03 octubre, 2006

La historia continúa...

Logroño, 29 de septiembre de 2006


El vampiro se acercó con cautela al destartalado vagón de caravana circense. No tenía pérdida dado que era el de más brillantes colores, lleno de estrellas y lunas, con unas enormes letras amarillas anunciando el nombre de "Madame Luna". Una mortecina luz asomaba por la pequeña venta, indicando que su propietaria estaba en el interior y aparentemente sola. Era una locura acudir a una vidente gitana, pero aún así era la mejor de la zona y sólo pasaría esa noche en la ciudad. La feria era itinerante, tal vez demasiado, y más valía aprovechar la oportunidad de consultar a alguien que comprendiese los nudos del tupido telar del destino como si los hubiera tejido ella misma.

La verde puerta de madera no estaba cerrada y se abrió chirriante dando acceso a una pequeña estancia atestada de estanterías y baúles en los que se acumulaban infindad de aderezos relacinados con la puesta en escena de sesiones de espiritismo, magia casera, velas de diferentes colores e inciensos mohosos que posiblemente sólo darían aroma a carne podrida. En el centro, alumbrada por una pequeña lámpara que colgaba del techo, una mesa redonda con un tapete blanco aguardaba con Madame Luna al otro lado, que barajeaba sus cartas con los ojos cerrados. Conociendo la estrecha relación de los gitanos con los Ravnos, era arriesgado dar un paso más, pero valía la pena es efuerzo si finalmente conseguía respuestas a las preguntas que tanto le acosaban en cada sueño diurno. De todos modos los agudos sentidos del vampiro no detectaron ninguna ilusión en el carromato, así que cerró la puerta y se sentó en la silla que quedaba vacía.

"Te esperaba, criatura de la noche. Tu llegada me había sido anunciada". Era una frase que dejaba abiertas varias posibilidades dado que podría ser cierto que la anciana hubiera sido avisada por algún espíritu protector, o tal vez por un contacto vástago... O podría ser algo tan mundano como el ruido de las pisadas acercándose. "Sé que tienes preguntas, continuó ella, así que toma las cartas y dejemos que nos digan lo que quieres saber.". El vampiro se concentró en sus dudas y mezcló la baraja lentamente, casi ordenando cada naipe en su lugar. Cuando se las entregó a la gitana, ésta tenía una enigmática sonrisa en la cara. "Todo está decidido, sólo tenemos que ver qué es".

"Primera carta: la muerte. Curioso, viniendo de un ser como tú. Se avecinan cambios, cambios importantes. Van a ser drásticos y no necesariamente agradables, pero debes superarlos o te sobrepasarán. De ti depende que los aproveches como revulsivo. No te asustes y sé firme con los acontecimientos que te lleguen.

Caramba... Los enamorados. Hay amor en tu vida, de eso no cabe duda. Sin embargo, tal y como muestra la carta, hay un enamorado con dos posibilidades y sólo puede quedarse con una. Ya sabes de lo que hablo, ¿verdad? Sí, lo leo en tu mirada, aunque también veo que la decisión está tomada, sólo has venido a confirmar que tus acciones han sido las correctas.

Claro, claro... Fíjate, el sol y la luna, una detrás del otro. Indican momentos de felicidad, de plenitud, satisfacción. Parece que todo sigue en la dirección correcta, ¿eh? Sin embargo se solapa con momentos de nerviosismo, angustia, malas vibraciones, como si algo no fuera como debiera. Son cartas que pueden parecer un poco contrapuestas pero en realidad y dadas tus circunstancias, forman una pareja perfecta, donde los positivo y lo negativo se entrelazan.

La torre, los conflictos, disputas. ¿Con quién vas a pelear, vástago? Veo una discusión fuerte, gritos, amenazas y malas palabras. Hay tristeza después y momentos tristes, pero no puedo ver a las partes implicadas. ¿Un hombre tal vez? Tampoco puedo saber quién saldrá peor parado, ni menos herido, simplemente que será una lucha sin cuartel.

Oh, vaya, la templanza, el equilibrio después de la batalla. Suele ocurrir, es lógico. Parece que después de tu conflicto habrá momentos de calma y tranquilidad, podrás estabilizarte de nuevo, todo volverá a su cauce y tendrás tiempo de organizar tu no-vida de nuevo. Deberás tomar las riendas y tener cuidado, porque tal y como se ve en la figura del dibujo, se requiere una gran concentración para mantener el flujo entre las dos vasijas.

La última carta: el ermitaño. Un hombre que aconseja, un amigo, tal vez alguien muy cercano que te guiará por el camino con su linterna y su sabiduría. Debes hacerle caso porque sólo desea tu bien, aunque su apariencia no sea esa. Aparecerá en breve, y tal vez sus palabras te suenen lejanas, inadecuadas o torpes, pero escúchalas, porque encierran prudencia y bondad. Será una oportunidad que no deberás desaprovechar.

y finalmente, esta carta te representa a ti y es... vaya, vaya, vaya. La fortaleza, una gran virtud. Parece que tienes una gran potencia interior, tal vez más de la que crees. Tienen también capacidad para soportar todos los cambios que se avecinan, aguantando cada golpe y cada alegría manteniendo tu esencia fija. Tus convicciones son fuertes y eso es bueno, muy bueno por todo lo que te rodea. Parece que aunque todo se hunda a tu alrededor, vas a poder aguantarlo, no digo que con alegría, pero podrás con todo.


Y bien, criatura, ¿te dicen las cartas lo que querías oír o bien te revelan algo que no deseabas conocer?"

El vampiro miró fijamente a la anciana intentando saber si le había mentido o había inventado alguna parte de la lectura, pero sus miradas fijas en las pupilas del otro eran más bien un desafío de concentración. Finalmente la luz parpadeó levemente y rompió el momento. Él se levantó de su silla y dejó una bolsita de fieltro negro sobre la mesa con el pago. Eran unas baratijas mágicas, pero creía que serían mejor que darle dinero. Salió sin despedirse y se encaminó a su coche, en el aparcamiento de la feria. Las palabras de la gitana resonaban aún en su mente cuando se sentó en el asiento del conductor y llegó a sobresaltarse cuando el móvil comenzó a vibrar en su bolsillo. Miró quién le llamaba y descolgó con una sonrisa. "Esperaba tu llamada".

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