09 octubre, 2006

The devil wears Prada

Domingo, 8 de octubre de 2006


O en castellano: "El diablo viste de Prada". Fue la película del sábado. No voy a hacer una crítica cinematográfica porque todos sabemos que no es lo mío y posiblemente al final sería un texto aburridísimo de mi índice y corazón (lo de puño y letra no viene a cuento en la era moderna). Pero bueno, al menos haré un par de comentarios.

Es una película que se deja ver, divertida, tierna... La Hathaway hace lo mismo de siempre, como hizo en "Princesa por sorpresa" (I y II) y cintas por el estilo, con una gran actriz al lado que es la que da peso a la interpretación. Hace la niña de tontita inocente que deja colgados a sus amigos y luego se arrepiente de su error. Al menos en eso es convincente. Pero la que gana el premio sin lugar a dudas es la gran dama Meryl Streep. Es que la mujer se sale haciendo de borde. Porque no es que sea mala, al menos no intrínsecamente, simplemente el resto de la humanidad no está a su altura. Pero son circunstancias de la vida.

Hay unas pocas frases míticas que se quedan grabadas. Una de ellas es: "No tengas prisa, sabes que me encanta esperar". Una ironía que me temo que Javi me dejará caer de vez en cuando. "Creo que necesitaremos vaselina y un calzador". Cuando quiera ser cruel al ir de compras con una amiga/o. Y poco más, la verdad es que es mucho más refrescante la actitud soberbia de la Streep ante... bueno, ante el mundo en general, como he dicho. Me gustó mucho su monólogo acerca de cómo las grandes marcas de moda son las que finalmente llegan de un modo u otro al gran público de grandes almacenes con el paso del tiempo. Todos somos esclavos de la moda al final.


Ha sido un fin de semana durillo, complicado y de esos que hay que coger con pinzas. Pero qué bueno es hablar y al menos limar asperezas, odio llevarme el agobio a la cama. La semana que entra es más emocionante: el miércoles cojo un avión a Madrid. Qué tontería diréis. Bueno, lo cojo para hacer una entrevista de mi empresa y tal vez conseguir un cambio de curro (dentro de Phone House). Me llevaré mi nueva pluma (estilográfica) de la suerte por si acaso. Y ya de paso nos quedaremos a pasar el puente. Espero tener cosas que contar a la vuelta y hasta puede que nuevos lectores de este mi cada vez más querido Cuaderno de Bitácora.

Y recordad, a veces el diablo viste de Prada, pero no sé por qué, seguro que a mí me gustaría más verlo de Armani...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues yo me imagino más bien un demonio vestido con un arnés de cuero y un cockring bien prieto, creo que te haces a la idea...

A ver si hablamos. Ayer yo estaba catatónico y tú, como deduzco, con otras preocupaciones. Pasé todo el fin de semana en Logroño esperando verte aparecer por detrás de alguna esquina, aunque sabía que no iba a oder ser. En fin...

Un besazo, guapo