26 julio, 2006

Las peleas de pelucones

Martes, 25 de julio de 2006

Espero que algunas personas implicadas no se ofendan porque trate este tema, pero realmente me parece muy interesante comentarlo. No por el caso concreto, sino por el fondo de la cuestión, que es lo que realmente importa. Todo empieza aquí, con una noticia de lo más normal.

Como podréis comprobar, la cosa cambia de tercio con un (en principio) inocente comentario que lleva escrito la palabra "marica". Y ahí se monta la marimorena, con descalificaciones personales incluidas, dignas de los mejores momentos de Tómbola o Salsa Rosa. "Sólo" por una palabra. Pero esto tiene implicaciones más profundas, desde luego. El uso del femenino o de palabras típicamente "homófobas" por parte de los homosexuales es un tema a debate mucho más habitual de lo que creemos. En grupos establecidos ya hay un acuerdo tácito de lo que gusta o no gusta en general, pero cada grupo difiere como el día y la noche. Mi opinión personal es que los términos arriba indicados son una forma de broma, chanza o tontería, con un uso méramente humorístico. Incluso lo puedo considerar una forma de volver los propios insultos contra quien los lanza, dado que no sólo no nos ofenden, sino que quedan incorporados a nuestra vida cotidiana. ¡Cuántas veces no habré dicho yo lo mariquita que es alguien o habremos comentado lo zorra que es el chico del otro portal! Y sin más, no pretendo con eso insultar ni menospreciar, sino que es un uso definitorio carente de homofobia.

Otra cosa muy diferente es quién use esos términos conmigo y en qué tono. De prácticamente cualquier persona con la que tengo un mínimo de confianza o relación los acepto con el uso que acabo de describir. Me han llamado zorra, maricona, reina, loca... Y me he reído o he contestado aún más agudamente. Y fin de la historia. Pero las mismas palabras en boca de alguien que apenas me conoce o que tienen un tono hiriente me hacen ponerme en guardia, a la defensiva o a una ofensiva más directa. La diferencia no es la palabra en sí, sino el tono con el que se dice, es evidente. Ni que me llamen "homosexual" con todo el cuidado del mundo si noto un ligero acento de suficiencia. Que no y es que no.



Por eso me extraña la gente que hace afirmaciones tan categóricas acerca de "no ser tratado como una mujer" o "no usar palabras insultantes". Muchas veces me temo que puede ser debido a una homofobia internalizada o bien un orgullo masculino mal entendido. En cualquier caso es una pena, porque son dos razones a cual más tonta y peligrosa, según personas. En ambos casos hay una inseguridad personal enterrada que no permite una felicidad completa pudiendo ignorar ciertos elementos externos totalmente despreciables. Las palabras, son palabras, meras etiquetas que designan de forma subjetiva (dado que dependen de quién las dice, cómo la dice, quién las oye, cómo las oye, etc.) las realidades que captan nuestros sentidos. Una palabra no es buena o mala por sí misma, sino por el contexto utilizado. Y ejemplos tenemos a montones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El menda lerenda es uno de los implicados... y no puedo ofenderme, porque considero que no he actuado mal en ningún momento. Aunque es un tema peliagudo.

Como bien dices, fue un comentario inocente y en forma de puya, ridiculizando las pseudonoticias de ese periodicucho, por llamarlo algo. Y el hecho de que un servidor emplee ciertos términos «homófobos», se debe, como tú bien indicas, a un interés de ridiculizar términos que les gustaría nos ofendiesen.

También hablas de la entonocación y eso es muy importante en la red, porque cuando escribes, se acabó el tono: quien lo lea sabrá lo que lee. Y el problema es que algunos quieren intentar descifrar -no saben vivir sin hacerlo- el tono de quien lo dice y para eso, presuponen como es la persona que está al otro lado.

En el caso de JNS, por ejemplo, creo que es un niñín. Pero no en plan despectivo, sino en el sentido de que es un crío. Quizá tenga 15 años -me sorprendería que tuviera más-, pese a que su madurez para esa edad es infimamente minúscula. Eso es lo que me da a entender con sus comentarios y con sus saltos y pataletas, aunque me importa más bien poco: solo me importa la gente que creo que me puede interesar para tener una relación de colegueo, amistad o pareja. El resto... ni fu ni fa. Ya le dí las explicaciones pertinentes; si quiere entender que entienda y si no, allá él.

Con respecto al otro, Armel: ni sé quien es ni me importa. Creo que también es redactor, ¿no?. El caso es que me tiene un especial cariño -ironía- y le debe joder cada vez que me lee. Ayer hizo una de sus apariciones magnánimas y en ambas hizo lo mismo: comentarios directos hacia mis opiniones, con lo que le respondí a él directamente, haciendo un paripé de sus comentarios, comportándome como él: es una burla infantil que en la red da mucho de sí y que me pone a mil... ¿Violento? Pues sí, algo lo soy. Aunque ando muy relajado desde que pasé la mayoría de edad: ahora me pueden joder si le dejo sin un ojo a algún tipo...

¿Qué debería callarme y comportarme correctamente y pasar de puyas de algún que otro bufón saltarín? Pues mira, también: pero no puedo... me aburriría. Lo único que siento es que te sintieras ofendido, que para nada era mi intención. Aunque es cierto que el espíritu de "2manzanas" no tiene nada que ver con lo que ocurrió allí, con lo cual llevabas razón (precisamente por ser casi el opuesto a ese espíritu dejé de ser redactor).