitos ahí...

Anónimo dijo...

En fin, no te quejes q los dias de todo eso estan contados. Asi q haz de tripas corazon y aguanta el ultimo tiron q el premio merece la pena

Anónimo dijo...

Ajam... y luego dices que el resto tenemos que joder y aguantarnos, y luego protestas por las mismas cosas... salvo por la salvedad de que, como tú mismo afirmas, con dar una vaga excusa ya te libras. A mí me ponen la luz en la cara y me echan el humo del cigarrillo hasta que doy explicaciones más o menos convincentes de lo que hago y dejo de hacer.
Y eso de andar en pelotas por casa... en fin... tendré que tirarte de las orejas cuando te visite (esperemos que antes del 3257)