06 octubre, 2006

Soledad

Viernes, 6 de octubre de 2006

Es un nombre bonito para una chica, desde luego. O será que me suena bien en esta noche de quietud absoluta, en la que apenas escucho un ruido diferente del que hace el ventilador del ordenador, el tintineo de la conversación de messenger que estoy manteniendo y los crujidos erráticos de la madera del suelo. Soledad.


Esta tarde he sido inconscientemente consciente de que no podría vivir solo. A veces he fantaseado con la idea, pero siempre de un modo muy imaginativo y desenfadado, posiblemente a sabiendas de que no sería así. Esta noche, sin embargo, es diferente. Iba sentado en el autobús número 10 que me deja en la puerta de casa, pensando en si me apetecía cenar o no, dándole vueltas a si iba a ver la tele o subir directamente al ordenador... Iba a pasar una noche completa solo, puesto que Javi está en su pueblo, sin quedar con nadie y aprisionado en mis propios pensamientos. No es una noche que vaya a sufrir ni nada por el estilo, simplemente me ponen un poco melancólico. Me recuerdan lo mucho que necesito tener a alguien cerca, alguien que me escuche, que me diga lo que le ha pasado en el día, que se ría conmigo de alguna gracia que se me escape... En definitiva, alguien que comparta conmigo el día a día, su día a día y que permita un intercambio fluido de palabras. Comunicación, en resumen.

Las relaciones (a distancia o en cercanía) en las que no hay comunicación de algún tipo se vuelven estériles tarde o temprano. Cuántos amigos se han perdido en las arenas del tiempo porque se fue dejando, se fue dejando... Soy una persona muy comunicativa, tal vez en exceso, lo reconozco, pero necesito que sea algo recíproco también, porque si no me da la impresión de que agobio y asfixio. Puedo ser muy dejado si la otra persona no me pincha de alguna manera para seguir con la comunicación, aunque puedo emocionarme en exceso y estropearlo por mi propia mano. Cosas de no haber practicado el autocontrol hasta hace bien poco...


¿Es cosa mía o el sueño está haciendo que desvaríe más de lo normal?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un nombre precioso... y una sensación extraordinaria, mágica: en la soledad te ves a tí mismo sin tabúes. Quizá por eso te pongas tan melancólico, porque no te convence del todo lo que ves. Y quizá por eso, también, los que pasamos demasiado tiempo solos, sin charlar con nadie, ahoguemos las charlas perdidas en Gressy con hielo o cualquier buen patxaran.

La soledad es dura hasta que se aprende a vivir con ella y a quererla. Estoy seguro de que poder, podrías vivir solo. Aunque lo que tengo claro también, es que, en ese caso, cambiarías para siempre. Dejarías de ser tal como eres... para bien o para mal, ¿quién sabe?. Es una sensación que todo ser humano debería vivir. Se aprende muchísimo.

Bendita y odiada, así es ella.

Anónimo dijo...

Es cosa tuya. Desvarías lo mismo que siempre.

Anónimo dijo...

Hey, Robin!
La soledad es jodida, tio. Yo me considero supersociable, ya por fin me he independizado (a mis 27!) Y joder, aunque paso todo el dia fuera, rodeado de gente, llego a casa y echo muchas cosas de menos... Sobre todo a alguien, a un chico, a ese chico que todos esperamos!! Pero mientras llega, mis alegrías por vivir, que siempre he tenido, y más ahora que llevo 3 meses fuera (ya me entendéis) y libre, así que nada. Como en todo en la vida, te adaptas. Los seres humanos somos especialistas en todo! Así que nada, tio, adelante, como el anuncio del BBVA :P!!
Kiss for all (en especial para ti!)